Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
2 Corintios 10-13

IV.— PABLO DEFIENDE SU MISIÓN APOSTÓLICA (10,1—13,10)

Defensa del propio ministerio

10 Por la dulzura y la bondad de Cristo os lo pido yo, Pablo, tan cobarde cuando estoy entre vosotros y tan valiente, en cambio, por carta. No me obliguéis a que, cuando esté entre vosotros, tenga que hacerme el valiente —arrestos me sobran para ello— contra esos que me acusan de proceder por motivos humanos. Soy, ciertamente, humano; pero no lucho por motivos humanos ni las armas con que peleo son humanas, sino divinas, con poder para destruir cualquier fortaleza. Soy capaz de poner en evidencia toda suerte de falacia o de altanería que se alce contra el conocimiento de Dios. Puedo también someter a Cristo todo pensamiento y estoy preparado para castigar cualquier rebeldía una vez que vuestra obediencia sea perfecta.

Sólo valoráis las apariencias. Si alguno está convencido de ser cristiano, considere, a su vez, que yo lo soy tanto como él. Y si he presumido más de la cuenta de la autoridad que el Señor me dio no para vuestra ruina sino para vuestro provecho, no me avergonzaré de ello. De esta manera no parecerá que trato de amedrentaros con mis cartas. 10 “Porque sus cartas —dicen algunos— son duras y fuertes, pero en persona es un pobre hombre y, como orador, un desastre”. 11 Pues sepa la persona que tal dice, que soy muy capaz de llevar a la práctica, estando presente, lo que digo en mis cartas estando ausente.

12 ¡Cómo voy a osar igualarme o compararme con esos que se hacen su propia propaganda! Al medirse con la medida que ellos mismos fabrican y compararse con ellos mismos, demuestran que son necios. 13 Por mi parte, no quiero presumir más de la cuenta, sino que me atengo a la parcela de trabajo que Dios me encomendó y que me ha permitido llegar hasta vosotros. 14 No estoy, pues, extralimitándome como si vosotros no formarais parte de mi campo; en realidad, fui el primero en llegar hasta vosotros con el mensaje de Cristo. 15 Tampoco presumo indebidamente de trabajos hechos por otros, aunque sí abrigo la esperanza de que, al crecer vuestra fe, se haga mucho más amplio mi campo de acción entre vosotros, siempre dentro de los límites que se me han marcado. 16 Espero, incluso, anunciar el mensaje de salvación más allá de Corinto, sin presumir de campos ajenos ya cultivados. 17 Por lo demás, el que quiera presumir, que presuma del Señor, 18 pues no queda acreditado como bueno el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.

Pablo y los superapóstoles

11 ¿Me disculparéis si digo algún que otro desatino? Estoy seguro de que sí. Os quiero tanto que me abrasan unos celos a lo divino, pues os he desposado con un solo marido presentándoos a Cristo como si fuerais una virgen pura. Pero tengo miedo; lo mismo que la serpiente sedujo con su astucia a Eva, temo que pervierta vuestros pensamientos apartándoos de una sincera y limpia entrega a Cristo. De hecho, si alguno viene y os anuncia a otro Jesús distinto del que os hemos anunciado, o pretende que recibáis un Espíritu distinto del que recibisteis o un mensaje evangélico distinto del que abrazasteis, ¡lo aceptáis tan a gusto! ¡Pues no creo valer menos yo que esos superapóstoles! Admito que carezco de elocuencia, pero no me faltan conocimientos; bien que os lo he demostrado en las más diversas ocasiones y circunstancias.

¿Estará mi culpa en haberos anunciado de balde el mensaje evangélico de Dios, rebajándome yo para encumbraros a vosotros? Para dedicarme a vuestro servicio acepté subsidios de otras iglesias, y tuve la sensación de que las explotaba. Pasé apuros estando entre vosotros, pero a nadie fui gravoso; los hermanos que vinieron de Macedonia proveyeron a mis necesidades. Y si en todo momento me preocupé de no seros gravoso, me seguiré preocupando. 10 Por Cristo, en quien creo, os aseguro que nadie en la provincia de Acaya me arrebatará este motivo de orgullo. 11 ¿Habré hecho esto porque no os quiero? ¡Bien sabe Dios cuánto os quiero! 12 Si actúo y seguiré actuando de este modo, es para desenmascarar a esos que presumen de ser como nosotros. 13 En realidad, esos tales son apóstoles falsos, obreros fraudulentos disfrazados de apóstoles de Cristo. 14 Y no hay que sorprenderse, pues si el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz, 15 es natural que, quienes le sirven se disfracen de agentes de salvación. Pero tendrán el final que merecen sus acciones.

Sufrimientos de Pablo como apóstol

16 Lo repito: que nadie me considere insensato. Aunque, en todo caso, si me aceptáis como tal, podré presumir un poco. 17 Y en esta cuestión de presumir, lo que voy a decir no es cosa del Señor, sino de uno que desvaría. 18 Puesto que son tantos los que presumen de glorias humanas, también yo lo haré.

19 Vosotros, tan inteligentes, soportáis de buen grado a los insensatos. 20 Aunque os tiranicen y os exploten y os despojen y os traten con arrogancia y os golpeen en el rostro, todo lo soportáis. 21 Debería avergonzarme de haberos tratado con tantos miramientos. Pero a lo que otro cualquiera se atreva —ya sé que estoy diciendo desatinos— también me atrevo yo. 22 ¿Que son hebreos? También yo. ¿Que pertenecen a la nación israelita? También yo. ¿Que son descendientes de Abrahán? También yo. 23 ¿Que están al servicio de Cristo? Pues aunque sea una insensatez decirlo, más lo estoy yo. Los aventajo en fatigas, en encarcelamientos, en las muchas palizas recibidas, en tantas veces como he estado al borde de la muerte. 24 Cinco veces me dieron los judíos los treinta y nueve azotes de rigor; 25 tres veces me azotaron con varas; una vez me apedrearon; naufragué tres veces y pasé un día entero flotando a la deriva en alta mar. 26 Continuos viajes con peligros de toda clase: peligros al cruzar los ríos o al caer en manos de bandidos; peligros procedentes de mis propios compatriotas, de los paganos, de los falsos hermanos; peligros en la ciudad, en despoblado, en el mar. 27 Fatigas y agobios, innumerables noches sin dormir, hambre y sed, ayunos constantes, frío y desnudez. 28 Y para no seguir contando, añádase mi preocupación diaria por todas las iglesias. 29 Pues ¿quién desfallece sin que yo desfallezca? ¿Quién es inducido a pecar sin que yo lo sienta como una quemadura?

30 Aunque si hay que presumir, presumiré de mis debilidades. 31 El Dios y Padre de Jesucristo, el Señor —¡bendito sea para siempre!— sabe que no miento. 32 Estando yo en Damasco, el delegado del rey Aretas vigilaba la ciudad de los damascenos con intención de prenderme; 33 pude escapar de sus manos, pero siendo descolgado por una ventana muralla abajo en un canasto.

Experiencias carismáticas de Pablo

12 Si hay que seguir presumiendo, aunque me parezca totalmente inútil, pasaré a las visiones y revelaciones que me concedió el Señor. Conozco a un creyente en Cristo que hace catorce años fue arrebatado al tercer cielo, si con cuerpo o sin cuerpo no sabría decirlo; Dios es quien lo sabe. Lo cierto es que ese hombre —repito que no sé si con cuerpo o sin cuerpo; Dios es quien lo sabe— fue arrebatado al paraíso y escuchó palabras misteriosas que a ningún humano le está permitido pronunciar. De alguien así podría presumir; pero en lo que me atañe, sólo presumiré de mis flaquezas. Y eso que, si quisiera presumir, no diría ningún desatino, al contrario, estaría diciendo la pura verdad; pero me abstengo de hacerlo para que nadie me considere por encima de lo que ve o escucha de mí a causa de revelaciones tan extraordinarias.

La verdadera fortaleza

Precisamente para que no se me suban los humos a la cabeza, tengo una espina clavada en mi carne: se trata de un agente de Satanás que me da de bofetadas para que no me ensoberbezca. Tres veces he pedido al Señor que me libre de esto y otras tantas me ha dicho: “te basta mi gracia, porque mi fuerza se realiza plenamente en lo débil”. Con gusto, pues, presumiré de mis flaquezas, para sentir dentro de mí la fuerza de Cristo. 10 Por eso me satisface soportar por Cristo flaquezas, ultrajes, dificultades, persecuciones y angustias, ya que, cuando me siento débil, es cuando más fuerte soy.

Preocupaciones por los cristianos

11 Si he hablado como un insensato, vosotros me forzasteis a ello. En realidad, os correspondía a vosotros dar la cara por mí, pues aunque no soy nada, en nada soy inferior a esos superapóstoles. 12 Ahí están las credenciales de mi apostolado entre vosotros: una constancia a toda prueba acompañada de signos milagrosos, prodigios y portentos. 13 ¿En qué estáis en desventaja con las demás iglesias? ¿En que yo no quise vivir a costa vuestra? ¡Perdonadme, por favor, este agravio!

14 Estoy a punto de haceros mi tercera visita y tampoco esta vez os seré gravoso, pues me interesáis vosotros, no vuestro dinero. Después de todo, corresponde a los padres ahorrar para los hijos, y no los hijos para los padres. 15 Así que gastaré gustosamente cuanto tenga, y me desgastaré yo mismo por vosotros ¿Acaso por amaros yo tanto, me amaréis vosotros menos?

16 Quizás alguno piense que, en efecto, no fui carga para vosotros, pero que, astuto como soy, os hice morder el anzuelo. 17 ¿Querríais decirme a cuál de las personas que os envié he utilizado para explotaros? 18 Pedí a Tito que fuera a visitaros y envié con él a ese otro hermano. ¿Es que os ha explotado Tito? ¿No es más cierto que nos mueve el mismo Espíritu y que los dos seguimos los mismos pasos? 19 A lo mejor estáis pensando hace un buen rato que no hacemos sino justificarnos ante vosotros. Dios es testigo de que es Cristo quien nos impulsa a hablar, y de que todo esto, queridos míos, es para vuestro provecho espiritual. 20 Porque tengo miedo de no encontraros a mi llegada como yo quisiera y de que tampoco vosotros me encontréis como sería vuestro deseo. Tengo miedo de encontrarme con discordias, envidias, animosidades, rivalidades, maledicencias, críticas, engreimientos y desórdenes. 21 Tengo miedo de que, cuando os visite de nuevo, me humille Dios por causa vuestra y tenga yo que hacer duelo por tantos como han pecado y no se han arrepentido de la impureza, la lujuria y el desenfreno en que vivían.

Advertencias

13 Esta será la tercera vez que os visite. Y toda disputa deberá resolverse conforme al testimonio de dos o tres testigos. Lo dije entonces, cuando me hice presente entre vosotros por segunda vez, y lo repito ahora estando ausente: si vuelvo de nuevo trataré sin miramientos tanto a los culpables de otro tiempo como a todos los demás. Así tendréis la prueba que andáis buscando de que Cristo habla por medio de mí. Cristo, que no ha dado muestras de debilidad entre vosotros, sino que las ha dado de poder. Porque es cierto que se dejó crucificar manifestando así su debilidad, pero ahora vive en virtud de la fuerza de Dios. Igualmente nosotros, que compartimos su debilidad, compartiremos también su poderosa vitalidad divina si hemos de enfrentarnos con vosotros.

Vosotros sois los que tenéis que poneros a prueba y someteros a examen, a ver si os mantenéis en la fe. Y si reconocéis que Cristo no vive en vosotros, será tanto como no superar la prueba. Espero que reconozcáis, sin embargo, que nosotros sí la hemos superado.

Suplicamos a Dios que no hagáis nada malo. No con el fin de que aparezca que somos nosotros quienes tenemos la razón, sino para que vosotros os portéis bien aunque nosotros demos la impresión de no haber superado la prueba. Pues si tenemos algún poder, no es para utilizarlo contra la verdad, sino en favor de la verdad. Lo que nos alegra es que vosotros os encontréis fuertes, aunque nosotros parezcamos débiles; lo que pedimos es que os corrijáis. 10 Por eso os escribo en estos términos estando ausente, para que, cuando esté presente, no me vea obligado a proceder con dureza, utilizando un poder que el Señor me ha confiado para construir y no para derribar.

Conclusión (13,11-13)

Saludos finales

11 En fin, hermanos, estad alegres, permitid que se os corrija, dejaos amonestar, vivid en armonía, mantened la paz. Y Dios, que es fuente de amor y de paz, estará con vosotros.

12 Saludaos unos a otros con un beso fraterno*. Os saludan todos los hermanos. 13 Que la gracia de Jesucristo, el Señor, el amor de Dios y la participación en los dones del Espíritu Santo permanezcan con vosotros.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España