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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Deuteronomio 24-27

Leyes relativas al divorcio

24 Si un hombre se casa con una mujer, pero después le toma aversión por haber encontrado en ella algo censurable; podrá escribirle un acta de divorcio, entregársela en mano y con ella echarla de su casa. Una vez fuera de la casa, ella podrá casarse con otro hombre. Pero si el segundo marido también le toma aversión y, redactando un acta de divorcio, se la entrega en mano y la echa de su casa, o si muere este segundo marido, el primer marido, que la había echado de su casa, no podrá casarse con ella de nuevo, puesto que ahora ella es impura. Hacer eso sería algo abominable para el Señor, y tú no debes corromper la tierra que el Señor tu Dios te da en herencia.

Leyes humanitarias y sociales

Si un hombre está recién casado, no tendrá que ir a la guerra ni se le impondrán otros deberes; quedará libre de cualquier servicio durante un año. Que se quede en casa para hacer feliz a su mujer.

No tomarás en prenda de una deuda las dos piedras de un molino, ni siquiera la muela, porque eso sería lo mismo que tomar en prenda la vida de su dueño.

Si se descubre que alguien ha raptado a uno de sus hermanos israelitas, para convertirlo en esclavo o para venderlo, el secuestrador ha de morir. Así extirparás el mal de en medio de ti.

En caso de infección de la piel, observen minuciosamente todas las instrucciones que les den los sacerdotes levitas y sigan al pie de la letra todo lo que yo les he ordenado. Recuerda lo que el Señor tu Dios hizo con María cuando ustedes iban de camino al salir de Egipto.

10 Si le prestas a tu prójimo cualquier cosa, no entres en su casa para recuperar lo prestado; 11 espera fuera y deja que él mismo te lo traiga. 12 Si se trata de una persona pobre que ha depositado su manto en prenda, no te quedes con la prenda durante la noche; 13 devuélvele el manto antes de la puesta del sol, para que se cubra con él durante la noche. Él estará agradecido contigo y el Señor tu Dios tendrá en cuenta esta buena acción.

14 No explotarás al jornalero pobre y necesitado, bien se trate de un hermano tuyo israelita o bien de un inmigrante que reside en tu tierra, en tus ciudades. 15 Le pagarás su jornal cada día, antes de la puesta del sol, porque él es pobre y su vida depende de ese jornal. Así no clamará al Señor contra ti y tú no te harás responsable de pecado.

16 Los padres no morirán por culpa de los hijos ni los hijos por culpa de los padres. Cada cual morirá por su propio pecado.

17 No le niegues sus derechos al inmigrante o al huérfano, ni tomes en prenda las ropas de la viuda.

18 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí; por eso te ordeno que obres de este modo.

19 Cuando siegues la mies de tu campo, si olvidas en él una gavilla, no vuelvas a buscarla. Déjala para el inmigrante, el huérfano y la viuda. Así el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

20 Cuando sacudas tus olivos, no rebusques en las ramas; lo que quede, déjalo para el inmigrante, el huérfano y la viuda.

21 Cuando vendimies tu viñedo, no te dediques al rebusco; los racimos que queden déjalos para el inmigrante, el huérfano y la viuda. 22 Recuerda que fuiste esclavo en Egipto; por eso te ordeno que obres de este modo. 25 En caso de pleito entre dos personas, que los contendientes acudan al tribunal para ser juzgados: el inocente será absuelto y el culpable condenado. Si el culpable merece ser azotado, el juez lo obligará a tenderse en el suelo y hará que en su presencia le den el número de azotes que su crimen merezca. Podrán darle hasta cuarenta azotes, no más; aplicar un castigo excesivo serviría para humillar públicamente a tu hermano.

No le pondrás bozal al buey mientras trilla.

Ley del levirato

Si dos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin dejar hijos, la viuda no se casará con un extraño que no sea de la familia. Su cuñado tiene el deber de tomarla, casarse con ella y cumplir con los deberes legales de cuñado. El primer hijo que ella tenga llevará el nombre del hermano muerto, para que su memoria no desaparezca de Israel. Pero si el cuñado no quiere casarse con su cuñada, ella recurrirá ante los ancianos que están en la puerta de la ciudad y les dirá: “Mi cuñado se niega a mantener viva en Israel la memoria de su hermano. Se niega a cumplir conmigo su deber de cuñado”. Entonces los ancianos de la ciudad lo citarán e intentarán convencerlo. Si él persiste en su negativa, diciendo: “No quiero casarme con ella”, su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie, lo escupirá en la cara y le dirá: “Esto es lo que se hace con quien se niega a perpetuar la familia de su hermano”. 10 Y en adelante, se conocerá en Israel a esa familia por el apodo de “los descalzos”.

Leyes diversas

11 Si dos hombres se están peleando y la mujer de uno de ellos, para librar a su marido del que lo golpea, mete la mano y agarra los genitales del otro, 12 le cortarás a ella la mano sin contemplaciones.

13 No tendrás en tu bolsa dos pesas desiguales: una más pesada que la otra. 14 Tampoco tendrás en tu casa dos medidas desiguales: una más grande que la otra. 15 Tendrás pesas y medidas precisas y cabales, y así vivirás mucho tiempo en la tierra que el Señor tu Dios te da. 16 Porque quien practica el fraude y la estafa es abominable para el Señor tu Dios.

Condena contra los amalecitas

17 Recuerda lo que te hicieron los amalecitas cuando ustedes iban de camino, después de haber salido de Egipto: 18 te asaltaron en el camino, aprovechando que estabas cansado y extenuado, y sin el menor respeto a Dios atacaron por la espalda a los rezagados. 19 Por eso, cuando el Señor tu Dios te libre de todos los enemigos que te rodean, en la tierra que el Señor tu Dios va a darte en heredad para que la poseas, borrarás el recuerdo de los amalecitas de debajo del cielo. ¡No lo olvides!

Ofrenda de las primicias

26 Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te da en herencia, hayas tomado posesión de ella y ya estés establecido allí, recogerás las primicias de los frutos que produzca la tierra que el Señor tu Dios va a darte, las pondrás en una cesta e irás con ellas al lugar que el Señor tu Dios escoja como morada de su nombre. Te presentarás al sacerdote que esté en funciones por aquellos días, y le dirás: “Yo declaro hoy ante el Señor tu Dios, que he entrado en la tierra que él prometió darnos, según juró a nuestros antepasados”. El sacerdote tomará la cesta que tú le entregues y la depositará ante el altar del Señor tu Dios; entonces tú dirás ante el Señor tu Dios: “Un arameo errante era mi padre. Bajó a Egipto y allí vivió como emigrante con un puñado de personas convirtiéndose en una nación grande, fuerte y numerosa. Pero los egipcios nos maltrataron, nos hicieron sufrir y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros antepasados, y él escuchó nuestras súplicas y vio nuestra miseria, nuestras fatigas y nuestra opresión. Por eso el Señor nos sacó de Egipto con gran poder y destreza sin igual, con terribles portentos, señales y prodigios; nos condujo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. 10 Por eso ofrezco ahora los primeros frutos que produce esta tierra que tú Señor, me has dado”.

Acto seguido, pondrás la cesta delante del Señor tu Dios y te postrarás ante él. 11 Después festejarás con alegría los bienes que el Señor tu Dios te haya dado a ti y a tu familia. Se unirán a tu celebración los levitas e inmigrantes que viven en medio de ti.

El diezmo trienal

12 En el tercer año, el año del diezmo, cuando ya hayas apartado el diezmo de todas tus cosechas y se lo hayas dado al levita, al inmigrante, al huérfano y a la viuda, para que coman y se sacien en tus ciudades, 13 declararás ante el Señor tu Dios: “Ya he retirado de mi casa la porción consagrada a ti, y se la he dado al levita, al inmigrante, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que tú me mandaste. No he desobedecido ninguno de tus mandamientos ni los he olvidado. 14 Mientras estuve de luto no comí nada de lo consagrado; tampoco lo he apartado encontrándome en estado de impureza ni lo he ofrecido a un muerto. Te he obedecido, Señor mi Dios, y he cumplido todo lo que me has ordenado. 15 Mira desde el cielo, desde tu santa morada, y bendice a tu pueblo Israel y a la tierra que nos has dado, tal como se lo juraste a nuestros antepasados: una tierra que mana leche y miel”.

IV.— CONCLUSIÓN DEL SEGUNDO DISCURSO (26,16—28,68)

Ratificación de la alianza

16 Hoy el Señor tu Dios te ordena cumplir estas normas y preceptos. Pon todo tu corazón en cumplirlos; pon todo tu empeño en ponerlos en práctica. 17 Hoy has declarado que el Señor es tu Dios y seguirás sus caminos, que lo obedecerás y cumplirás sus estatutos, normas y preceptos. 18 También el Señor ha declarado hoy que tú serás el pueblo de su propiedad, tal como te había prometido; y tú cumplirás todos sus mandamientos. 19 El Señor te hará superior en dignidad, fama y gloria a todas las naciones que él ha creado, para que seas un pueblo consagrado al Señor tu Dios, como te ha prometido.

Liturgia en Siquén

27 Moisés y los ancianos de Israel dieron al pueblo esta orden:

— Cumplan todos los mandamientos que yo les prescribo hoy. El día en que cruces el Jordán para entrar en la tierra que el Señor tu Dios va a darte, erigirás unas grandes piedras, las revocarás con cal y escribirás en ellas todos los mandamientos de esta ley. Esto lo harás cuando hayas cruzado el Jordán. Así podrás entrar en la tierra que el Señor tu Dios va a darte: una tierra que mana leche y miel, tal como te prometió el Señor, el Dios de tus antepasados. Cuando estén al otro lado del Jordán, erigirán esas piedras en el monte Ébal, tal como les ordeno hoy y las revocarás con cal. Construirás allí un altar de piedra en honor del Señor tu Dios. No usarás ningún instrumento de hierro para labrar las piedras, porque el altar del Señor tu Dios deberá estar construido con piedras sin labrar. Sobre él ofrecerás holocaustos al Señor tu Dios; ofrecerás sacrificios de comunión y los comerás allí haciendo fiesta ante el Señor tu Dios; y sobre las piedras escribirás, de manera bien legible, todos los mandamientos de esta ley.

Después, Moisés y los sacerdotes levitas dijeron a todo Israel:

— ¡Guarda silencio, Israel, y presta atención! Hoy te has convertido en el pueblo del Señor tu Dios. 10 Obedecerás al Señor tu Dios y cumplirás los mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy.

Las doce maldiciones

11 Aquel mismo día Moisés dio esta orden al pueblo:

12 — Cuando hayan cruzado el Jordán, las tribus de Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín se situarán en el monte Garizín para pronunciar la bendición a favor del pueblo; 13 y las tribus de Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí se situarán en el monte Ébal para pronunciar la maldición. 14 Los levitas se dirigirán a todos los israelitas y proclamarán en voz alta lo siguiente:

15 ¡Maldito sea quien haga un ídolo tallado o de metal fundido —creación humana, que el Señor abomina— y lo adore en secreto!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

16 ¡Maldito sea quien desprecie a su padre o a su madre!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

17 ¡Maldito sea quien mueva los mojones de su vecino!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

18 ¡Maldito sea quien desvíe de su camino a un ciego!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

19 ¡Maldito sea quien quebrante los derechos del inmigrante, del huérfano o de la viuda!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

20 ¡Maldito sea quien se acueste con una de las mujeres de su padre, porque usurpa los derechos de su padre!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

21 ¡Maldito sea quien tenga trato sexual con un animal!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

22 ¡Maldito sea quien se acueste con su hermana, hija de su padre o de su madre!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

23 ¡Maldito sea quien se acueste con su suegra!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

24 ¡Maldito sea quien mate a escondidas a su prójimo!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

25 ¡Maldito sea quien se deje sobornar para quitar la vida a un inocente!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

26 ¡Maldito sea quien no cumpla y ponga en práctica los mandamientos de esta ley!

Y el pueblo a una responderá: ¡Amén!

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España