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Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 9-16

El Señor es justo

Al director, sobre Mut-labén.[a] Canción de David.

Te adoraré SEÑOR con todo mi corazón
    y le contaré al mundo entero todas tus maravillas.
¡Me alegraré por lo que hiciste y me regocijaré!
    Oh Altísimo, a ti cantaré alabanzas.
Gracias a ti mis enemigos salieron huyendo,
    cayeron y desaparecieron.

Eres justo.
    En tu trono me juzgaste
    y tomaste una justa decisión a mi favor.
Reprendiste a las naciones y destruiste a los perversos.
    Los borraste para siempre de la faz de la tierra.
Mis enemigos ya no existen.
    Sus ciudades están en ruinas,
    ya nadie se acuerda de ellos.

El SEÑOR reinará para siempre
    y desde su reino traerá justicia al mundo.
Él juzga al mundo con justicia.
    Juzga a todos por igual.
El SEÑOR es el refugio del oprimido;
    Cuando más lo necesita, Dios es su fortaleza.

10 Que los que conocen al SEÑOR confíen en él,
    porque Dios nunca abandona a los que buscan su ayuda.

11 Canten al SEÑOR, el Rey que vive en Sion.
    Entre las naciones cuenten lo que ha hecho.
12 Él, quien toma venganza por los asesinatos,
    nunca se olvida de los afligidos que piden justicia a gritos.[b]

13 «¡SEÑOR, ten compasión de mí!
    Mira cómo me persiguen mis enemigos;
    tú eres él que rescata de las fuerzas de la muerte.
14 Sálvame y te alabaré en las puertas de Jerusalén.
    Gritaré de alegría por la salvación que me has dado».

15 Esos extranjeros se hundieron
    en la trampa que ellos mismos hicieron.
Escondieron una red para atrapar a otros,
    pero quedaron atrapados ellos.
16 El SEÑOR se dio a conocer; él hizo justicia.
    Los que hacen el mal caen
    en la trampa de su propia maldad. Higaión[c] Selah

17 Los perversos irán al lugar de los muertos[d],
    así como las naciones que se olvidaron de Dios.
18 Porque Dios nunca se olvidará de los pobres;
    y se cumplirán las esperanzas de los que no tienen nada.

19 ¡Levántate SEÑOR!
    No dejes que hombres débiles se crean invencibles.
Júzgalos con toda tu justicia.
    ¡Que las naciones sean juzgadas en tu presencia!
20 SEÑOR, aterroriza a las naciones,
    para que entiendan que no son más que simples mortales. Selah

Las obras de los perversos

SEÑOR, ¿por qué te muestras tan distante?
    ¿Por qué desapareces en mis momentos de mayor angustia?

Los perversos persiguen con toda arrogancia a los justos
    y los hacen caer en sus trampas.
Los perversos se enorgullecen de sus planes perversos,
    y los que tienen muchos deseos de ganar dinero rechazan al SEÑOR.
Los perversos dicen que no hay Dios.
    No le consultan nada, porque están llenos de soberbia.
    Dios no cabe dentro de sus planes.
Los malos siempre andan bien;
    las decisiones que tú tomas allá en el cielo, no les interesan.
    Se burlan y se ríen de sus enemigos.
Esos perversos creen que nunca caerán;
    que sus acciones no tendrán consecuencias negativas.
Constantemente blasfeman,
    mienten y agreden con sus palabras.
    Siempre están maquinando en contra de los demás.
Se esconden en lugares ocultos en las aldeas,
    y esperan para matar a gente inocente.
    Tienen su vista puesta en los desafortunados.
Son como leones agazapados en los matorrales;
    listos para agarrar a los desafortunados,
    los cuales caen en su trampa.
10 Como leones agazapados,
    listos para atacar a su pobre víctima,
    la agarran en su trampa y se la llevan.
11 Es entonces cuando esa pobre gente piensa que Dios la ha olvidado
    y que a él no le importa lo que les sucede.

12 ¡Levántate SEÑOR!
    ¡Castiga a esos perversos!
    No te olvides de la gente que sufre.
13 Los perversos desprecian a Dios
    y piensan que él no los castigará por lo que han hecho.
14 Ellos no saben que tú te das cuenta de todo lo que sucede,
    y que ves los problemas y sufrimientos de la gente.
No saben que tú ayudas a los que sufren por culpa de los perversos
    y ayudas también a los huérfanos.
15 Dios mío, destruye a los perversos;
    acaba con todo el mal que han hecho.

16 El SEÑOR reinará por siempre,
    él quitará las naciones de la tierra.
17 SEÑOR, tú escucharás las oraciones de la gente humilde
    y le darás ánimo a su corazón;
    préstales atención.
18 Protege a los indefensos,
    haz justicia a los pobres y oprimidos,
    y que el ser humano no cause más violencia sobre la tierra.

El Señor está al mando

Al director. Canción de David.

Me refugio en el SEÑOR.
Por qué me preguntan:
    «¿No sería mejor que huyas y te escondas,
    saltando a la montaña como ave pequeña?
Los perversos se esconden en la oscuridad,
    listos con sus arcos y flechas,
    para atacar a la gente honesta.
¿Qué harían los justos
    si se destruyeran los fundamentos?»[e]

El SEÑOR está en su templo santo;
    el SEÑOR gobierna desde el cielo.
Su mirada capta todo lo que ocurre;
    con sus ojos examina a los hombres.
El SEÑOR examina a buenos y malos
    y rechaza[f] con firmeza a los violentos.
Hará caer brasas sobre los perversos y azufre como la lluvia.
    No recibirán nada sino un terrible viento abrasador.
En cambio, el SEÑOR es justo y ama la justicia;
    los honestos serán sus amigos.

El Señor defiende a los indefensos

Al director, con la seminit. Canción de David.

¡Sálvame, SEÑOR!
    Ya no hay persona fiel,
    los fieles desaparecieron del mundo[g].
Sólo se dicen mentiras unos a otros.
    Ocultan sus verdaderas intenciones cuando hablan bien de su vecino.
Que el SEÑOR calle esas bocas mentirosas
    y selle esos labios que exageran.
Esos que dicen: «Nuestra boca hará que triunfemos,
    confiamos en nuestros labios.
    ¿Quién será capaz de someternos?»

Pero el SEÑOR dice: «Yo vendré a defender a los pobres
    que sufren por causa de los perversos
    que los han oprimido y maltratado.
Yo les daré la seguridad que han estado buscando».

Las palabras del SEÑOR son tan puras y verdaderas
    como plata terrenal que ha sido fundida
    y purificada siete veces en el horno.

SEÑOR, cuida a la gente indefensa,
    protégela siempre de esta perversa generación.
Los perversos están por todos lados,
    y los seres humanos alaban la maldad.

Ayúdame, Señor

Al director. Canción de David.

SEÑOR, ¿hasta cuándo?
    ¿Vas a olvidarme para siempre?
    ¿Cuánto tiempo más me ignorarás?
¿Cuánto tiempo más seguiré angustiado?
    ¿Cuánto tiempo más sufriré esta pena?
    ¿Cuánto tiempo más mi enemigo será más fuerte que yo?

SEÑOR, mi Dios, mírame, respóndeme.
    Haz que recobre mi vigor;
    que no duerma yo el sueño de la muerte.
Respóndeme.
    De lo contrario, mi enemigo pensará que ha triunfado;
    se alegrará de haberme derrotado.

Yo confío en tu fiel amor;
    rescátame para que pueda festejar tu salvación.
Adoraré al SEÑOR
    porque ha sido bueno conmigo.

La maldad de los seres humanos

(Sal 53)

Al director. Canción de David.

Van pensando los insensatos
    sin tener presente a Dios.
Se han corrompido y cometen crímenes horribles.
    No hay ni uno que haga el bien.

El SEÑOR observó desde el cielo a los seres humanos
    para ver si había alguien que fuera sabio
    y buscara seguir a Dios.
Pero todos se habían alejado de Dios;
    todos se habían vuelto perversos.
No hay ni uno que haga el bien.
    ¡Ni uno solo!

¿Acaso son tan ignorantes los perversos,
    esos que devoran a mi pueblo como si fuera pan?
    ¡Nunca buscan al SEÑOR!
Cuando Dios envíe su castigo a los que hacen el mal,
    se apoderará de ellos un gran terror
    porque Dios está siempre con la gente justa.
Aunque ustedes traten de frustrar los deseos del oprimido,
    el SEÑOR es su refugio.

¡Ojalá que la salvación de Israel
    viniera del que habita en el monte Sion!
Cuando el SEÑOR restaure la fortuna de su gente,
    que sea feliz el pueblo de Jacob,
    que se alegre el pueblo de Israel.

Cómo estar cerca de Dios

Canción de David.

SEÑOR, ¿quién puede vivir en tu templo?
    ¿Quién puede subir a tu monte santo[h]?
Sólo el que vive con honestidad, y hace lo justo,
    pensando y diciendo la verdad;
el que no calumnie a nadie,
    el que no le haga mal a sus semejantes,
    ni insulte a sus vecinos;
sólo el que se aparte de los que Dios desprecia,
    y el que respete al que teme al SEÑOR;
el que cumpla lo que promete,
    aunque tenga que sacrificarse para hacerlo;
el que no cobre intereses por un préstamo,
    y no se deje sobornar para causar daño a gente inocente.

Sólo el que lleve una vida así podrá estar siempre cerca de Dios.

El Señor siempre está conmigo

Poema de David.

Dios mío, protégeme,
    pues en ti me refugio.
Algunos dijeron: «SEÑOR, tú eres mi dueño,
    sin ti soy un infeliz».[i]
Y al mismo tiempo dijeron a los dioses santos[j] del país:
    «Ustedes también son fuertes y muy agradables».
Los que siguen a otro dios sufrirán mucho.
    Yo no participaré en las ofrendas sangrientas que ellos hacen a sus ídolos.
    Ni siquiera permitiré que mis labios pronuncien el nombre de esos dioses falsos.

SEÑOR, tú eres mi alimento,
    lo único que poseo de valor y la copa de la que bebo.
    ¡Mi futuro está en tus manos!
Con la tierra mía fue como ganarme la lotería.[k]
    La mía es una herencia hermosa.

Adoro al SEÑOR porque él me guía;
    incluso en la noche, me orienta y guía mis pasos.
Siempre tomo en cuenta primero al SEÑOR;
    nada me hará tambalear, pues él está a mi lado.
Por eso mi corazón y mi alma estarán llenos de alegría
    y hasta mi cuerpo vivirá seguro por siempre.
10 Porque yo sé que nunca me abandonarás en el lugar de los muertos.
    Nunca dejarás que tu fiel servidor se hunda[l] en la muerte.
11 Tú me enseñas el camino que lleva a la vida.
    Hay mucha alegría en tu presencia;
    a tu derecha hay placeres que duran para siempre.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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