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Read the Bible from start to finish, from Genesis to Revelation.
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Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Éxodo 30-32

Instrucciones para el altar del incienso

30 »Después construye otro altar con madera de acacia para quemar incienso. Hazlo cuadrado, de cuarenta y seis centímetros de largo y de ancho, y noventa y dos centímetros de alto,[a] con cuernos tallados en las esquinas de la misma pieza de madera del altar. Recubre de oro puro la parte superior, los lados y los cuernos del altar, y ponle una moldura de oro alrededor de todo el altar. Haz dos anillos de oro y sujétalos en dos lados opuestos del altar por debajo de la moldura de oro para que sostengan las varas que sirven para transportarlo. Haz las varas con madera de acacia y recúbrelas de oro. Coloca el altar del incienso justo afuera de la cortina interior que protege el arca del pacto,[b] frente a la tapa del arca—el lugar de la expiación—que cubre las tablas grabadas con las condiciones del pacto,[c] donde me encontraré contigo.

»Cada mañana, cuando Aarón prepare las lámparas, deberá quemar incienso aromático sobre el altar. Y cada tarde, cuando encienda las lámparas, también quemará incienso en presencia del Señor. Este acto deberá realizarse de generación en generación. No ofrecerás sobre ese altar incienso no sagrado, ni ninguna ofrenda quemada, ni ofrendas de granos ni ofrendas líquidas.

10 »Una vez al año, Aarón deberá purificar[d] el altar untando los cuernos con sangre de la ofrenda que se hace para purificar al pueblo de su pecado. Esta ceremonia se llevará a cabo todos los años, de generación en generación, porque ese altar es el más santo del Señor».

Dinero para el tabernáculo

11 Entonces el Señor le dijo a Moisés: 12 «Cada vez que hagas un censo del pueblo de Israel, cada hombre contado tendrá que pagar al Señor un rescate por sí mismo. Así ninguna plaga herirá a los israelitas cuando los cuentes. 13 Cada persona contada tendrá que dar una pequeña pieza de plata como ofrenda sagrada al Señor. (Este pago es de medio siclo,[e] según el siclo del santuario, que equivale a veinte geras). 14 Todos los que hayan cumplido veinte años deben dar esa ofrenda sagrada al Señor. 15 Cuando presenten esta ofrenda al Señor para purificar sus vidas y hacerse justos ante él,[f] el rico no dará más del monto establecido y el pobre no dará menos. 16 Recibe el dinero del rescate de los israelitas y úsalo para cuidar el tabernáculo.[g] Esto hará que el Señor se acuerde de los israelitas y servirá para purificarles su vida».

Instrucciones para el lavamanos

17 Luego el Señor le dijo a Moisés: 18 «Haz un lavamanos de bronce con una base también de bronce. Ubícalo entre el tabernáculo y el altar, y llénalo de agua. 19 Allí Aarón y sus hijos se lavarán las manos y los pies. 20 Tendrán que lavarse con agua cada vez que entren al tabernáculo para presentarse delante del Señor y también cuando se acerquen al altar para quemar sus ofrendas especiales para el Señor; de lo contrario, ¡morirán! 21 Tendrán que lavarse las manos y los pies siempre, o morirán. Esta es una ley perpetua para Aarón y sus descendientes; tendrán que obedecerla de generación en generación».

El aceite de la unción

22 Luego el Señor le dijo a Moisés: 23 «Recoge especias selectas—seis kilos de mirra pura; tres kilos de canela aromática; tres kilos de cálamo aromático;[h] 24 y seis kilos de casia[i]—calculado según el peso del siclo del santuario. Consigue también cuatro litros de aceite de oliva.[j] 25 Con la misma técnica que emplea un experto fabricante de incienso, combina estos ingredientes para elaborar el aceite sagrado de la unción. 26 Utiliza este aceite sagrado para ungir el tabernáculo, el arca del pacto, 27 la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y todos sus accesorios, el altar del incienso, 28 el altar de las ofrendas quemadas y todos sus utensilios, y el lavamanos con su base. 29 Conságralos para que sean completamente santos. Después todo lo que tenga contacto con estos objetos se volverá santo.

30 »Unge a Aarón y a sus hijos, a fin de consagrarlos para que me sirvan como sacerdotes. 31 Y dile al pueblo de Israel: “Este aceite santo de la unción está reservado para mí de generación en generación. 32 Nunca será usado para ungir a ninguna otra persona ni deberán preparar una mezcla igual para ustedes. Es aceite consagrado y tienen que tratarlo como tal. 33 Cualquiera que prepare una mezcla igual a esta o unja a alguien que no sea un sacerdote será excluido de la comunidad”».

El incienso

34 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Junta especias aromáticas—gotas de resina, caparazón de moluscos y gálbano—y mezcla estas especias aromáticas con incienso puro, todo en cantidades iguales. 35 Con la misma técnica que emplea el fabricante de incienso, combina todas las especias y rocíalas con sal para producir un incienso puro y santo. 36 Muele una parte de la mezcla hasta convertirla en un polvo fino y colócalo frente al arca del pacto,[k] donde me encontraré contigo en el tabernáculo. Todos deben tratar este incienso como algo sumamente santo. 37 Nunca usen la fórmula para elaborar incienso para ustedes; está reservada para el Señor, y deben tratarlo como algo santo. 38 Cualquiera que prepare incienso igual a este para uso propio será excluido de la comunidad».

Los artesanos: Bezalel y Aholiab

31 Luego el Señor le dijo a Moisés: «Mira, he escogido específicamente a Bezalel, el hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu de Judá. Lo he llenado del Espíritu de Dios y le he dado gran sabiduría, capacidad y destreza en toda clase de artes manuales y oficios. Es un maestro artesano, experto en trabajar el oro, la plata y el bronce. Es hábil en grabar, en incrustar piedras preciosas y en tallar madera. ¡Es un maestro en todo trabajo artístico!

»También he designado personalmente a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, para que sea su ayudante. Además, he dotado de habilidades especiales a todos los expertos artesanos para que puedan hacer todo lo que te he mandado construir:

el tabernáculo;[l]

el arca del pacto;[m]

la tapa del arca: el lugar de la expiación;

todo el mobiliario del tabernáculo;

la mesa y sus utensilios;

el candelabro de oro puro con todos sus accesorios;

el altar del incienso;

el altar de las ofrendas quemadas con todos sus utensilios;

el lavamanos con su base;

10 las vestiduras finamente confeccionadas: las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras que sus hijos llevarán puestas cuando ministren como sacerdotes;

11 el aceite de la unción;

y el incienso aromático para el Lugar Santo.

Los artesanos deberán hacer todo tal como yo te he ordenado».

Instrucciones para el día de descanso

12 Después el Señor le dio a Moisés las siguientes instrucciones: 13 «Diles a los israelitas: “Asegúrense de guardar mi día de descanso, porque el día de descanso es una señal del pacto entre ustedes y yo de generación en generación. Se ha establecido para que sepan que yo soy el Señor, quien los hace santos. 14 Deberán guardar el día de descanso, porque es un día santo para ustedes. Cualquiera que lo profane será ejecutado; y el que trabaje ese día será excluido de la comunidad. 15 Tienen seis días en la semana para hacer su trabajo habitual, pero el séptimo día será un día de descanso absoluto, un día santo, dedicado al Señor. Cualquiera que trabaje el día de descanso será ejecutado. 16 El pueblo de Israel deberá guardar el día de descanso y conmemorarlo de generación en generación. Es una obligación del pacto para siempre. 17 Es una señal perpetua de mi pacto con el pueblo de Israel. Pues en seis días el Señor hizo los cielos y la tierra, pero en el séptimo dejó de trabajar y descansó”».

18 Cuando el Señor terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto,[n] escritas por el dedo de Dios.

El becerro de oro

32 Cuando los israelitas vieron que Moisés tardaba tanto en bajar del monte, se juntaron alrededor de Aarón y le dijeron:

—Vamos, haznos dioses que puedan guiarnos. No sabemos qué le sucedió a ese tipo, Moisés, el que nos trajo aquí desde la tierra de Egipto.

Aarón les respondió:

—Quítenles a sus esposas, hijos e hijas los aretes de oro que llevan en las orejas y tráiganmelos.

Todos se quitaron los aretes que llevaban en las orejas y se los llevaron a Aarón. Entonces Aarón tomó el oro, lo fundió y lo moldeó hasta darle la forma de un becerro. Cuando los israelitas vieron el becerro de oro, exclamaron: «¡Oh Israel, estos son los dioses que te sacaron de la tierra de Egipto!».

Al ver Aarón el entusiasmo del pueblo, edificó un altar frente al becerro. Luego anunció: «¡Mañana celebraremos un festival al Señor!».

Temprano a la mañana siguiente, el pueblo se levantó para sacrificar ofrendas quemadas y ofrendas de paz. Después, todos celebraron con abundante comida y bebida, y se entregaron a diversiones paganas.

El Señor le dijo a Moisés:

—¡Baja ya de la montaña! Tu pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto, se ha corrompido. ¡Qué pronto se apartaron de la forma en que les ordené que vivieran! Fundieron oro y se hicieron un becerro, y se inclinaron ante él y le ofrecieron sacrificios. Andan diciendo: “Oh Israel, estos son tus dioses que te sacaron de la tierra de Egipto”.

Después el Señor dijo:

—He visto lo terco y rebelde que es este pueblo. 10 Ahora quítate de en medio, para que mi ira feroz pueda encenderse contra ellos y destruirlos. Después, Moisés, haré de ti una gran nación.

11 Pero Moisés trató de apaciguar al Señor su Dios.

—¡Oh Señor!—le dijo—, ¿por qué estás tan enojado con tu propio pueblo, el que sacaste de la tierra de Egipto con tan gran poder y mano fuerte? 12 ¿Por qué dejar que los egipcios digan: “Su Dios los rescató con la mala intención de matarlos en los montes y borrarlos de la faz de la tierra”? Abandona tu ira feroz; ¡cambia de parecer en cuanto a ese terrible desastre con el que amenazas a tu pueblo! 13 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob.[o] Tú mismo te comprometiste con ellos bajo juramento diciendo: “Haré que sus descendientes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y entregaré a sus descendientes toda esta tierra que prometí darles, y ellos la poseerán para siempre”.

14 Entonces el Señor cambió de parecer en cuanto al terrible desastre con que había amenazado destruir a su pueblo.

15 Enseguida Moisés se dio la vuelta y descendió del monte. Llevaba en sus manos las dos tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto.[p] Estaban escritas a ambos lados, por delante y por detrás. 16 Estas tablas eran obra de Dios; cada palabra estaba escrita por Dios mismo.

17 Cuando Josué oyó el alboroto del pueblo, que gritaba desde abajo, exclamó a Moisés:

—¡Parece que hay guerra en el campamento!

18 Pero Moisés respondió:

—No, no son gritos de victoria ni lamentos de derrota. Oigo sonidos de celebración.

19 Cuando se acercaron al campamento, Moisés vio el becerro y las danzas, y ardió de enojo. Entonces tiró las tablas de piedra al suelo, las cuales se hicieron pedazos al pie del monte. 20 Tomó el becerro que habían hecho y lo quemó. Luego lo molió hasta hacerlo polvo, lo arrojó al agua y obligó a los israelitas a que la bebieran.

21 Por último, se dirigió a Aarón y le preguntó:

—¿Qué te hizo este pueblo para que lo llevaras a caer en un pecado tan grande?

22 —No te disgustes tanto, mi señor—contestó Aarón—. Tú sabes bien qué mala es esta gente. 23 Ellos me dijeron: “Haznos dioses que puedan guiarnos. No sabemos qué le sucedió a ese tipo, Moisés, el que nos trajo aquí desde la tierra de Egipto”. 24 Así que yo les dije: “Los que tengan joyas de oro, que se las quiten”. Cuando me las trajeron, no hice más que echarlas al fuego, ¡y salió este becerro!

25 Moisés vio que Aarón había permitido que el pueblo se descontrolara por completo y fuera el hazmerreír de sus enemigos.[q] 26 Así que se paró a la entrada del campamento y gritó: «Todos los que estén de parte del Señor, vengan aquí y únanse a mí». Y todos los levitas se juntaron alrededor de él.

27 Moisés les dijo: «Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Cada uno de ustedes tome su espada, recorra el campamento de un extremo al otro; maten a todos, incluso a sus hermanos, amigos y vecinos”». 28 Entonces los levitas obedecieron la orden de Moisés, y ese día murieron unas tres mil personas.

29 Entonces Moisés les dijo a los levitas: «Hoy se consagraron a sí mismos[r] para el servicio del Señor, porque lo obedecieron aun cuando tuvieron que matar a sus propios hijos y hermanos. Hoy se ganaron una bendición».

Moisés intercede por Israel

30 Al día siguiente, Moisés les dijo a los israelitas: «Ustedes cometieron un terrible pecado, pero yo subiré de nuevo al monte a encontrarme con el Señor. Quizá pueda lograr que él les perdone[s] este pecado».

31 Entonces Moisés volvió a donde estaba el Señor y dijo:

—Qué terrible pecado cometió este pueblo; se hicieron dioses de oro. 32 Ahora, si solo perdonaras su pecado; pero si no, ¡borra mi nombre del registro que has escrito!

33 Pero el Señor respondió a Moisés:

—No, yo borraré el nombre de todo aquel que haya pecado contra mí. 34 Ahora ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Mi ángel irá delante de ti. Cuando llegue el día de pedirles cuentas a los israelitas, ciertamente los haré responsables de sus pecados.

35 Después, el Señor envió una terrible plaga sobre ellos porque habían rendido culto al becerro que hizo Aarón.

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