Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 42-43

Libro 2

(Salmos 42-72)

¿Dónde está tu Dios?

Al director. Un poema de los descendientes de Coré.

Como un ciervo busca agua fresca cuando tiene sed,
    así me desespero yo buscándote, Dios mío.
Mi sed es de Dios, del Dios que vive.
    ¿Cuándo es que voy a presentarme ante Dios?
En lugar de comida, tengo llanto.
    Me la paso llorando día y noche
porque la gente me atormenta todo el tiempo preguntándome:
    «¿Dónde está tu Dios?»

Mi corazón se destroza cuando recuerdo esto.
    Me acuerdo de cuando guiaba a las multitudes a la casa de Dios,
de las alegres canciones de alabanza y agradecimiento
    de las multitudes en fiesta.

¿Por qué tengo que estar tan angustiado
    y sufrir tanto?
Confía en Dios.
    Volveré alabarlo por haberme salvado.

Dios mío, estoy tan deprimido aquí
    recordándote en este lugar,
desde esta pequeña colina[a]
    donde están el monte Hermón y el río Jordán.
Escucho el sonido del agua de tus cascadas,
    que sale de lo profundo de la tierra
y cae gritando con fuerza en un pozo profundo.
    Tus fuertes olas me cubren y me ahogan.

El SEÑOR me muestra su fiel amor todos los días.
    Por la noche yo le canto
    y elevo una oración al Dios que me dio la vida.
Al cantar, le pregunto a Dios, mi roca:
    ¿Por qué te has olvidado de mí?
Quiero saber por qué debo aguantar
    tanta crueldad de mis enemigos.
10 Me duelen hasta los huesos
    ante la burla de mis enemigos
que todo el día me preguntan:
    «¿Dónde está tu Dios?»

11 ¿Por qué tengo que estar tan angustiado
    y sufrir tanto?
Confía en Dios.
    Volveré alabarlo por haberme salvado.

Confiaré en Dios

Dios mío, hazme justicia
    y demuestra que soy inocente.
Protégeme de los que no son tu gente fiel,
    de esa gente perversa y mentirosa.
Dios mío, tú eres mi refugio,
    ¿por qué me abandonaste?
¿Por qué tengo que andar triste
    y oprimido por el enemigo?
Envía tu luz y tu verdad
    para que me guíen.
Me llevarán hasta tu monte santo,
    el lugar donde vives.
Así llegaré al altar de Dios,
    del Dios que me da tanta felicidad
y le cantaré canciones de alabanza
    al ritmo de la cítara.

¿Por qué tengo que estar tan angustiado
    y sufrir tanto?
Confía en Dios.
    Volveré alabarlo por haberme salvado.

1 Samuel 2:1-10

Agradecimiento de Ana

Ana oró:

«En el SEÑOR se alegra mi corazón;
    me fortalezco en el SEÑOR.
Me río de mis enemigos,[a]
    estoy muy feliz de mi victoria.

»No hay Dios santo como el SEÑOR,
    no hay otro Dios, sólo tú.
    No hay roca como nuestro Dios.
No sigan haciendo alarde
    ni hablen con orgullo,
porque el SEÑOR Dios todo lo sabe.
    Él guía y juzga a la gente.

»Se quiebra el arco de los soldados fuertes,
    pero los débiles recobran las fuerzas.
Los que antes tenían comida en abundancia,
    ahora tienen que trabajar para conseguir alimento.
En cambio, los que antes tenían hambre,
    ahora engordan de tanto comer.
La mujer que no podía tener hijos,
    ahora tiene siete.
En cambio, la mujer que tenía muchos hijos está triste
    porque sus hijos se fueron.

»El SEÑOR da la vida y la muerte.
    Él envía a la gente al sepulcro[b],
    y la puede resucitar para que viva de nuevo.

»El SEÑOR a unos da pobreza,
    y a otros riqueza;
a unos humilla,
    pero a otros enaltece.
Él levanta del polvo a los pobres;
    les quita su tristeza.[c]
Les da importancia a los pobres,
    sentándolos con príncipes
    en el lugar de los invitados de honor.

»El SEÑOR hizo todo el mundo,
    y todo el mundo le pertenece.[d]

»Guía los pasos de los que te son fieles
    para que no tropiecen,
pero la gente mala será destruida;
    caerá en la oscuridad.
    No triunfará por sus propias fuerzas.

10 »SEÑOR, quebrántalos
    cuando desde el cielo envíes truenos contra tus enemigos.
El SEÑOR juzgará hasta lo último de la tierra.
    Fortalecerá a su rey
    y dará poder a su rey elegido».

Juan 8:31-36

Jesús habla de la liberación del pecado

31 Luego Jesús empezó a decirles a los judíos que habían creído en él:

—Si ustedes siguen obedeciendo mi enseñanza, serán verdaderamente mis seguidores. 32 Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

33 Ellos le contestaron:

—Nosotros somos de la familia de Abraham. Nunca hemos sido esclavos de nadie, ¿por qué dices que seremos libres?

34 Jesús les respondió:

—La verdad es que todo el que se la pase pecando es siervo del pecado. 35 Un siervo no se queda para siempre con una familia,[a] pero un hijo siempre pertenece a la familia. 36 Entonces si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres.

Salmos 48

La grandeza de Sion

Canto. Canción de los descendientes de Coré.

Grande es el SEÑOR
    y merece que se le alabe
en la ciudad de nuestro Dios,
    en su monte santo.
El monte alto es hermoso,
    da alegría al mundo entero.
El monte Sion es el verdadero monte de Dios[a],
    la ciudad del gran Rey.
En los palacios de la ciudad
    se sabe que Dios es refugio seguro.

Se unieron reyes para atacar la ciudad,
    pero cuando la vieron,
quedaron asombrados,
    se asustaron y huyeron.
El miedo se apoderó de ellos,
    se estremecían de dolor como una mujer que está de parto.
Con fuertes vientos tú hiciste pedazos
    sus naves que viajan a Tarsis.

En la ciudad de nuestro Dios,
    la ciudad del SEÑOR de los ejércitos,
pudimos comprobar con nuestros ojos
    todo lo que habíamos escuchado.
Dios la establecerá para siempre. Selah

Dios mío, dentro de tu templo
    meditamos profundamente en tu fiel amor.
10 Dios mío, tu alabanza, como tu nombre,
    se ha extendido por toda la tierra y todo el mundo te alaba.
    Tú verdaderamente haces justicia.
11 El monte Sion está feliz,
    las poblaciones de Judá se alegran
    debido a tus justas decisiones.

12 Caminen por Sion,
    den una vuelta y cuenten sus torres;
13 fíjense en sus murallas,
    recorran sus fortificaciones,
para que se lo puedan contar
    a las generaciones futuras.
14 Este Dios es nuestro Dios ahora y siempre[b];
    él nos guiará eternamente.

Salmos 87

Dios ama a Jerusalén

Canción de la familia Coré. Canto.

Dios echó los cimientos de su ciudad
    en las montañas sagradas.
El SEÑOR ama las puertas de la ciudad de Sion
    más que a cualquier otra población de Israel.
Ciudad de Dios,
    la gente cuenta maravillas de ti. Selah

Dice Dios: «Algunos de mi pueblo viven en Egipto[a] y en Babilonia,
    en Filistea, en Tiro, y hasta en Etiopía».
Pero en cuanto a Sion dice:
    «Yo conozco a cada uno que nació allí».
    Es la ciudad construida por Dios Altísimo.
El SEÑOR escribirá en el registro de las naciones:
    «Este nació en Sion». Selah

El pueblo de Dios cantará y bailará diciendo:
    «Todas mis raíces están en ti».

1 Juan 3:1-8

Somos hijos de Dios

Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos. Por eso la gente del mundo no nos conoce, pues el mundo no conoce a Dios. Mis estimados hermanos, ahora somos hijos de Dios pero todavía no sabemos lo que seremos en el futuro. Lo que sí sabemos, es que cuando Cristo regrese seremos como él, pues lo veremos tal y como él es. Y todo el que tenga esta esperanza puesta en él, se purifica a sí mismo, así como Cristo es puro.

Todo el que peca viola la ley de Dios porque pecar es vivir en contra de la ley de Dios. Ustedes saben que Jesucristo vino para quitar nuestros pecados, y en él no hay ningún pecado. Todo el que permanece en él no sigue pecando. Todo el que sigue pecando, nunca lo ha visto y ni siquiera lo ha conocido.

Hijitos, no dejen que nadie los engañe. El que practica el bien es justo, así como Jesucristo es justo. El que sigue pecando es del diablo, pues el diablo siempre ha pecado, por eso el Hijo de Dios vino para destruir las obras que hace el diablo.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

© 2005, 2015 Bible League International