Book of Common Prayer
Tú eres mi hijo
2 ¿Por qué se alborotan los pueblos paganos?
¿Por qué hacen planes sin sentido?
2 Los reyes y gobernantes de la tierra
se rebelan, y juntos conspiran
contra el Señor y su rey escogido.
3 Y gritan:
«¡Vamos a quitarnos sus cadenas!
¡Vamos a librarnos de sus ataduras!»
4 El Señor, el que reina en el cielo,
se ríe de ellos;
5 luego, enojado, los asusta;
lleno de furor les dice:
6 «Ya he consagrado a mi rey sobre Sión, mi monte santo.»
7 Voy a anunciar la decisión del Señor:
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo;
yo te he engendrado hoy.
8 Pídeme que te dé las naciones como herencia
y hasta el último rincón del mundo en propiedad,
y yo te los daré.
9 Con cetro de hierro destrozarás a los reyes;
¡los harás pedazos como a ollas de barro!»
10 Reyes y gobernantes de la tierra, entiendan esto,
¡aprendan bien esta lección!
11-12 Adoren al Señor con alegría y reverencia;
inclínense ante él con temblor,
no sea que se enoje
y ustedes mueran en el camino,
pues su furor se enciende fácilmente.
¡Felices los que buscan protección en él!
¡Sálvanos otra vez!
(1) Del maestro de coro. Salmo de los hijos de Coré.
85 (2) Señor,
tú has sido muy bueno con este país tuyo;
has cambiado la suerte de Jacob;
2 (3) has perdonado la maldad de tu pueblo
y todos sus pecados;
3 (4) has calmado por completo
tu enojo y tu furor.
4 (5) Dios y Salvador nuestro,
¡sálvanos también ahora
y no sigas enojado con nosotros!
5 (6) ¿Acaso vas a prolongar por siempre
tu enojo contra nosotros?
6 (7) ¿No volverás a darnos vida,
para que tu pueblo se alegre por ti?
7 (8) Oh Señor,
¡muéstranos tu amor, y sálvanos!
8 (9) Escucharé lo que el Señor va a decir;
pues va a hablar de paz a su pueblo,
a los que le son fieles,
para que no vuelvan a hacer locuras.
9 (10) En verdad, Dios está muy cerca,
para salvar a los que le honran;
su gloria vivirá en nuestra tierra.
10 (11) El amor y la verdad se darán cita,
la paz y la justicia se besarán,
11 (12) la verdad brotará de la tierra
y la justicia mirará desde el cielo.
12 (13) El Señor mismo traerá la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
13 (14) La justicia irá delante de él,
y le preparará el camino.
El Señor da poder al rey
(1a) Salmo de David.
110 (1b) El Señor dijo a mi señor:
«Siéntate a mi derecha,
hasta que yo haga de tus enemigos
el estrado de tus pies.»
2 Desde Sión, el Señor te entrega
el cetro, símbolo de tu poder.
¡Domina, pues, a tus enemigos!
3 Tu pueblo se te entrega
en el día de tu victoria.
Sobre los montes santos,
y como el rocío que nace de la aurora,
tu juventud se renueva de día en día.
4 El Señor ha hecho un juramento,
y no va a desdecirse:
«Tú eres sacerdote para siempre,
de la misma clase que Melquisedec.»
5 El Señor está a tu mano derecha;
en el día de su furor, destruirá reyes;
6 dictará sentencia contra las naciones;
amontonará cadáveres;
¡estrellará cabezas en toda la tierra!
7 En el camino, beberá agua de un arroyo,
y el agua le dará nuevas fuerzas.
Las promesas de Dios a David
(1a) Cántico de las subidas.
132 (1b) Acuérdate, Señor, de David
y de todas sus aflicciones;
2 acuérdate del firme juramento,
que te hizo a ti, el Poderoso de Jacob:
3 «No me pondré bajo techo
ni me acostaré a descansar,
4 no cerraré los ojos
ni dormiré un solo instante,
5 mientras no encuentre casa
para el Señor, el Poderoso de Jacob.»
6 En Efrata oímos hablar del arca de la alianza,
y la encontramos en los campos de Jáar.
7 ¡Vayamos al santuario del Señor!
¡Arrodillémonos ante el estrado de sus pies!
8 Levántate, Señor, con tu arca poderosa,
y ven al monte donde has de descansar.
9 Que tus sacerdotes se revistan de justicia;
que tus fieles griten de alegría.
10 Por consideración a David, tu siervo,
no rechaces al rey que has escogido.
11 El Señor hizo a David un firme juramento,
juramento del que no va a desdecirse:
12 «Pondré en tu trono a uno de tus descendientes.
Si tus hijos cumplen con mi alianza
y con los mandatos que voy a enseñarles,
también los hijos de ellos
ocuparán tu trono para siempre.»
13 ¡El Señor ha escogido el monte Sión!
¡Lo ha elegido para vivir allí!
14 «Éste es el monte donde siempre quiero estar;
en él viviré, porque así me agradó.
15 Bendeciré mucho sus alimentos
y saciaré el hambre de sus pobres.
16 Revestiré de salvación a sus sacerdotes
y haré que griten de alegría los que le son fieles.
17 Allí haré que renazca el poder de David.
Ya he preparado una lámpara
para el rey que he escogido.
18 A sus enemigos los llenaré de vergüenza,
pero a él lo cubriré de esplendor.»
El reinado de paz del Señor(A)
4 En los últimos tiempos quedará afirmado
el monte donde se halla el templo del Señor.
Será el monte más alto;
más alto que cualquier otro monte.
Todas las naciones vendrán a él;
2 pueblos numerosos llegarán, diciendo:
«Vengan, subamos al monte del Señor,
al templo del Dios de Jacob,
para que él nos enseñe sus caminos
y podamos andar por sus senderos.»
Porque de Sión saldrá la enseñanza del Señor,
de Jerusalén vendrá su palabra.
3 El Señor juzgará entre las naciones
y decidirá los pleitos de pueblos numerosos,
aun de los más lejanos.
Ellos convertirán sus espadas en arados
y sus lanzas en hoces.
Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro
ni a recibir instrucción para la guerra.
4 Todos vivirán entonces sin temor,
y cada cual podrá descansar
a la sombra de su vid y de su higuera.
¡Son las propias palabras del Señor todopoderoso!
5 Los otros pueblos obedecen a sus propios dioses,
pero nosotros siempre obedeceremos
al Señor nuestro Dios.
2 (1) En cuanto a ti, Belén Efrata,
pequeña entre los clanes de Judá,
de ti saldrá un gobernante de Israel
que desciende de una antigua familia.»
3 (2) Ahora el Señor deja a los suyos,
pero sólo hasta que dé a luz
la mujer que está esperando un hijo.
Entonces se reunirán con sus compatriotas
los israelitas que están en el destierro.
4 (3) El rey se levantará para pastorear a su pueblo
con el poder y la majestad del Señor su Dios,
y ellos podrán vivir en paz,
porque el Señor será engrandecido
hasta el último rincón de la tierra.
1. El amor, señal de nuestra comunión con Dios
7 Queridos hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. 9 Dios mostró su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo único al mundo para que tengamos vida por él. 10 El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados.
11 Queridos hermanos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos unos a otros. 12 A Dios nunca lo ha visto nadie; pero si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros y su amor se hace realidad en nosotros. 13 La prueba de que nosotros vivimos en Dios y de que él vive en nosotros, es que nos ha dado su Espíritu. 14 Y nosotros mismos hemos visto y declaramos que el Padre envió a su Hijo para salvar al mundo. 15 Cualquiera que reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, vive en Dios y Dios en él.
16 Así hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor, y el que vive en el amor, vive en Dios y Dios en él.
El que viene de arriba
31 »El que viene de arriba está sobre todos. El que es de la tierra es terrenal, y habla de las cosas de la tierra. Pero el que viene del cielo está sobre todos, 32 y da testimonio de lo que ha visto y oído; pero nadie acepta su testimonio. 33 Pero si alguien lo acepta, confirma con ello que Dios dice la verdad; 34 pues el que ha sido enviado por Dios, habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente su Espíritu. 35 El Padre ama al Hijo, y le ha dado poder sobre todas las cosas. 36 El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.