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El ángel del Señor en Boquim
Y el ángel del Señor subió de Gilgal a Boquim y dijo: Yo os saqué de Egipto y os conduje a la tierra que había prometido a vuestros padres y dije: «Jamás quebrantaré mi pacto con vosotros,
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Y sucedió que cuando el ángel del Señor habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.
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«Maldecid a Meroz», dijo el ángel del Señor, «maldecid, maldecid a sus moradores; porque no vinieron en ayuda del Señor, en ayuda del Señor contra los guerreros».
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Llamamiento de Gedeón
Y vino el ángel del Señor y se sentó debajo de la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
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Y el ángel del Señor se le apareció, y le dijo: El Señor está contigo, valiente guerrero.
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Y el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y el pan sin levadura, ponlos sobre esta peña y derrama el caldo. Y así lo hizo.
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Entonces el ángel del Señor extendió la punta de la vara que estaba en su mano y tocó la carne y el pan sin levadura; y subió fuego de la roca que consumió la carne y el pan sin levadura. Y el ángel del Señor desapareció de su vista.
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Al ver Gedeón que era el ángel del Señor, dijo: ¡Ay de mí, Señor Dios! Porque ahora he visto al ángel del Señor cara a cara.
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Entonces el ángel del Señor se le apareció a la mujer, y le dijo: He aquí, tú eres estéril y no has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo.
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Y la mujer fue y se lo dijo a su marido, diciendo: Un hombre de Dios vino a mí, y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dónde venía, ni él me hizo saber su nombre.
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Y Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer cuando estaba sentada en el campo; y Manoa su marido no estaba con ella.
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Y el ángel del Señor dijo a Manoa: Que la mujer atienda a todo lo que le dije.
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Visión de Manoa y nacimiento de Sansón
Entonces Manoa dijo al ángel del Señor: Permítenos detenerte y prepararte un cabrito.
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Y el ángel del Señor respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu alimento, mas si preparas un holocausto, ofrécelo al Señor. Y Manoa no sabía que era el ángel del Señor.
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Y Manoa dijo al ángel del Señor: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos?
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Y el ángel del Señor le respondió: ¿Por qué preguntas mi nombre, viendo que es maravilloso?
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Y Manoa tomó el cabrito con la ofrenda de cereal y los ofreció sobre una piedra al Señor, y el ángel hizo maravillas mientras que Manoa y su mujer observaban.
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Pues sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en la llama del altar. Al ver esto, Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra.
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Y el ángel del Señor no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor.