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约翰福音 11
Chinese New Version (Simplified)

拉撒路死了

11 有一个患病的人，名叫拉撒路，住在伯大尼，就是马利亚和她姊姊马大的村庄。 2 这马利亚就是后来用香膏抹主，并且用头发把主的脚擦干的那人；患病的拉撒路是她的兄弟。 3 姊妹二人派人到耶稣那里去，说：“主啊，你所爱的人病了。” 4 耶稣听见，就说：“这病不至于死，而是为了　神的荣耀，使　神的儿子因此得到荣耀。” 5 耶稣向来爱马大和她的妹妹马利亚，以及拉撒路。 6 他听说拉撒路病了，仍然在原来的地方住了两天， 7 然后对门徒说：“我们再到犹太去吧。” 8 门徒对他说：“拉比，近来犹太人要拿石头打你，你还到那里去吗？” 9 耶稣说：“白昼不是有十二小时吗？人若在白昼行走，就不会跌倒，因为他看见这世上的光； 10 人若在夜间行走，就会跌倒，因为他没有光。” 11 耶稣说完了这些话，跟着又对他们说：“我们的朋友拉撒路睡了，我要去唤醒他。” 12 门徒说：“主啊，如果他睡了，就会好过来的。” 13 其实耶稣是指着拉撒路的死说的，门徒却以为他是指正常的睡眠说的。 14 于是，耶稣公开地告诉他们：“拉撒路死了。 15 我为你们欢喜，因为我不在那里，是要使你们相信。现在我们到他那里去吧。” 16 那称为“双生子”（“双生子”原文作“低土马”）的多马，对其他的门徒说：“我们也去跟他一同死吧！”

耶稣是复活是生命

17 耶稣到了，知道拉撒路在坟墓里已经四天了。 18 伯大尼靠近耶路撒冷，相距约有三公里。 19 有许多犹太人来到马大和马利亚那里，为了拉撒路的死来安慰她们。 20 马大听见耶稣来了，就去迎接他，马利亚却仍然坐在家里。 21 马大对耶稣说：“主啊，如果你早在这里，我的兄弟就不会死了！ 22 就是现在，我也知道无论你向　神求甚么，　神必赐给你。” 23 耶稣对她说：“你的兄弟必会复活。” 24 马大说：“我知道在末日复活的时候，他必会复活。” 25 耶稣说：“我就是复活和生命；信我的人，虽然死了，也要活着。 26 所有活着又信我的人，必定永远不死，你信这话吗？” 27 她说：“主啊，我信；我已经信了，你是基督，是　神的儿子，是那要到世上来的。”

耶稣使拉撒路复活

28 马大说了这些话，就回去叫她妹妹马利亚，暗暗地说：“老师来了，他叫你。” 29 马利亚一听见，就急忙起来，到耶稣那里去。 30 那时，耶稣还没有进入村子，仍然在马大迎接他的地方。 31 那些在房子里和马利亚在一起安慰她的犹太人，见她匆忙地起来出去，就跟着她，以为她要到坟墓那里去哭。 32 马利亚来到耶稣那里，一看见他，就俯伏在他脚前，说：“主啊，如果你早在这里，我的兄弟就不会死了！” 33 耶稣看见她在哭，和她一同来的犹太人也在哭，就心里激动，难过起来， 34 说：“你们把他安放在哪里？”他们说：“主啊，请来看。” 35 耶稣哭了。 36 于是犹太人说：“你看，他多么爱这个人！” 37 他们中间有人说：“他既然开了瞎子的眼睛，难道不能使这个人不死吗？”

38 耶稣又再心里激动，来到坟墓前面。那坟墓是一个洞穴，洞口有块石头堵住。 39 耶稣说：“把这块石头挪开！”死者的姊姊马大对他说：“主啊，已经四天了，他必定臭了。” 40 耶稣说：“我不是对你说过‘如果你信，就必定看见　神的荣耀’吗？” 41 于是他们把石头挪开。耶稣举目向天，说：“父啊，我感谢你，因为你垂听了我， 42 我知道你常常听我，但我说这话，是为了周围站着的群众，叫他们信是你差了我来。” 43 说了这话，就大声呼喊：“拉撒路，出来！” 44 那死了的人就出来，他的手脚都缠着布，脸上裹着巾。耶稣说：“解开他，让他走！”

祭司长等想杀害耶稣

45 有许多到马利亚那里去的犹太人，看见了耶稣所作的事，就信了他。 46 但他们中间有些人到法利赛人那里去，把耶稣所作的事都告诉他们。 47 于是祭司长和法利赛人召开公议会，说：“这个人行了许多神迹，我们怎么办呢？ 48 我们若让他这样，所有的人都会信他，罗马人就会来，夺取我们的圣地，除灭我们的民族。” 49 他们当中有一位该亚法，是那年作大祭司的，对他们说：“你们甚么都不知道， 50 也不去想想，一个人代替人民死，免得整个民族灭亡，这对你们是有益的。” 51 他说这话不是由于自己，而是因为他是那年的大祭司，所以预言耶稣要替犹太民族死； 52 不但替犹太民族死，也要把散居各地的　神的儿女招聚成为一体。 53 从那天起，他们就想杀害耶稣。

54 因此，耶稣不再在犹太人中间公开活动，却离开那里，到旷野附近的地方去；到了一座名叫以法莲的城，就和门徒住在那里。

55 犹太人的逾越节快到了，有许多人在过节前从各乡上耶路撒冷去，要在那里洁净自己。 56 他们到处寻找耶稣，站在圣殿里的时候，彼此说：“你们认为怎样？他不会来过节吧？” 57 祭司长和法利赛人早已下了命令：如果有人知道耶稣在哪里，就要前来报告，好去逮捕他。

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Juan 11
La Biblia de las Américas

Muerte de Lázaro

11 Y estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania(A), la aldea de María y de su hermana Marta(B). 2 María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor(C) con perfume y le secó los pies con sus cabellos(D). 3 Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús[a]: Señor(E), mira, el que tú amas(F) está enfermo. 4 Cuando Jesús lo oyó, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios(G), para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella. 5 Y Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro(H). 6 Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más en el lugar donde estaba. 7 Luego, después de esto, dijo* a sus discípulos: Vamos de nuevo a Judea(I). 8 Los discípulos le dijeron*: Rabí[b](J), hace poco que[c] los judíos procuraban apedrearte(K), ¿y vas otra vez allá? 9 Jesús respondió: ¿No hay doce horas en el día? Si alguno anda de día no tropieza, porque ve la luz de este mundo(L). 10 Pero si alguno anda de noche, tropieza, porque la luz no está en él. 11 Dijo esto, y después de esto añadió[d]: Nuestro amigo Lázaro(M) se ha dormido(N); pero voy a despertarlo. 12 Los discípulos entonces le dijeron: Señor, si se ha dormido, se recuperará[e]. 13 Pero Jesús había hablado de la muerte de Lázaro[f], mas ellos creyeron que hablaba literalmente del sueño[g](O). 14 Entonces Jesús, por eso, les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15 y por causa de vosotros me alegro de no haber estado allí, para que creáis; pero vamos a donde está él. 16 Tomás(P), llamado el Dídimo[h](Q), dijo entonces a sus condiscípulos: Vamos nosotros también para morir con Él.

17 Llegó, pues, Jesús y halló que ya hacía cuatro días(R) que estaba en el sepulcro. 18 Betania(S) estaba cerca de Jerusalén, como a tres kilómetros[i]; 19 y muchos de los judíos(T) habían venido a casa de Marta y María(U), para consolarlas(V) por la muerte de su hermano. 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, fue a su encuentro, pero María(W) se quedó sentada en casa. 21 Y[j] Marta dijo a Jesús: Señor(X), si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto(Y). 22 Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá(Z). 23 Jesús le dijo*: Tu hermano resucitará. 24 Marta le contestó*: Yo sé que resucitará en la resurrección(AA), en el día final. 25 Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida(AB); el que cree en mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás(AC). ¿Crees esto? 27 Ella le dijo*: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo[k], el Hijo de Dios(AD), el que viene[l] al mundo(AE). 28 Y habiendo dicho esto, se fue(AF) y llamó a su hermana María, diciéndole en secreto: El Maestro(AG) está aquí, y te llama. 29 Tan pronto como ella lo oyó, se levantó* rápidamente y fue hacia Él.

30 Pues Jesús aún no había entrado en la aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta le había encontrado(AH). 31 Entonces los judíos que estaban con ella en la casa consolándola(AI), cuando vieron que María se levantó de prisa y salió, la siguieron(AJ), suponiendo que iba al sepulcro a llorar allí. 32 Cuando María llegó adonde estaba Jesús, al verle, se arrojó entonces a sus pies, diciéndole: Señor(AK), si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto(AL). 33 Y[m] cuando Jesús la vio llorando, y a los judíos(AM) que vinieron con ella llorando también, se conmovió profundamente(AN) en el espíritu, y se entristeció[n](AO), 34 y dijo: ¿Dónde lo pusisteis? Le dijeron*: Señor, ven y ve. 35 Jesús lloró(AP). 36 Por eso los judíos(AQ) decían: Mirad, cómo lo amaba(AR). 37 Pero algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos del ciego(AS), haber evitado también que Lázaro muriera[o]?

Resurrección de Lázaro

38 Entonces Jesús, de nuevo profundamente conmovido en su interior, fue* al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta sobre ella(AT). 39 Jesús dijo*: Quitad la piedra. Marta, hermana del que había muerto, le dijo*: Señor, ya hiede, porque hace cuatro días(AU) que murió. 40 Jesús le dijo*: ¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios(AV)? 41 Entonces quitaron la piedra(AW). Jesús alzó los ojos a lo alto(AX), y dijo: Padre, te doy gracias(AY) porque me has oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud(AZ) que me rodea, para que crean que tú me has enviado(BA). 43 Habiendo dicho esto, gritó con fuerte voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había muerto salió, los pies y las manos atados(BB) con vendas, y el rostro envuelto en un sudario(BC). Jesús les dijo*: Desatadlo, y dejadlo ir.

Complot para matar a Jesús

45 Por esto muchos de los judíos que habían venido a ver a María(BD), y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en Él(BE). 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos(BF) y les contaron lo que Jesús había hecho.

47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos(BG) convocaron(BH) un concilio(BI), y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales[p](BJ). 48 Si le dejamos seguir así, todos van a creer en Él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar[q](BK) y nuestra[r] nación. 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote(BL) ese año(BM), les dijo: Vosotros no sabéis nada, 50 ni tenéis en cuenta que os es más conveniente que un hombre muera por el pueblo(BN), y no que toda la nación perezca. 51 Ahora bien, no dijo esto de su propia iniciativa[s], sino que siendo el sumo sacerdote ese año(BO), profetizó que Jesús iba a morir por la nación; 52 y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos(BP). 53 Así que, desde ese día planearon entre sí para matarle(BQ).

54 Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos(BR), sino que se fue de allí a la región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín(BS); y se quedó allí con los discípulos. 55 Y estaba cerca la Pascua de los judíos(BT), y muchos de la región subieron a Jerusalén antes de la Pascua para purificarse(BU). 56 Entonces buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se decían unos a otros: ¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta(BV)? 57 Y los principales sacerdotes y los fariseos(BW) habían dado órdenes de que si alguien sabía dónde estaba Jesús, diera aviso para que le prendieran.

Footnotes

  1. Juan 11:3 Lit., El
  2. Juan 11:8 O, Maestro
  3. Juan 11:8 Lit., ahora
  4. Juan 11:11 Lit., les dice
  5. Juan 11:12 Lit., se salvará
  6. Juan 11:13 Lit., su muerte
  7. Juan 11:13 Lit., del sopor del sueño
  8. Juan 11:16 I.e., el gemelo
  9. Juan 11:18 Lit., a 15 estadios
  10. Juan 11:21 Lit., Por tanto
  11. Juan 11:27 I.e., el Mesías
  12. Juan 11:27 «El Que Viene» era el título que se daba al Mesías prometido
  13. Juan 11:33 Lit., Por tanto
  14. Juan 11:33 Lit., se turbó
  15. Juan 11:37 Lit., haber hecho también que este no muriera
  16. Juan 11:47 O, muchos milagros
  17. Juan 11:48 I.e., el templo
  18. Juan 11:48 Lit., el lugar y la
  19. Juan 11:51 Lit., de sí mismo
Close RVR1960

Juan 11
Reina-Valera 1960

Muerte de Lázaro

11 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.(A) 2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.(B)) 3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. 7 Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. 8 Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él. 11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. 13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. 14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15 y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. 16 Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.

Jesús, la resurrección y la vida

17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano. 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa. 21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. 23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.

Jesús llora ante la tumba de Lázaro

28 Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama. 29 Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. 30 Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. 31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. 32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. 33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. 35 Jesús lloró. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?

Resurrección de Lázaro

38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. 39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? 41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. 43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

El complot para matar a Jesús

(Mt. 26.1-5; Mr. 14.1-2; Lc. 22.1-2)

45 Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús, creyeron en él. 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho. 47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. 48 Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. 49 Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; 50 ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. 51 Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; 52 y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. 53 Así que, desde aquel día acordaron matarle.

54 Por tanto, Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se alejó de allí a la región contigua al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos.

55 Y estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua, para purificarse. 56 Y buscaban a Jesús, y estando ellos en el templo, se preguntaban unos a otros: ¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta? 57 Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.

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John 11
New Catholic Bible

I Am the Resurrection[a]

Chapter 11

Death of Lazarus.[b] 1 In Bethany, the village of Mary and her sister Martha, a certain man named Lazarus had fallen ill. 2 This Mary was the woman who had anointed the Lord with ointment and wiped his feet with her hair. It was her brother Lazarus who was ill. 3 And so the sisters sent this message to him, “Lord, the one you love is ill.”

4 When Jesus heard this, he said,

“This illness is not to end in death.
Rather, it is for God’s glory,
so that by means of it
the Son of Man may be glorified.”

5 Jesus loved Martha and her sister and Lazarus. 6 So after learning that Lazarus was ill, he remained for two more days in the place where he was. 7 Then he said to his disciples, “Let us return to Judea.” 8 His disciples said to him, “Rabbi, just a short time ago the Jews were trying to stone you. Why do you want to go back there?” 9 Jesus answered,

“Are there not twelve hours of daylight?
If someone walks in the daylight,
he does not stumble,
because he sees by the light of this world.
10 But if he walks at night,
he stumbles,
because he does not have the light.”

11 After saying this, he went on to tell them, “Our friend Lazarus has fallen asleep, but I am going there to awaken him.” 12 The disciples responded, “Lord, if he has fallen asleep, he will recover.” 13 Jesus, however, had been speaking about the death of Lazarus, but they thought that he was speaking of ordinary sleep.

14 Finally, Jesus told them in plain words, “Lazarus is dead. 15 I am glad for your sake that I was not there, so that you may believe. Let us go to him.” 16 Then Thomas (who was called “the Twin”[c]) said to his fellow disciples, “Let us also go so that we may die with him.”

17 The Kingdom and the Promise of the Resurrection.[d] When Jesus arrived, he learned that Lazarus had already been in the tomb for four days.[e] 18 Now Bethany was near Jerusalem, about two miles distant, 19 and many of the Jews had come to Martha and Mary to console them[f] for the loss of their brother.

20 When Martha heard that Jesus was coming, she went forth to meet him, while Mary remained at home. 21 Martha said to Jesus, “Lord, if you had been here, my brother would not have died. 22 But even now I know that God will grant you whatever you ask of him.” 23 Jesus said to her, “Your brother will rise again.” 24 Martha replied, “I know that he will rise again in the resurrection on the last day.” 25 Jesus then said to her,

“I am the resurrection and the life.
Whoever believes in me,
even though he dies, will live,
26 and everyone who lives
and believes in me
will never die.
Do you believe this?”

27 “Yes, Lord,” she replied. “I believe that you are the Christ, the Son of God, the one who is to come into the world.”

28 When she had said this, she went back and took her sister Mary aside, telling her privately, “The Teacher is here and is asking for you.” 29 As soon as she heard this, she got up quickly and went to him. 30 For Jesus had not yet come to the village, but was still at the place where Martha had met him. 31 When the Jews who were in the house consoling her saw Mary get up quickly and go out, they followed her, assuming that she was going to the tomb to weep there.

32 Mary came to the place where Jesus was, and as soon as she saw him, she fell at his feet and said to him, “Lord, if you had been here, my brother would not have died.” 33 When Jesus saw her weeping, and beheld the Jews who were with her also weeping, he became deeply moved in spirit and angry. 34 He asked, “Where have you laid him?” They said to him, “Lord, come and see.” 35 Jesus began to weep, 36 causing the Jews to say, “See how greatly he loved him!” 37 But some of them remarked, “He opened the eyes of the blind man. Why could he not have done something to prevent this man’s death?”

38 Again deeply moved, Jesus came to the tomb. It was a cave, with a stone closing the entrance. 39 Jesus said, “Take away the stone.” Martha, the dead man’s sister, said to him, “Lord, by now there will be a stench, for he has been dead for four days.”

40 Jesus replied, “Did I not tell you that if you have faith you will see the glory of God?” 41 And so they removed the stone. Then Jesus looked up and said,

“Father, I thank you for hearing me.
42 I know that you always hear me,
but I have said this
for the sake of the people standing here,
so that they may believe
that it was you who sent me.”

43 When he had said this, he cried out in a loud voice, “Lazarus, come out!” 44 The dead man came out, his hands and feet bound with linen bands, and his face wrapped in a cloth. Then Jesus said to them, “Untie him and let him go free.”

45 One Man Must Die for the People.[g] This caused many of the Jews who had come to visit Mary, and had seen what Jesus did, to believe in him. 46 However, some of them went to the Pharisees and reported to them what Jesus had done.

47 As a result, the chief priests and the Pharisees summoned a meeting of the Sanhedrin and said, “What are we going to do? This man is performing many signs. 48 If we let him go on like this, everyone will start to believe in him, and then the Romans will come and suppress both our temple and our nation.”

49 However, one of them, Caiaphas, who was high priest that year,[h] said to them, “You know nothing at all. 50 You do not seem to realize that it is better for us that one man die for the people rather than the whole nation be destroyed.”

51 He did not say this on his own, but as the high priest that year he was prophesying that Jesus was to die for the nation, 52 and not for the nation alone, but to gather into one the dispersed children of God. 53 And so from that day on, they plotted to kill him.[i] 54 As a result, Jesus no longer walked about openly among the Jews. He withdrew to a town called Ephraim[j] in the region bordering the desert, and he remained there with the disciples.

The True Passover That Brings About the Salvation of Humankind[k]

The Hour Has Come[l]

55 The Last Passover.[m]Now the Jewish Passover[n] was drawing near, and many people went up from the country to Jerusalem before the Passover in order to purify themselves. 56 They kept looking for Jesus, and they asked one another as they stood in the temple, “What do you think? Will he come to the feast or not?” 57 Meanwhile, the chief priests and the Pharisees had given orders that anyone who knew where he was should inform them so that they might arrest him.

Footnotes

  1. John 11:1 Unceasingly, Jesus attests that he has come to give life. The Resurrection is the sign that shows he came to give life. Death is no longer the last word on the human condition, and life now assumes an unusual stability; it is filled with endless hope.
  2. John 11:1 Death spares no one, not even friends of the Son of God. But unhurriedly and without fear, Jesus confronts it in order to liberate from it those he loves. Death can no longer be the final destination; henceforth, it is simply a passage for which sleep is like a first image.
    The Gospel of Luke also speaks of the two sisters, Martha and Mary, but without naming their village (Lk 10:38-42); we know from this passage that it was Bethany, and we also learn that they had a brother. Bethany was on the eastern slope of the Mount of Olives, about two miles from Jerusalem.
    One notes the decision of Jesus to accomplish his work without hesitation even to the destiny established by his Father (v. 9); and his light must instill courage into those who follow him (vv. 10-11).
  3. John 11:16 Twin, i.e., Didymus, is the Greek translation of the Aramaic Toma, which means “twin.”
  4. John 11:17 Faced with the death of a friend and the sufferings of the man’s relatives, Jesus responds with true humanity and a compassionate heart; by restoring life to Lazarus, he shows himself to be the Son of God, to whom the Father has given everything he asks for. The hope of a resurrection on the last day was shared by many believers, such as Martha; this conviction had been growing for about a century or two in fervent Jewish circles, such as that of the Pharisees (2 Mac 7:9-14, 22f; 12:43-45; Dan 12:1-3; see Wis 2:3—3:9). In the time of Jesus, however, the priestly caste in Jerusalem opposed the belief (Acts 23:6-9) and tried to ridicule it (Mt 22:23-33). Here Jesus not only confirms the hope but also reveals that he is the one who fulfills it.
  5. John 11:17 Four days: the Jews believed that the soul remained near the body for three days after death, giving hope for a return to the body. By the fourth day there was no hope of coming back.
  6. John 11:19 To console them: according to Jewish custom, there were thirty days of mourning: three days of very great mourning, four days of great mourning, and 23 days of lighter mourning.
  7. John 11:45 There is peril for the city and its religion unless they accept the unimaginable: that God no longer needs his temple and henceforth is present through Jesus Christ alone. Because of civic and religious considerations it is necessary to decide the fate of this man, who unsettles the certainties and confronts the institutions and the established power.
    Without realizing it, Caiaphas, the high priest who had held this office since A.D. 18 and would continue to hold it until A.D. 36, makes a statement that is at the heart of the Christian Faith: Christ will die for all, so that the entire human family may have life. The temple and Jewish tradition are now transcended by a worship and a salvation that are universal.
  8. John 11:49 That year: i.e., at that time. The Jews believed that the high priest possessed a gift of prophecy, which was at times unknowingly carried out (see v. 51).
  9. John 11:53 Jesus is placed under a death sentence, which the careful reader will suspect to be illegal because of Nicodemus’ question to the authorities in Jn 7:51: “Does our Law allow us to pass judgment on someone without first giving him a hearing to ascertain what he is doing?”
  10. John 11:54 Ephraim: on the edge of the wilderness of Judea, 16 miles north of Jerusalem.
  11. John 11:55 It is the feast of Passover in Jerusalem, a time when faith and hope are reborn in the minds of the people, as they commemorate their deliverance from slavery, the formation of the people, the Covenant, the journey to the mountain of God, and the promised land. Lambs are sacrificed, reproducing the shedding of the blood that had preserved the life of Israel long ago. The feast is full of memories, which are at the same time a promise of a different future. This future is now becoming a reality.
    There is now a new Passover, the once-for-all Passover that is accomplished not in a ritual but in an action: Jesus fulfills the former Covenant by bringing to pass that which it had announced and prefigured (Ex 12:1-13, 16); he is the true Lamb who gives his life and whose blood poured out delivers the people from enslavement to evil and sin and opens the way to the true promised land, to the Father, in a communion of life with him.
    The last section of the Gospel of John is centered on this mystery of the Passion of Christ.
    The fate awaiting Jesus from the first pages of this Gospel is fulfilled; his adversaries have decided to put him to death and are waiting to have the sentence executed. It is the reign of darkness. But the hour of Jesus’ death and defeat is another reality, that of triumph and glory; and it will be confirmed by the Resurrection of the Crucified.
    The time of the Church will be inaugurated. She will receive the Spirit promised by Jesus and—as is indicated by the last signs (the miraculous catch of fish and the investiture of Peter)—will be established and sent forth to preach everywhere. She is to proclaim salvation and life so as to gather together all believers until the day when Christ will return in his glory as Son of God and Savior of the world.
  12. John 11:55 The time for signs has ended. The glory that the signs announced is going to appear. How? It will not be through the deceitful glory of human triumphs; it will be through the presence of God in the action of Jesus and in the transformation of the human condition. Jesus’ hour of glory is above all the hour of his death.
  13. John 11:55 According to the tradition followed by the fourth Gospel, the woman who pours the perfume on the feet of Jesus is Mary, the sister of Lazarus. With the prodigality of love she expresses her gratitude for the raising of her brother from the dead; but Jesus evokes his own death, and Mary’s gesture points ahead to this, anticipating by her anointing the rite of burial: it is an act of veneration.
    Wasteful squandering? Only Judas, whose shadow already darkens the picture, thinks so. It is not such veneration of Christ that turns his attention to the poor; it is avarice—at the same time that Jesus is being glorified at Bethany, the plot against him is being laid for civic reasons, as we saw earlier.
  14. John 11:55 This is probably the Passover of the year 30, which was to be Jesus’ last. The devout Jews journeyed to Jerusalem to complete the ritual purifications necessary for Passover celebrations (see Ex 19:10-11, 15; Num 9:6-14; 2 Chr 30:1-3, 15-18). Since Jesus had been present in Jerusalem at the feasts of Tabernacles and Dedication, the populace expected him to be there again. A warrant had been issued for his arrest, and anyone who knew his whereabouts had to declare it under penalty of complicity.
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