Mateo 17-20
Nueva Versión Internacional
La transfiguración(A)(B)
17 Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de Santiago, y los llevó aparte, a una montaña alta. 2 Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz. 3 En esto, se aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús. 4 Pedro dijo a Jesús:
—Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, levantaré tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías.
5 Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió y de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!».
6 Al oír esto, los discípulos se postraron sobre su rostro, aterrorizados. 7 Pero Jesús se acercó a ellos y los tocó.
—Levántense —dijo—. No tengan miedo.
8 Cuando alzaron la vista, no vieron a nadie más que a Jesús.
9 Mientras bajaban de la montaña, Jesús les encargó:
—No cuenten a nadie lo que han visto hasta que el Hijo del hombre se levante de entre los muertos.
10 Entonces los discípulos preguntaron a Jesús:
—¿Por qué dicen los maestros de la Ley que Elías tiene que venir primero?
11 —Sin duda Elías vendrá y restaurará todas las cosas —respondió Jesús—. 12 Pero les digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron. De la misma manera, va a sufrir el Hijo del hombre a manos de ellos.
13 Entonces entendieron los discípulos que les estaba hablando de Juan el Bautista.
Jesús sana a un muchacho endemoniado(C)
14 Cuando llegaron a la multitud, un hombre se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él. 15 Y dijo:
—Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua. 16 Se lo traje a tus discípulos, pero no pudieron sanarlo.
17 —¡Ah, generación incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.
18 Jesús reprendió al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquel momento.
19 Después los discípulos se acercaron a Jesús y, en privado, preguntaron:
—¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?
20 —Por la poca fe que tienen —respondió—. Les aseguro que si tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá” y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible. 21 [a]
22 Estando reunidos en Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres. 23 Lo matarán, pero al tercer día resucitará». Y los discípulos se entristecieron mucho.
El impuesto del Templo
24 Cuando Jesús y sus discípulos llegaron a Capernaúm, los que cobraban el impuesto del Templo[b] se acercaron a Pedro y preguntaron:
—¿Su maestro no paga el impuesto del Templo?
25 —Sí, lo paga —respondió Pedro.
Al entrar Pedro en la casa, se adelantó Jesús a preguntarle:
—¿Tú qué opinas, Simón? Los reyes de la tierra, ¿a quiénes cobran tributos e impuestos: a los suyos o a los demás?
26 —A los demás —contestó Pedro.
—Entonces los suyos están exentos —dijo Jesús—. 27 Pero para no escandalizar a esta gente, vete al lago y echa el anzuelo. Saca el primer pez que pique; ábrele la boca y encontrarás una moneda.[c] Tómala y dásela a ellos por mi impuesto y por el tuyo.
El más importante en el reino de los cielos(D)
18 En ese momento los discípulos se acercaron a Jesús y preguntaron:
—¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?
2 Él llamó a un niño y lo puso en medio de ellos. 3 Entonces dijo:
—Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos. 4 Por tanto, el que se humilla como este niño será el más grande en el reino de los cielos.
5 »Y el que recibe en mi nombre a un niño como este me recibe a mí. 6 Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar.
7 »¡Ay del mundo por los tropiezos! Los tropiezos son inevitables, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! 8 Si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y arrójalo. Más te vale entrar en la vida manco o cojo que ser arrojado al fuego eterno con tus dos manos y tus dos pies. 9 Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo y arrójalo. Más te vale entrar tuerto en la vida que con dos ojos ser arrojado al fuego del infierno.
Parábola de la oveja perdida(E)
10 »Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial. 11 [d]
12 »¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada? 13 Y si llega a encontrarla, les aseguro que se pondrá más feliz por esa sola oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. 14 Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.
El hermano que peca contra ti
15 »Si tu hermano peca contra ti,[e] ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. 16 Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”.[f] 17 Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo[g] o un cobrador de impuestos.
18 »Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
19 »Además les digo que, si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. 20 Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».
Parábola del siervo despiadado
21 Pedro se acercó a Jesús y preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?
22 —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete[h] —contestó Jesús—.
23 »Por eso el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24 Al comenzar a hacerlo, se presentó uno que le debía diez mil monedas de oro.[i] 25 Como él no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su esposa y a sus hijos y todo lo que tenía, para así saldar la deuda. 26 El siervo se postró delante de él. “Tenga paciencia conmigo —rogó—, y se lo pagaré todo”. 27 El señor se compadeció de su siervo, perdonó su deuda y lo dejó en libertad.
28 »Al salir, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas de plata.[j] Lo agarró por el cuello y comenzó a estrangularlo. “¡Págame lo que me debes!”, exigió. 29 Su compañero se postró delante de él. “Ten paciencia conmigo —rogó—, y te lo pagaré”. 30 Pero él se negó. Más bien fue y lo hizo meter en la cárcel hasta que pagara la deuda. 31 Cuando los demás siervos vieron lo ocurrido, se entristecieron mucho y fueron a contarle a su señor todo lo que había sucedido. 32 Entonces el señor mandó llamar al siervo. “¡Siervo malvado! —le dijo—, te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. 33 ¿No debías tú también haberte compadecido de tu compañero, así como yo me compadecí de ti?”. 34 Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que debía.
35 »Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su hermano».
El divorcio(F)
19 Cuando Jesús acabó de decir estas cosas, salió de Galilea y se fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán. 2 Lo siguieron grandes multitudes y sanó allí a los enfermos.
3 Algunos fariseos se acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron:
—¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?
4 —¿No han leído —respondió Jesús— que en el principio el Creador “los creó hombre y mujer”[k] 5 y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos llegarán a ser uno solo”?[l] 6 Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
7 Ellos replicaron:
—¿Por qué, entonces, mandó Moisés que un hombre diera a su esposa un certificado de divorcio y la despidiera?
8 —Moisés les permitió a ustedes divorciarse de sus esposas por lo obstinados que son[m] —respondió Jesús—. Pero no fue así desde el principio. 9 Les digo que, excepto en caso de inmoralidad sexual, el que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio.
10 —Si tal es la situación entre esposo y esposa —comentaron los discípulos—, es mejor no casarse.
11 —No todos pueden comprender este asunto —respondió Jesús—, sino solo aquellos a quienes se les ha concedido entenderlo. 12 Pues algunos son eunucos porque nacieron así; a otros los hicieron así los hombres; y otros se han hecho así por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte.
Jesús y los niños(G)
13 Llevaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orara por ellos, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban.
14 Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos». 15 Después de poner las manos sobre ellos, se fue de allí.
El joven rico(H)
16 Sucedió que un joven se acercó a Jesús y le preguntó:
—Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para obtener la vida eterna?
17 —¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno?[n] —respondió Jesús—. Solamente hay uno que es bueno. Si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.
18 —¿Cuáles? —preguntó el joven.
Contestó Jesús:
—“No mates, no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, 19 honra a tu padre y a tu madre”[o] y “ama a tu prójimo como a ti mismo”.[p]
20 —Todos esos los he cumplido[q] —dijo el joven—. ¿Qué más me falta?
21 Jesús respondió:
—Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.
22 Cuando el joven oyó esto, se fue triste porque tenía muchas riquezas.
23 —Les aseguro —comentó Jesús a sus discípulos— que es difícil para un rico entrar en el reino de los cielos. 24 De hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
25 Al oír esto, los discípulos quedaron asombrados y decían:
—En ese caso, ¿quién podrá salvarse?
26 —Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible.
27 —¡Mira, nosotros lo hemos dejado todo por seguirte! —le dijo Pedro—. ¿Y qué ganamos con eso?
28 —Les aseguro —respondió Jesús— que en la renovación de todas las cosas, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre,[r] hijos o terrenos recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos de los primeros serán últimos y los últimos serán primeros.
Parábola de los viñadores
20 »Asimismo, el reino de los cielos se parece a un propietario que salió de madrugada a contratar obreros para su viñedo. 2 Acordó darles la paga de un día de trabajo[s] y los envió a su viñedo. 3 Cerca de las nueve de la mañana,[t] salió y vio a otros que estaban desocupados en la plaza. 4 Les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo y les pagaré lo que sea justo”. 5 Así que fueron. Salió de nuevo a eso del mediodía, y luego a la media tarde e hizo lo mismo. 6 Alrededor de las cinco de la tarde, salió y encontró a otros más que estaban sin trabajo. Les preguntó: “¿Por qué han estado aquí desocupados todo el día?”. 7 “Porque nadie nos ha contratado”, contestaron. Él les dijo: “Vayan también ustedes a trabajar en mi viñedo”.
8 »Al atardecer, el dueño del viñedo ordenó a su capataz: “Llama a los obreros y págales su salario, comenzando por los últimos contratados hasta llegar a los primeros”. 9 Se presentaron los obreros que habían sido contratados cerca de las cinco de la tarde y cada uno recibió la paga de un día. 10 Por eso, cuando llegaron los que fueron contratados primero, esperaban recibir más. Pero cada uno de ellos recibió también la paga de un día. 11 Al recibirla, comenzaron a murmurar contra el propietario. 12 “Estos que fueron los últimos en ser contratados trabajaron una sola hora —dijeron—, y usted los ha tratado como a nosotros que hemos soportado el peso del trabajo y el calor del día”. 13 Pero él contestó a uno de ellos: “Amigo, no estoy cometiendo ninguna injusticia contigo. ¿Acaso no aceptaste trabajar por esa paga? 14 Tómala y vete. Quiero darle al último obrero contratado lo mismo que te di a ti. 15 ¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia que yo sea generoso?”.[u]
16 »Así que los últimos serán primeros y los primeros serán últimos».
Jesús predice de nuevo su muerte(I)
17 Mientras subía Jesús rumbo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos y les dijo: 18 «Ahora vamos subiendo a Jerusalén y el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la Ley. Ellos lo condenarán a muerte 19 y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará».
La petición de una madre(J)
20 Entonces la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, se acercó a Jesús y, arrodillándose, le pidió un favor.
21 —¿Qué quieres? —preguntó Jesús.
Ella le dijo:
—Ordena que en tu reino uno de estos dos hijos míos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22 —Ustedes no saben lo que están pidiendo —respondió Jesús—. ¿Pueden acaso beber el trago amargo de la copa que yo voy a beber?
—Sí, podemos.
23 —Les aseguro que beberán de mi copa —dijo Jesús—, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde concederlo. Eso ya lo ha decidido[v] mi Padre.
24 Cuando lo oyeron los otros diez, se indignaron con los dos hermanos. 25 Jesús los llamó y dijo:
—Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen al pueblo y los altos oficiales abusan de su autoridad. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor 27 y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás, 28 así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Dos ciegos reciben la vista(K)
29 Una gran multitud seguía a Jesús cuando él salía de Jericó con sus discípulos. 30 Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que pasaba Jesús, gritaron:
—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!
31 La multitud los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban con más fuerza:
—¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!
32 Jesús se detuvo y los llamó.
—¿Qué quieren que haga por ustedes?
33 —Señor, queremos recibir la vista.
34 Jesús se compadeció de ellos y tocó sus ojos. Al instante recobraron la vista y lo siguieron.
Footnotes
- 17:21 Algunos manuscritos agregan lo siguiente: Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno. Véase Mr 9:29.
- 17:24 el impuesto del Templo. Lit. las dos dracmas.
- 17:27 una moneda. Lit. un estatero (moneda que equivale a cuatro dracmas).
- 18:11 Algunos manuscritos agregan lo siguiente: El Hijo del hombre vino a salvar lo que se había perdido. Véase Lc 19:10.
- 18:15 peca contra ti. Var. peca.
- 18:16 Dt 19:15.
- 18:17 incrédulo. Lit. un gentil.
- 18:22 setenta veces siete. Alt. setenta y siete veces. El número siete simbolizaba la perfección.
- 18:24 diez mil monedas de oro. Lit. diez mil talentos.
- 18:28 monedas de plata. Lit. denarios.
- 19:4 Gn 1:27.
- 19:5 Gn 2:24.
- 19:8 por lo obstinados que son. Lit. por su dureza de corazón.
- 19:17 ¿Por qué … bueno? Var. ¿Por qué me llamas bueno?
- 19:19 Éx 20:12-16; Dt 5:16-20.
- 19:19 Lv 19:18.
- 19:20 cumplido. Var. cumplido desde mi juventud.
- 19:29 madre. Var. madre, esposa.
- 20:2 la paga de un día de trabajo. Lit. un denario por el día; también en vv. 9, 10 y 13.
- 20:3 las nueve de la mañana. Lit. la hora tercera; en v. 5 la hora sexta y novena; en vv. 6 y 9 la hora undécima.
- 20:15 ¿O … generoso? Lit. ¿O es tu ojo malo porque yo soy bueno?
- 20:23 concederlo. … decidido. Lit. concederlo, sino para quienes lo ha preparado.
Mateo 17-20
Reina-Valera 1960
La transfiguración
(Mr. 9.2-13; Lc. 9.28-36)
17 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos,(A) y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. 4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. 5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;(B) a él oíd. 6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. 7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. 8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
9 Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. 10 Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?(C) 11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. 12 Mas os digo que Elías ya vino,(D) y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. 13 Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.
Jesús sana a un muchacho lunático
(Mr. 9.14-29; Lc. 9.37-43)
14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: 15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. 16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. 18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora. 19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará;(E) y nada os será imposible. 21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.
Jesús anuncia otra vez su muerte
(Mr. 9.30-32; Lc. 9.43-45)
22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, 23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.
Pago del impuesto del templo
24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas,(F) y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? 25 Él dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? 26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. 27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero;[a] tómalo, y dáselo por mí y por ti.
¿Quién es el mayor?
(Mr. 9.33-37; Lc. 9.46-48)
18 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?(G) 2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, 3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.(H) 4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.
Ocasiones de caer
(Mr. 9.42-48; Lc. 17.1-2)
6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.
7 ¡Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! 8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.(I) 9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.(J)
Parábola de la oveja perdida
(Lc. 15.3-7)
10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. 11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.(K) 12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado? 13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquella, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. 14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.
Cómo se debe perdonar al hermano
15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.(L) 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos(M) conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.(N) 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.(O)
Los dos deudores
23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. 25 A este, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. 28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. 29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. 31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. 32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Jesús enseña sobre el divorcio
(Mr. 10.1-12; Lc. 16.18)
19 Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea, y fue a las regiones de Judea al otro lado del Jordán. 2 Y le siguieron grandes multitudes, y los sanó allí.
3 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? 4 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,(P) 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?(Q) 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla?(R) 8 Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. 9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.(S)
10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. 11 Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. 12 Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.
Jesús bendice a los niños
(Mr. 10.13-16; Lc. 18.15-17)
13 Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. 14 Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. 15 Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.
El joven rico
(Mr. 10.17-31; Lc. 18.18-30)
16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? 17 Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. 18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás.(T) No adulterarás.(U) No hurtarás.(V) No dirás falso testimonio.(W) 19 Honra a tu padre y a tu madre;(X) y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.(Y) 20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? 21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. 22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. 24 Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. 25 Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? 26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible. 27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? 28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria,(Z) vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.(AA) 29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos primeros serán postreros, y postreros, primeros.(AB)
Los obreros de la viña
20 Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. 2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; 4 y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. 5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? 7 Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. 8 Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal,(AC) comenzando desde los postreros hasta los primeros. 9 Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. 10 Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, 12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. 13 Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? 16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.(AD)
Nuevamente Jesús anuncia su muerte
(Mr. 10.32-34; Lc. 18.31-34)
17 Subiendo Jesús a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte en el camino, y les dijo: 18 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte; 19 y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; mas al tercer día resucitará.
Petición de Santiago y de Juan
(Mr. 10.35-45)
20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. 21 Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 22 Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. 23 Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. 24 Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. 25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será así,(AE) sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;(AF) 28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Dos ciegos reciben la vista
(Mr. 10.46-52; Lc. 18.35-43)
29 Al salir ellos de Jericó, le seguía una gran multitud. 30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.
Footnotes
- Mateo 17:27 Moneda correspondiente a cuatro dracmas.
Matthew 17-20
New International Version
The Transfiguration(A)(B)
17 After six days Jesus took with him Peter, James and John(C) the brother of James, and led them up a high mountain by themselves. 2 There he was transfigured before them. His face shone like the sun, and his clothes became as white as the light. 3 Just then there appeared before them Moses and Elijah, talking with Jesus.
4 Peter said to Jesus, “Lord, it is good for us to be here. If you wish, I will put up three shelters—one for you, one for Moses and one for Elijah.”
5 While he was still speaking, a bright cloud covered them, and a voice from the cloud said, “This is my Son, whom I love; with him I am well pleased.(D) Listen to him!”(E)
6 When the disciples heard this, they fell facedown to the ground, terrified. 7 But Jesus came and touched them. “Get up,” he said. “Don’t be afraid.”(F) 8 When they looked up, they saw no one except Jesus.
9 As they were coming down the mountain, Jesus instructed them, “Don’t tell anyone(G) what you have seen, until the Son of Man(H) has been raised from the dead.”(I)
10 The disciples asked him, “Why then do the teachers of the law say that Elijah must come first?”
11 Jesus replied, “To be sure, Elijah comes and will restore all things.(J) 12 But I tell you, Elijah has already come,(K) and they did not recognize him, but have done to him everything they wished.(L) In the same way the Son of Man is going to suffer(M) at their hands.” 13 Then the disciples understood that he was talking to them about John the Baptist.(N)
Jesus Heals a Demon-Possessed Boy(O)
14 When they came to the crowd, a man approached Jesus and knelt before him. 15 “Lord, have mercy on my son,” he said. “He has seizures(P) and is suffering greatly. He often falls into the fire or into the water. 16 I brought him to your disciples, but they could not heal him.”
17 “You unbelieving and perverse generation,” Jesus replied, “how long shall I stay with you? How long shall I put up with you? Bring the boy here to me.” 18 Jesus rebuked the demon, and it came out of the boy, and he was healed at that moment.
19 Then the disciples came to Jesus in private and asked, “Why couldn’t we drive it out?”
20 He replied, “Because you have so little faith. Truly I tell you, if you have faith(Q) as small as a mustard seed,(R) you can say to this mountain, ‘Move from here to there,’ and it will move.(S) Nothing will be impossible for you.” [21] [a]
Jesus Predicts His Death a Second Time
22 When they came together in Galilee, he said to them, “The Son of Man(T) is going to be delivered into the hands of men. 23 They will kill him,(U) and on the third day(V) he will be raised to life.”(W) And the disciples were filled with grief.
The Temple Tax
24 After Jesus and his disciples arrived in Capernaum, the collectors of the two-drachma temple tax(X) came to Peter and asked, “Doesn’t your teacher pay the temple tax?”
25 “Yes, he does,” he replied.
When Peter came into the house, Jesus was the first to speak. “What do you think, Simon?” he asked. “From whom do the kings of the earth collect duty and taxes(Y)—from their own children or from others?”
26 “From others,” Peter answered.
“Then the children are exempt,” Jesus said to him. 27 “But so that we may not cause offense,(Z) go to the lake and throw out your line. Take the first fish you catch; open its mouth and you will find a four-drachma coin. Take it and give it to them for my tax and yours.”
The Greatest in the Kingdom of Heaven(AA)
18 At that time the disciples came to Jesus and asked, “Who, then, is the greatest in the kingdom of heaven?”
2 He called a little child to him, and placed the child among them. 3 And he said: “Truly I tell you, unless you change and become like little children,(AB) you will never enter the kingdom of heaven.(AC) 4 Therefore, whoever takes the lowly position of this child is the greatest in the kingdom of heaven.(AD) 5 And whoever welcomes one such child in my name welcomes me.(AE)
Causing to Stumble
6 “If anyone causes one of these little ones—those who believe in me—to stumble, it would be better for them to have a large millstone hung around their neck and to be drowned in the depths of the sea.(AF) 7 Woe to the world because of the things that cause people to stumble! Such things must come, but woe to the person through whom they come!(AG) 8 If your hand or your foot causes you to stumble,(AH) cut it off and throw it away. It is better for you to enter life maimed or crippled than to have two hands or two feet and be thrown into eternal fire. 9 And if your eye causes you to stumble,(AI) gouge it out and throw it away. It is better for you to enter life with one eye than to have two eyes and be thrown into the fire of hell.(AJ)
The Parable of the Wandering Sheep(AK)
10 “See that you do not despise one of these little ones. For I tell you that their angels(AL) in heaven always see the face of my Father in heaven. [11] [b]
12 “What do you think? If a man owns a hundred sheep, and one of them wanders away, will he not leave the ninety-nine on the hills and go to look for the one that wandered off? 13 And if he finds it, truly I tell you, he is happier about that one sheep than about the ninety-nine that did not wander off. 14 In the same way your Father in heaven is not willing that any of these little ones should perish.
Dealing With Sin in the Church
15 “If your brother or sister[c] sins,[d] go and point out their fault,(AM) just between the two of you. If they listen to you, you have won them over. 16 But if they will not listen, take one or two others along, so that ‘every matter may be established by the testimony of two or three witnesses.’[e](AN) 17 If they still refuse to listen, tell it to the church;(AO) and if they refuse to listen even to the church, treat them as you would a pagan or a tax collector.(AP)
18 “Truly I tell you, whatever you bind on earth will be[f] bound in heaven, and whatever you loose on earth will be[g] loosed in heaven.(AQ)
19 “Again, truly I tell you that if two of you on earth agree about anything they ask for, it will be done for them(AR) by my Father in heaven. 20 For where two or three gather in my name, there am I with them.”(AS)
The Parable of the Unmerciful Servant
21 Then Peter came to Jesus and asked, “Lord, how many times shall I forgive my brother or sister who sins against me?(AT) Up to seven times?”(AU)
22 Jesus answered, “I tell you, not seven times, but seventy-seven times.[h](AV)
23 “Therefore, the kingdom of heaven is like(AW) a king who wanted to settle accounts(AX) with his servants. 24 As he began the settlement, a man who owed him ten thousand bags of gold[i] was brought to him. 25 Since he was not able to pay,(AY) the master ordered that he and his wife and his children and all that he had be sold(AZ) to repay the debt.
26 “At this the servant fell on his knees before him.(BA) ‘Be patient with me,’ he begged, ‘and I will pay back everything.’ 27 The servant’s master took pity on him, canceled the debt and let him go.
28 “But when that servant went out, he found one of his fellow servants who owed him a hundred silver coins.[j] He grabbed him and began to choke him. ‘Pay back what you owe me!’ he demanded.
29 “His fellow servant fell to his knees and begged him, ‘Be patient with me, and I will pay it back.’
30 “But he refused. Instead, he went off and had the man thrown into prison until he could pay the debt. 31 When the other servants saw what had happened, they were outraged and went and told their master everything that had happened.
32 “Then the master called the servant in. ‘You wicked servant,’ he said, ‘I canceled all that debt of yours because you begged me to. 33 Shouldn’t you have had mercy on your fellow servant just as I had on you?’ 34 In anger his master handed him over to the jailers to be tortured, until he should pay back all he owed.
35 “This is how my heavenly Father will treat each of you unless you forgive your brother or sister from your heart.”(BB)
Divorce(BC)
19 When Jesus had finished saying these things,(BD) he left Galilee and went into the region of Judea to the other side of the Jordan. 2 Large crowds followed him, and he healed them(BE) there.
3 Some Pharisees came to him to test him. They asked, “Is it lawful for a man to divorce his wife(BF) for any and every reason?”
4 “Haven’t you read,” he replied, “that at the beginning the Creator ‘made them male and female,’[k](BG) 5 and said, ‘For this reason a man will leave his father and mother and be united to his wife, and the two will become one flesh’[l]?(BH) 6 So they are no longer two, but one flesh. Therefore what God has joined together, let no one separate.”
7 “Why then,” they asked, “did Moses command that a man give his wife a certificate of divorce and send her away?”(BI)
8 Jesus replied, “Moses permitted you to divorce your wives because your hearts were hard. But it was not this way from the beginning. 9 I tell you that anyone who divorces his wife, except for sexual immorality, and marries another woman commits adultery.”(BJ)
10 The disciples said to him, “If this is the situation between a husband and wife, it is better not to marry.”
11 Jesus replied, “Not everyone can accept this word, but only those to whom it has been given.(BK) 12 For there are eunuchs who were born that way, and there are eunuchs who have been made eunuchs by others—and there are those who choose to live like eunuchs for the sake of the kingdom of heaven. The one who can accept this should accept it.”
The Little Children and Jesus(BL)
13 Then people brought little children to Jesus for him to place his hands on them(BM) and pray for them. But the disciples rebuked them.
14 Jesus said, “Let the little children come to me, and do not hinder them, for the kingdom of heaven belongs(BN) to such as these.”(BO) 15 When he had placed his hands on them, he went on from there.
The Rich and the Kingdom of God(BP)
16 Just then a man came up to Jesus and asked, “Teacher, what good thing must I do to get eternal life(BQ)?”(BR)
17 “Why do you ask me about what is good?” Jesus replied. “There is only One who is good. If you want to enter life, keep the commandments.”(BS)
18 “Which ones?” he inquired.
Jesus replied, “‘You shall not murder, you shall not commit adultery,(BT) you shall not steal, you shall not give false testimony, 19 honor your father and mother,’[m](BU) and ‘love your neighbor as yourself.’[n]”(BV)
20 “All these I have kept,” the young man said. “What do I still lack?”
21 Jesus answered, “If you want to be perfect,(BW) go, sell your possessions and give to the poor,(BX) and you will have treasure in heaven.(BY) Then come, follow me.”
22 When the young man heard this, he went away sad, because he had great wealth.
23 Then Jesus said to his disciples, “Truly I tell you, it is hard for someone who is rich(BZ) to enter the kingdom of heaven. 24 Again I tell you, it is easier for a camel to go through the eye of a needle than for someone who is rich to enter the kingdom of God.”
25 When the disciples heard this, they were greatly astonished and asked, “Who then can be saved?”
26 Jesus looked at them and said, “With man this is impossible, but with God all things are possible.”(CA)
27 Peter answered him, “We have left everything to follow you!(CB) What then will there be for us?”
28 Jesus said to them, “Truly I tell you, at the renewal of all things, when the Son of Man sits on his glorious throne,(CC) you who have followed me will also sit on twelve thrones, judging the twelve tribes of Israel.(CD) 29 And everyone who has left houses or brothers or sisters or father or mother or wife[o] or children or fields for my sake will receive a hundred times as much and will inherit eternal life.(CE) 30 But many who are first will be last, and many who are last will be first.(CF)
The Parable of the Workers in the Vineyard
20 “For the kingdom of heaven is like(CG) a landowner who went out early in the morning to hire workers for his vineyard.(CH) 2 He agreed to pay them a denarius[p] for the day and sent them into his vineyard.
3 “About nine in the morning he went out and saw others standing in the marketplace doing nothing. 4 He told them, ‘You also go and work in my vineyard, and I will pay you whatever is right.’ 5 So they went.
“He went out again about noon and about three in the afternoon and did the same thing. 6 About five in the afternoon he went out and found still others standing around. He asked them, ‘Why have you been standing here all day long doing nothing?’
7 “‘Because no one has hired us,’ they answered.
“He said to them, ‘You also go and work in my vineyard.’
8 “When evening came,(CI) the owner of the vineyard said to his foreman, ‘Call the workers and pay them their wages, beginning with the last ones hired and going on to the first.’
9 “The workers who were hired about five in the afternoon came and each received a denarius. 10 So when those came who were hired first, they expected to receive more. But each one of them also received a denarius. 11 When they received it, they began to grumble(CJ) against the landowner. 12 ‘These who were hired last worked only one hour,’ they said, ‘and you have made them equal to us who have borne the burden of the work and the heat(CK) of the day.’
13 “But he answered one of them, ‘I am not being unfair to you, friend.(CL) Didn’t you agree to work for a denarius? 14 Take your pay and go. I want to give the one who was hired last the same as I gave you. 15 Don’t I have the right to do what I want with my own money? Or are you envious because I am generous?’(CM)
16 “So the last will be first, and the first will be last.”(CN)
Jesus Predicts His Death a Third Time(CO)
17 Now Jesus was going up to Jerusalem. On the way, he took the Twelve aside and said to them, 18 “We are going up to Jerusalem,(CP) and the Son of Man(CQ) will be delivered over to the chief priests and the teachers of the law.(CR) They will condemn him to death 19 and will hand him over to the Gentiles to be mocked and flogged(CS) and crucified.(CT) On the third day(CU) he will be raised to life!”(CV)
A Mother’s Request(CW)
20 Then the mother of Zebedee’s sons(CX) came to Jesus with her sons and, kneeling down,(CY) asked a favor of him.
21 “What is it you want?” he asked.
She said, “Grant that one of these two sons of mine may sit at your right and the other at your left in your kingdom.”(CZ)
22 “You don’t know what you are asking,” Jesus said to them. “Can you drink the cup(DA) I am going to drink?”
“We can,” they answered.
23 Jesus said to them, “You will indeed drink from my cup,(DB) but to sit at my right or left is not for me to grant. These places belong to those for whom they have been prepared by my Father.”
24 When the ten heard about this, they were indignant(DC) with the two brothers. 25 Jesus called them together and said, “You know that the rulers of the Gentiles lord it over them, and their high officials exercise authority over them. 26 Not so with you. Instead, whoever wants to become great among you must be your servant,(DD) 27 and whoever wants to be first must be your slave— 28 just as the Son of Man(DE) did not come to be served, but to serve,(DF) and to give his life as a ransom(DG) for many.”
Two Blind Men Receive Sight(DH)
29 As Jesus and his disciples were leaving Jericho, a large crowd followed him. 30 Two blind men were sitting by the roadside, and when they heard that Jesus was going by, they shouted, “Lord, Son of David,(DI) have mercy on us!”
31 The crowd rebuked them and told them to be quiet, but they shouted all the louder, “Lord, Son of David, have mercy on us!”
32 Jesus stopped and called them. “What do you want me to do for you?” he asked.
33 “Lord,” they answered, “we want our sight.”
34 Jesus had compassion on them and touched their eyes. Immediately they received their sight and followed him.
Footnotes
- Matthew 17:21 Some manuscripts include here words similar to Mark 9:29.
- Matthew 18:11 Some manuscripts include here the words of Luke 19:10.
- Matthew 18:15 The Greek word for brother or sister (adelphos) refers here to a fellow disciple, whether man or woman; also in verses 21 and 35.
- Matthew 18:15 Some manuscripts sins against you
- Matthew 18:16 Deut. 19:15
- Matthew 18:18 Or will have been
- Matthew 18:18 Or will have been
- Matthew 18:22 Or seventy times seven
- Matthew 18:24 Greek ten thousand talents; a talent was worth about 20 years of a day laborer’s wages.
- Matthew 18:28 Greek a hundred denarii; a denarius was the usual daily wage of a day laborer (see 20:2).
- Matthew 19:4 Gen. 1:27
- Matthew 19:5 Gen. 2:24
- Matthew 19:19 Exodus 20:12-16; Deut. 5:16-20
- Matthew 19:19 Lev. 19:18
- Matthew 19:29 Some manuscripts do not have or wife.
- Matthew 20:2 A denarius was the usual daily wage of a day laborer.
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