Un dia a la Vez

Vivamos el hoy

Oh Señor [...] por todas las generaciones proclamará mi boca tu fidelidad. Declararé que tu amor permanece firme para siempre.
Salmo 89:1-2

Doy gracias a mi Dios porque muchas personas comienzan su día con este humilde devocional y lo digo así porque no soy pastora ni mucho menos. Aun así, Dios me ha dado el don y el gran privilegio de inyectar entusiasmo y alegría a la gente debido a todo lo que se pierde cuando se tienen tantas cosas en la mente y la vida es muy agitada.

Agradezco a cada uno de los oyentes que me ha dicho que mis oraciones y mis palabras de aliento han sido y siguen siendo de bendición para sus vidas y su diario vivir. ¡GRACIAS!

En realidad, esa debe ser nuestra actitud. Muchas veces he llegado durante estos diez años a la radio con diversas preocupaciones, enfermedades, problemas económicos y situaciones que vivimos todos los seres humanos. A pesar de eso, Dios ha sido tan grande que, en medio de esas circunstancias, todo se olvida al llegar al micrófono. Es como si pasara a otro plano. De mi boca solo sale agradecimiento a Dios y unas inmensos deseos de decirte: «Dios te ama, Dios te cuida, Dios está interesado en tu problema, Dios quiere hacerte feliz».

No obstante, dependerá mucho de nuestra actitud. Nosotros somos lo que hablamos o lo que confesamos. Si te levantas amargado y desde que abres tus ojitos y tu boca lo primero que pronuncias son palabras negativas, sales de tu casa en ese tono, lo llevas en mente y se lo dices a tu familia y a tus compañeros, eso es lo que vas a ser.

Por favor, rompe esa manera de actuar y hazte el propósito desde hoy mismo hablar cosas lindas y confesar lo que deseas ser.