Evangelio Viviente
Tu puerta estrecha
Para ser en realidad un cristiano hay que pasar a través de una puerta estrecha, de una puerta angosta. Jesús dice: «Entrad por la puerta estrecha» (Mateo 7.13). No puedes llevar nada a través de ella. Tiene que pasar por ella sin nada. Pero Cristo también afirmó: «ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición» (versículo 13). Hay una puerta religiosa ancha por la que las personas pasan con todo su equipaje, con todas sus ambiciones, con todo su amor propio, con todos sus deseos de alcanzar lo que el mundo ofrece, con toda su gratificación propia. Sin embargo, esta puerta no lleva al camino que termina en la presencia de Dios. La puerta ancha dice que por ella se va al cielo, pero termina en el infierno. Y muchos van por esa puerta. No obstante, «estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (versículo 14). Puede ser difícil de encontrar, en especial en estos días. Quizá vayas de iglesia en iglesia y nunca encuentres la puerta angosta que lleva a la presencia de Dios.
Mientras Jesús pasaba de ciudad en ciudad en su camino hacia Jerusalén le preguntaron: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» (Lucas 12.23). Esta era la implicación natural de la enseñanza de Jesús. Si esta es una puerta tan estrecha y es tan difícil encontrar, la reacción natural es que parece que son sólo unos pocos los que se van a salvar. Entonces Jesús le respondió: «Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán» (versículo 24). ¿Por qué es tan difícil de encontrar y por qué es tan difícil de atravesar la puerta angosta que lleva al cielo? Porque es muy difícil negarnos a nosotros mismo, tomar la cruz cada día y seguir a Jesucristo.
Reflexión:
Me negaré a mí mismo, tomaré la cruz cada día y seguiré a Cristo.