Se las enviaba a sus patrones, y ellos se las pagaban. Un día, el siete del mes de Distro, terminó su tejido y se lo envió a sus patrones. Ellos le pagaron todo y además le regalaron un cabrito para que nos lo comiéramos.
Todo lo que hacía lo vendía, y sus clientes le pagaban. El día siete del mes de Distro, mi esposa terminó un tejido y se lo llevó a sus clientes. Ellos le pagaron el tejido, y además le regalaron un cabrito.