Iba al país de Media y hacía compras para él. Así lo hice hasta que el rey murió. En Ragues de Media dejé una vez la cantidad de trescientos treinta kilos de plata, consignada en depósito, al cuidado de un pariente mío, llamado Gabael, hijo de Gabrí.
Como yo siempre tenía en cuenta al Dios altísimo para todo, él hizo que Salmanasar, rey de Asiria, se fijara en mí. Entonces el rey me nombró como el encargado de hacer todas sus compras, para lo cual tuve que viajar muchas veces al país de Media. Esto lo hice hasta que el rey murió. En uno de esos viajes dejé guardados en casa de Gabael unos sacos con trescientos treinta kilos de plata. Gabael era hermano de Gabrí, y vivía en un pueblo de Media llamado Ragues.