Venció a tu ira, no con la fuerza de su cuerpo ni con el poder de las armas, sino que calmó tu enojo con su palabra, recordándote las alianzas y promesas que habías hecho a sus antepasados.
Logró calmar tu enojo, no con las armas ni con su fuerza física, sino por medio de la oración. Aarón te recordó las promesas que habías hecho a nuestros antepasados, cuando hiciste pacto con ellos.