para que aprendieran tus amados hijos, Señor, que no son las cosechas de la tierra las que alimentan al hombre, sino que es tu palabra la que mantiene a los que en ti confían.
Dios nuestro, tú permitiste que todo eso pasara para que aprendieran tus amados hijos que no son las cosechas sino tu palabra la que alimenta a los que en ti confían.