«¿Y quién eres tú, Aquior, con tus mercenarios de Efraín, para ponerte hoy entre nosotros a hacer de profeta y aconsejarnos que no le hagamos la guerra al pueblo de Israel, porque el Dios de ellos saldrá en su defensa? ¿Qué otro Dios existe fuera de Nabucodonosor? Él desplegará su poder y los hará desaparecer de la tierra, y el poder de su Dios no podrá salvarlos.
«¿Quién te has creído que eres? ¿Cómo te atreves a darme consejos? Tú y tu ejército se han vendido a los israelitas, y ahora me sales con que no debemos luchar contra ellos porque su Dios los protegerá. ¿Acaso crees que hay otro dios aparte del rey Nabucodonosor? ¡Él es nuestro dios! Su poder hará desaparecer de la tierra a esos israelitas, y su dios no los podrá salvar.