El sumo sacerdote Joaquín y los ancianos de Israel que vivían en Jerusalén fueron a ver las maravillas que el Señor había realizado en favor de Israel, y a ver y felicitar a Judit.
Joaquín, que era el jefe de los sacerdotes, fue a Betulia para conocer los detalles de lo que Dios había hecho a favor de Israel. Los jefes de Israel que vivían en Jerusalén lo acompañaron.