¡Qué distinto es el que se dedica por completo a estudiar la ley del Altísimo, a investigar la sabiduría de todos los antiguos y a ocuparse en las profecías!
Muy distinta es la vida de quien se entrega por completo al estudio de la ley de Dios. Lo que alguien así quiere es llegar a conocer la sabiduría de todos nuestros antepasados. También desea entender lo que significa el mensaje de los profetas.