para que, si sucedía algo inesperado o corría un rumor molesto, sus súbditos estuvieran tranquilos, sabiendo quién había quedado encargado de los negocios.
Por eso, si sucedía algo inesperado, o corrían rumores de que algo malo había pasado, la gente de su reino se mantenía tranquila, pues ya sabían que alguien había quedado al frente del gobierno.