los judíos daban gracias al Señor, que había mostrado su gloria en el santuario; y el templo, en donde poco antes habían reinado el miedo y la confusión, estaba ahora lleno de alegría y gozo por la manifestación del Señor todopoderoso.
Los judíos alabaron a Dios porque se había manifestado de manera tan poderosa en el templo. Fue así como Dios hizo que la tristeza y el miedo se cambiaran en gozo y alegría.