Pero, después de invocar al Señor, que con su poder destroza las fuerzas de los enemigos, los judíos se apoderaron de la ciudad y mataron como a veinticinco mil personas que en ella había.
Pero Judas y sus soldados le pidieron a Dios que los ayudara, pues él tiene poder para acabar con cualquier enemigo. Después de orar, conquistaron la ciudad y mataron a unas veinticinco mil personas.