Después de esto, inclinados y con la frente en el suelo, pidieron al Señor que no volviera a dejarlos sufrir tantas calamidades; que, en caso de pecar, los corrigiera con bondad, pero que no los entregara en manos de paganos salvajes que injuriaban a Dios.
Después se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente, y le rogaron a Dios que no los volviera a castigar con tantas desgracias. También le pidieron que, si volvían a pecar, los corrigiera con bondad, pero que jamás los volviera a entregar a los extranjeros, pues éstos eran crueles y no respetaban a Dios.