El rey, al oírlo, se puso furioso, e inmediatamente se fue a Tolemaida, desde donde escribió a Jonatán que desistiera del ataque y que fuera a entrevistarse con él en Tolemaida lo más pronto posible.
Al oír esto, el rey se enojó mucho, y de inmediato se fue a la ciudad de Tolemaida. Desde allí le mandó una carta a Jonatán ordenándole que dejara de atacar el cuartel, y que fuera a verlo a Tolemaida lo más pronto posible.