Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Dios, Salvador de Israel
(1a) Cántico de las subidas, de David.
124 (1b) Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga ahora Israel—,
2 si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
cuando los hombres se levantaron para atacarnos,
3 nos habrían tragado vivos
al encenderse su furor contra nosotros.
4 Entonces las aguas nos habrían arrastrado;
¡un río habría pasado sobre nosotros!
5 ¡Entonces las aguas turbulentas
habrían pasado sobre nosotros!
6 ¡Bendito sea el Señor,
que no dejó que nos despedazaran con sus dientes!
7 Nos hemos escapado de la trampa
como un ave que escapa del cazador;
la trampa se rompió, y nosotros escapamos.
8 La ayuda nos viene del Señor,
creador del cielo y de la tierra.
Amor eterno de Dios
54 Da gritos de alegría, mujer estéril y sin hijos;
estalla en cantos de gozo,
tú que nunca has dado a luz,
porque el Señor dice:
«La mujer abandonada tendrá más hijos
que la mujer que tiene esposo.»
2 Agranda tu tienda de campaña,
extiende sin miedo el toldo bajo el cual vives;
alarga las cuerdas, clava bien las estacas,
3 porque te vas a extender a derecha e izquierda;
tus descendientes conquistarán muchas naciones
y poblarán las ciudades ahora desiertas.
4 No tengas miedo, no quedarás en ridículo;
no te insultarán ni tendrás de qué avergonzarte.
Olvidarás la vergüenza de tu juventud
y no te acordarás más de la deshonra de tu viudez,
5 porque tu creador te tomará por esposa.
Su nombre es Señor todopoderoso;
tu redentor es el Dios Santo de Israel,
el Dios de toda la tierra.
6 Eras como una esposa joven
abandonada y afligida,
pero tu Dios te ha vuelto a llamar y te dice:
7 «Por un corto instante te abandoné,
pero con bondad inmensa te volveré a unir conmigo.
8 En un arranque de enojo, por un momento, me oculté de ti,
pero con amor eterno te tuve compasión.»
Lo dice el Señor, tu redentor.
9 «Así como juré a Noé, cuando el diluvio,
no volver a inundar la tierra,
así juro ahora
no volver a enojarme contigo
ni volver a amenazarte.
10 Aunque las montañas cambien de lugar
y los cerros se vengan abajo,
mi amor por ti no cambiará
ni se vendrá abajo mi alianza de paz.»
Lo dice el Señor, que se compadece de ti.
23 »Si entonces alguien les dice a ustedes: “Miren, aquí está el Mesías”, o “Miren, allí está”, no lo crean. 24 Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas; y harán grandes señales y milagros, para engañar, a ser posible, hasta a los que Dios mismo ha escogido. 25 Ya se lo he advertido a ustedes de antemano. 26 Por eso, si les dicen: “Miren, allí está, en el desierto”, no vayan; o si les dicen: “Miren, aquí está escondido”, no lo crean. 27 Porque como un relámpago que se ve brillar de oriente a occidente, así será cuando regrese el Hijo del hombre. 28 Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.
El regreso del Hijo del hombre(A)
29 »Tan pronto como pasen aquellos días de sufrimiento, el sol se oscurecerá, la luna dejará de dar su luz, las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestiales temblarán. 30 Entonces se verá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y llenos de terror todos los pueblos del mundo llorarán, y verán al Hijo del hombre que viene en las nubes del cielo con gran poder y gloria. 31 Y él mandará a sus ángeles con una gran trompeta, para que reúnan a sus escogidos de los cuatro puntos cardinales, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32 »Aprendan esta enseñanza de la higuera: Cuando sus ramas se ponen tiernas, y brotan sus hojas, se dan cuenta ustedes de que ya el verano está cerca. 33 De la misma manera, cuando vean todo esto, sepan que el Hijo del hombre ya está a la puerta. 34 Les aseguro que todo esto sucederá antes que muera la gente de este tiempo. 35 El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras no dejarán de cumplirse.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.