Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Vamos al templo del Señor
Canto de David para los peregrinos.
1 Me sentí muy feliz cuando me dijeron:
«Vamos al templo del SEÑOR».
2 Y aquí estamos
en las puertas de Jerusalén.
3 Esta es la Nueva Jerusalén,
la ciudad que fue reconstruida como debe ser,
y ahora está muy unida.
4 A ella vienen las tribus del SEÑOR,
la comunidad entera de Israel,[a]
para alabar el nombre del SEÑOR;
tal como él lo ordenó.
5 Es aquí donde el descendiente de David
pone los tronos para juzgar a su pueblo.
6 Pidan en oración por la paz de Jerusalén:
«Que vivan en paz los que te aman.
7 Que haya paz dentro de tus murallas,
y tranquilidad en tus fortalezas».
8 Por el bien de mis hermanos y vecinos,
digo ahora: «Que haya paz en ti.
9 Por el bien del templo del SEÑOR nuestro Dios,
buscaré tu bienestar».
11 Ante los ojos de Dios, la tierra se había corrompido porque estaba llena de violencia. 12 Cuando Dios vio que la tierra estaba arruinada porque todo ser humano llevaba una vida corrupta, 13 le dijo a Noé: «He decidido acabar con todos los seres vivientes porque la tierra está llena de violencia. Así que pronto los destruiré a ellos y al mundo entero.[a] 14 Constrúyete un barco de madera de ciprés[b], con habitaciones[c] y cúbrelo con brea por dentro y por fuera. 15 Construye el barco de este tamaño: 135 metros de largo, 23 metros de ancho y 14 metros de alto.[d] 16 Hazle una ventana[e] a 46 centímetros del techo.[f] El barco debe tener tres pisos y hazle una puerta en uno de sus lados. 17 Estoy a punto de enviar un gran diluvio a la tierra para destruir todo ser bajo el cielo que tenga aliento de vida.[g] Todo en la tierra morirá, 18 pero haré un pacto contigo. Tú entrarás al barco con tus hijos, tu esposa y tus nueras. 19 Mete al barco una pareja de cada especie de todos los animales, para que sobrevivan contigo. Esa pareja debe ser un macho y una hembra. 20 Dos de cada especie de aves, de cada especie de animal y de cada especie de criatura que se arrastra por el suelo, vendrán a ti para que sobrevivan. 21 También debes almacenar y llevar un poco de cada tipo de comida para que se alimenten tú y los animales».
22 Noé hizo todo exactamente como Dios le ordenó.
Jesús anuncia la destrucción del templo
(Mr 13:1-2; Lc 21:5-6)
24 Jesús salió del área del templo, y ya se iba, cuando sus seguidores se le acercaron para mostrarle los edificios del área del templo. 2 Él les dijo:
—¿Se refieren a todo esto? Pues les digo la verdad: no quedará piedra sobre piedra, todo se vendrá abajo.
Señales antes del fin
(Mr 13:3-31; Lc 21:7-33)
3 Luego Jesús estaba sentado en el monte de los Olivos. Se acercaron sus seguidores y le preguntaron en privado:
—Dinos, ¿cuándo sucederá eso y cuál será la señal de tu regreso y del fin del mundo?
4 Jesús les contestó:
—¡Tengan cuidado! No permitan que nadie los engañe. 5 Porque muchos vendrán contra mí al decir: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos. 6 Ustedes oirán sobre guerras y rumores de guerras, pero no se asusten. Todo esto tiene que pasar, pero todavía no será el fin. 7 Peleará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos en muchos lugares. 8 Todo eso será el comienzo de mucho sufrimiento.
9 »En ese tiempo, los entregarán para que los castiguen y los maten. Todas las naciones los odiarán a ustedes por estar de mi parte. 10 En esos días, muchos creyentes perderán la fe, se entregarán unos a otros a las autoridades y se odiarán unos a otros. 11 Habrá muchos falsos profetas que vendrán y engañarán a la gente. 12 Debido a que habrá mucha maldad, el amor de muchos se irá enfriando. 13 Pero Dios salvará al que se mantenga hasta el final. 14 Y estas buenas noticias del reino se anunciarán en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.
15 »Así que cuando ustedes vean que “la abominación que causa destrucción”[a] de que habló el profeta Daniel, está en el Lugar Santo (quien lee esto que lo entienda), 16 entonces los que estén en Judea, que huyan inmediatamente hacia las montañas. 17 El que esté en el techo de su casa, que no baje para sacar sus cosas. 18 El que esté trabajando en el campo, que no regrese por su ropa.
19 »¡Pobres de las mujeres embarazadas y también de las que tengan bebé en esos días! 20 Oren para que no les toque huir en invierno ni en día de descanso. 21 Esos días serán terribles, tiempos difíciles como no los ha habido desde el principio del mundo ni los habrá jamás. 22 Si Dios no hubiera decidido acortar esos días, nadie sobreviviría. Pero los acortó para ayudar al pueblo que ha elegido.
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