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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Salmos 119:137-144

137 Señor, tú eres justo;
rectos son tus decretos.
138 Todos tus mandatos
son justos y verdaderos.
139 Me consume el celo que siento por tus palabras,
pues mis enemigos se han olvidado de ellas.
140 Tu promesa ha pasado las más duras pruebas;
por eso la ama este siervo tuyo.
141 Humilde soy, y despreciado,
pero no me olvido de tus preceptos.
142 Tu justicia es siempre justa,
y tu enseñanza es la verdad.
143 Me he visto angustiado y en aprietos,
pero tus mandamientos me alegraron.
144 Tus mandatos son siempre justos;
¡dame entendimiento para que pueda yo vivir!

Jeremías 33:14-26

14 El Señor afirma: «Llegará el día en que cumpliré las promesas de bendición que hice al pueblo de Israel y de Judá. 15 Cuando llegue ese tiempo y ese día, haré que David tenga un descendiente legítimo, que establecerá la justicia y la rectitud en el país. 16 En aquel tiempo Judá estará a salvo y Jerusalén vivirá segura. Éste es el nombre con que la llamarán: “El Señor es nuestra victoria.” 17 Yo, el Señor, digo: Nunca faltará un descendiente de David que ocupe el trono de Israel, 18 ni faltarán jamás sacerdotes descendientes de Leví que todos los días me ofrezcan holocaustos, quemen ofrendas de cereales en mi honor y me dediquen otros sacrificios.»

19 El Señor se dirigió a Jeremías, y le dijo: 20 «Yo, el Señor, digo: Es imposible que deje de cumplirse la alianza que he hecho con el día y con la noche, de manera que el día y la noche dejen de llegar a su debido tiempo. 21 Del mismo modo, es imposible que deje de cumplirse mi alianza con mi siervo David, y que deje de haber un descendiente suyo que reine en su trono, o que deje de cumplirse mi alianza con mis ministros los sacerdotes descendientes de Leví. 22 Y a los descendientes de mi siervo David, y a mis ministros, los descendientes de Leví, los haré tan numerosos como las estrellas del cielo y los granos de arena del mar, que nadie puede contar.»

23 El Señor se dirigió a Jeremías, y le dijo: 24 «¿No has notado que la gente dice que he rechazado a las dos familias que yo mismo había escogido, a Israel y Judá? ¡Por eso miran con desprecio a mi pueblo, y ya ni lo consideran una nación! 25 Pues yo, el Señor, digo: Yo, que he hecho una alianza con el día y con la noche, y que he fijado las leyes que gobiernan el cielo y la tierra, 26 jamás rechazaré a los descendientes de Jacob y de David mi siervo, ni dejaré de sacar de entre ellos a quienes gobiernen a los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob. Porque yo tendré compasión de ellos y haré que cambie su suerte.»

2 Corintios 1:1-11

Saludo

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, saluda, junto con el hermano Timoteo, a la iglesia de Dios que está en la ciudad de Corinto y a los demás hermanos de toda la región de Acaya. Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo derramen su gracia y su paz sobre ustedes.

Acción de gracias

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela. Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros. Porque así como los sufrimientos de Cristo se desbordan sobre nosotros y nosotros sufrimos con él, así también por medio de Cristo se desborda nuestro consuelo. Pues si nosotros sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y si Dios nos consuela, también es para que ustedes tengan consuelo y puedan soportar con fortaleza los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. Tenemos una esperanza firme en cuanto a ustedes, porque nos consta que, así como tienen parte en los sufrimientos, también tienen parte en el consuelo.

Hermanos, queremos que sepan cuántas dificultades tuvimos en la provincia de Asia. Fue una prueba tan dura que ya no podíamos resistir más, y hasta perdimos la esperanza de salir con vida. Nos sentíamos como condenados a muerte. Pero esto sirvió para enseñarnos a no confiar en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita a los muertos. 10 Y Dios nos libró y nos librará de tan gran peligro de muerte. Confiamos en que seguirá librándonos, 11 si ustedes nos ayudan orando por nosotros. Si muchos oran por nosotros, muchos también darán gracias a Dios por las bendiciones que de él recibimos.

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.