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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Salmos 14

La maldad de los seres humanos

(Sal 53)

Al director. Canción de David.

Van pensando los insensatos
    sin tener presente a Dios.
Se han corrompido y cometen crímenes horribles.
    No hay ni uno que haga el bien.

El SEÑOR observó desde el cielo a los seres humanos
    para ver si había alguien que fuera sabio
    y buscara seguir a Dios.
Pero todos se habían alejado de Dios;
    todos se habían vuelto perversos.
No hay ni uno que haga el bien.
    ¡Ni uno solo!

¿Acaso son tan ignorantes los perversos,
    esos que devoran a mi pueblo como si fuera pan?
    ¡Nunca buscan al SEÑOR!
Cuando Dios envíe su castigo a los que hacen el mal,
    se apoderará de ellos un gran terror
    porque Dios está siempre con la gente justa.
Aunque ustedes traten de frustrar los deseos del oprimido,
    el SEÑOR es su refugio.

¡Ojalá que la salvación de Israel
    viniera del que habita en el monte Sion!
Cuando el SEÑOR restaure la fortuna de su gente,
    que sea feliz el pueblo de Jacob,
    que se alegre el pueblo de Israel.

Jeremías 4:13-21

13 ¡Miren! El enemigo se levanta como las nubes,
    sus carros de combate parecen una tormenta,
sus caballos son más rápidos que las águilas.
    ¡Pobre de nosotros, estamos perdidos!

14 Jerusalén, limpia todo el mal de tu corazón,
    para que puedas ser salva.
¿Cuánto tiempo más darás cabida
    en tu cabeza a pensamientos perversos?
15 Alguien trae noticias desde la tierra de Dan[a];
    se anuncia el mal desde los montes de Efraín.[b]

16 «Que las naciones escuchen
    lo que le sucede a Jerusalén,
desde tierras lejanas vienen enemigos
    lanzando gritos de guerra contra las ciudades de Judá.
17 La han rodeado como guardias que vigilan un campo,
    porque se rebeló contra mí.
    Es la decisión del SEÑOR.

18 »Todo esto te pasa por tu mala conducta
    y por el mal que hiciste.
Este es tu castigo,
    castigo cruel que lastima tu corazón».

Grito de dolor de Jerusalén

19 ¡Qué dolor! ¡Qué dolor!
    Me duele hasta lo más profundo de mi ser;
mi corazón se agita en mi interior,
    no me voy a callar.
Es que escuché el toque de trompeta,
    y el grito de guerra.
20 ¡Un desastre tras otro!
    Todo el país está en ruinas;
en un momento fueron destruidas mis carpas
    y arrancadas mis cortinas.
21 ¿Cuánto tiempo más tendré que ver la bandera
    y escuchar la trompeta de guerra?

Jeremías 4:29-31

29 »Cuando se escuche el ruido de caballos y de arqueros,
    los habitantes de todas las ciudades huirán.
Algunos se esconderán en cuevas,[a]
    otros en matorrales,
    y algunos más treparán por los peñascos.
Todas las ciudades serán abandonadas
    y no quedará nadie en ellas.

30 »Y tú, toda desolada, ¿qué vas a hacer?
    ¿Qué haces vestida de rojo tan elegante?
Llevas joyas de oro
    y bastante maquillaje en los ojos.
Pero te arreglas para nada,
    pues tus amantes te desprecian
    y ahora lo que quieren es matarte.
31 Oigo gritos de dolor, como de mujer
    que está dando a luz su primer hijo,
    que se queja de dolor.
Son los gritos de dolor de la hermosa Sion,
    jadea, extiende los brazos y dice:
“¡Pobre de mí, ya no puedo más
    y voy a morir en manos de asesinos!”»

Juan 10:11-21

11 »Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 El empleado al que le pagan por cuidar las ovejas no es como el pastor. Las ovejas no le pertenecen, así que cuando ve que viene el lobo, abandona las ovejas y se escapa. El lobo las ataca y las dispersa. 13 El empleado huye porque sólo le importa que le paguen y no le importan las ovejas.

14 »Yo soy el buen pastor. Conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí 15 así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él. Yo doy mi vida por las ovejas. 16 Tengo también otras ovejas que no son de este rebaño, y debo traerlas a ellas también. Ellas escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor. 17 El Padre me ama porque doy mi vida para volver a tenerla. 18 Nadie me quita la vida, sino que la doy libremente. Tengo el derecho de darla y de recibirla de nuevo. Eso es lo que me ordenó mi Padre».

19 Nuevamente los judíos no estaban de acuerdo entre ellos por lo que decía Jesús. 20 La mayoría decía: «Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué lo escuchan?» 21 Otros decían: «Un hombre que tiene un demonio no dice estas cosas. Un demonio no puede darle la vista a un ciego».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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