Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Cuarta visión y advertencias
8 Luego Dios el Señor me mostró en una visión una canasta llena de fruta madura, y me preguntó:
2 ―¿Qué ves, Amós?
Yo le contesté:
―Una canasta llena de fruta madura.
Luego el Señor me dijo:
―Esta fruta representa a mi pueblo Israel, pues ya está maduro para recibir el castigo que merece; de modo que no voy a perdonarlo más. 3 El día que lo castigue, en el templo se entonarán cantos fúnebres en vez de alabanzas alegres. Serán tantos los muertos que habrá cadáveres por todas partes, y serán sacados fuera de la ciudad en silencio, con mucha pesadumbre. Lo ha dicho Dios el Señor.
4 Escuchen, ustedes, comerciantes que explotan a los pobres y ustedes, terratenientes que causan la ruina de los necesitados arrebatándoles su tierra. 5 Ustedes que anhelan que el sábado termine y que las fiestas religiosas se acaben, para poder salir y comenzar a estafar de nuevo, usando sus balanzas falseadas y medidas tramposas. 6 Ustedes que hasta se atreven a vender los deshechos del trigo. Ustedes que son capaces de comprar como esclavos a los pobres por unas cuantas monedas, o por un par de sandalias. 7 El Señor, que es el orgullo de Israel, ha jurado: «¡Yo no olvidaré jamás sus malas acciones!». 8 ¡Hasta la tierra se estremecerá de horror al ver las consecuencias de mi castigo, y sus habitantes llorarán de dolor! La tierra subirá como lo hace el río Nilo en el tiempo de la inundación, se agitará y bajará de nuevo. 9 En aquel tiempo yo haré que el sol se oculte al mediodía, y oscureceré la tierra cuando todavía sea de día. Lo ha dicho Dios el Señor.
10 Y yo transformaré sus fiestas alegres en velorios tristes, y sus cantos de gozo en gritos de desesperación. Haré que ese día se pongan ropa de luto y se rapen la cabeza en señal de dolor y vergüenza. Ese día habrá tanto llanto y amargura como cuando se muere un hijo único.
11 El tiempo viene, dice Dios el Señor, cuando yo enviaré hambre sobre la tierra, pero no hambre de pan o sed de agua, sino de oír y seguir las instrucciones del Señor. 12 Los hombres irán de un mar a otro, atravesarán la tierra de norte a sur buscando conocer las instrucciones del Señor, pero no las encontrarán.
Al director musical. Masquil de David, cuando Doeg el edomita fue a informarle a Saúl: «David ha ido a la casa de Ajimélec».
52 Tú te las das de héroe, ¿verdad? Te alabas por este crimen que cometiste contra el pueblo de Dios. 2 Todo el día tramas destrucción. Tu lengua como navaja afilada, es experta en decir mentiras. 3 ¡Amas la perversidad más que el bien! ¡Y la mentira más que la verdad! 4 Te gusta decir lo que causa daño a los demás, mentiroso.
5 Pero Dios te derribará de un golpe; te echará de tu casa; a rastras te sacará de la tierra de los vivientes. 6 Los justos lo verán y se asombrarán. Entonces reirán y dirán: 7 «Miren lo que les ocurre a quienes desprecian a Dios, confían en su riqueza y se vuelven cada vez más atrevidos en su maldad».
8 Pero yo soy como olivo que florece en la casa del Señor. Confío en el gran amor de Dios para siempre jamás. 9 Señor, te alabaré eternamente por tus obras. Y esperaré tus misericordias, en la presencia de tu pueblo.
La supremacía de Cristo
15 Cristo es la imagen misma del Dios invisible, y existe desde antes que Dios comenzara la creación.
16 Cristo mismo es el creador de cuanto existe en los cielos y en la tierra, de lo visible y de lo invisible, y de todos los seres que tienen poder, autoridad y dominio; todo fue creado por medio de él y para él.
17 Cristo ya existía antes de todas las cosas y, por su poder, todas subsisten.
18 Él es la cabeza de ese cuerpo suyo que es la iglesia.
Él, que es el principio, fue el primero en resucitar, para ser en todo siempre el primero.
19 Porque Dios quiso que en el Hijo habitara toda su plenitud.
20 Por medio del Hijo, Dios reconcilió con él todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra. Esa paz la logró Dios por medio de la sangre que Jesús derramó en la cruz.
21 En otro tiempo, ustedes estaban alejados de Dios y eran sus enemigos, debido a sus malos pensamientos y acciones. 22 Pero ahora él los ha reconciliado por medio de la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo, para presentarlos santos, sin mancha ni culpa, ante la misma presencia de Dios.
23 Pero para esto tienen que creer firmemente y no abandonar la esperanza que tienen gracias a las buenas noticias. Estas son las buenas noticias que un día escucharon y que ahora mismo están siendo proclamadas en el mundo entero. Y yo, Pablo, trabajo anunciándolas.
Trabajo de Pablo por la iglesia
24 Es cierto que estoy sufriendo por ustedes, pero me alegro. Así ayudo a completar lo que falta de los sufrimientos de Cristo por ese cuerpo suyo que es la iglesia. 25 Después de todo, sirvo a la iglesia por comisión divina, que me fue dada para bien de ustedes y con el propósito de revelar el plan divino en todas partes. 26 A través de los siglos y a lo largo de muchas generaciones, ese plan se había mantenido en secreto, pero por fin el Señor ha querido revelarlo a los suyos. 27 A ellos, Dios les dio a conocer la riqueza y la gloria de su plan que, por cierto, beneficia a los gentiles. Y este es el misterio: Cristo está entre ustedes y es su esperanza de gloria.
28 Por eso, adondequiera que vamos hablamos de Cristo, y amonestamos y enseñamos a todos con toda sabiduría. Queremos que cada ser humano sea perfecto como Cristo.
En casa de Marta y María
38 Jesús y sus discípulos continuaron su viaje y entraron en un pueblo. Allí, una mujer llamada Marta los recibió en su casa. 39 Ella tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor a escucharlo. 40 Marta estaba preocupada, pues tenía mucho que hacer. Entonces se acercó a Jesús y le dijo:
―Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? Dile que me ayude.
41 Jesús le contestó:
―Marta, Marta, te preocupas demasiado por muchas cosas. 42 Pero sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la va a quitar.
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