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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Salmos 9:9-20

El Señor será también baluarte para el oprimido,
Baluarte en tiempos de angustia(A).
10 En Ti pondrán su confianza los que conocen Tu nombre(B),
Porque Tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan(C).
11 ¶Canten alabanzas al Señor, que mora en Sión(D);
Proclamen entre los pueblos Sus proezas(E).
12 Porque el que pide cuentas de la sangre(F) derramada, se acuerda de ellos;
No olvida el clamor de los afligidos(G).
13 Oh Señor, ten piedad de mí;
Mira mi aflicción por causa de los que me aborrecen(H),
Tú que me levantas de las puertas de la muerte(I);
14 Para que yo cuente todas Tus alabanzas(J),
Para que en las puertas de la hija de Sión
Me regocije en Tu salvación(K).
15 Las naciones se han hundido en el foso que hicieron(L);
En la red que escondieron, su propio pie quedó prendido(M).
16 El Señor se ha dado a conocer(N);
Ha ejecutado juicio(O).
El impío es atrapado en la obra de sus propias manos. (Higaion, Selah)
17 ¶Los impíos volverán al Seol(P),
O sea, todas las naciones que se olvidan de Dios(Q).
18 Pues el necesitado no será olvidado para siempre(R),
Ni la esperanza de los afligidos perecerá eternamente(S).
19 Levántate, oh Señor(T); no prevalezca el hombre;
Sean juzgadas las naciones delante de Ti(U).
20 Pon temor en ellas(V), oh Señor;
Aprendan las naciones que no son más que hombres(W). (Selah)

1 Samuel 17:55-18:5

55 Cuando Saúl vio a David salir contra el filisteo, dijo a Abner, el comandante del ejército: «Abner, ¿de quién es hijo este joven(A)?». Y Abner dijo: «Por su vida, oh rey, no sé». 56 Y el rey dijo: «Pregunta de quién es hijo el joven». 57 Cuando regresó David de matar[a] al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl, con la cabeza del filisteo en su mano(B). 58 Y Saúl le dijo: «Joven, ¿de quién eres hijo?». Y David respondió: «Yo soy hijo de su siervo Isaí el de Belén(C)».

Amistad de David y Jonatán

18 Y aconteció que cuando David acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David(D), y Jonatán lo amó como a sí mismo(E). Saúl tomó a David aquel día y no lo dejó volver a la casa de su padre(F). Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo(G). Jonatán se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David con sus ropas militares, incluyendo su espada, su arco y su cinturón(H). David salía adondequiera que Saúl le enviaba, y prosperaba[b]. Saúl lo puso sobre hombres de guerra, y esto fue agradable a los ojos de todo el pueblo y también a los ojos de los siervos de Saúl.

Hechos 21:1-16

Despedida en Tiro

21 Después de separarnos(A) de ellos, salimos y navegamos con rumbo directo(B) a Cos, al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. Al encontrar un barco que iba para Fenicia(C), subimos a bordo y nos hicimos a la vela.

Cuando vimos la isla de Chipre(D), dejándola a la izquierda, navegamos hacia Siria(E), y desembarcamos en Tiro(F) porque la nave(G) debía dejar allí su cargamento. Después de hallar a los discípulos(H), nos quedamos allí siete días, y ellos le decían a Pablo, por el Espíritu[a](I), que no fuera a Jerusalén[b].

Pasados aquellos días[c] partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron(J) hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar(K) en la playa, nos despedimos unos de otros. Entonces subimos al barco y ellos regresaron a sus hogares(L).

Pablo en Cesarea

Terminado el viaje desde Tiro(M), llegamos a Tolemaida, y después de saludar a los hermanos(N), nos quedamos con ellos un día. Al día siguiente partimos y llegamos a Cesarea(O), y entrando en la casa de Felipe, el evangelista(P), que era uno de los siete(Q), nos quedamos con él. Este tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban(R).

10 Y deteniéndonos allí varios días, descendió de Judea cierto profeta llamado Agabo(S), 11 quien vino[d] a vernos, y tomando el cinto de Pablo(T), se ató las manos y los pies, y dijo: «Así dice el Espíritu Santo(U): “Así atarán(V) los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles(W)”».

12 Al escuchar esto, tanto nosotros como los que vivían allí[e] le rogábamos que no subiera a Jerusalén(X). 13 Entonces Pablo respondió: «¿Qué hacen, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús(Y)». 14 Como no se dejaba persuadir, dejamos de insistir, diciéndonos: «Que se haga la voluntad del Señor(Z)».

15 Después de estos días nos preparamos y comenzamos a subir hacia Jerusalén(AA). 16 Nos acompañaron también algunos de los discípulos(AB) de Cesarea(AC), quienes nos condujeron a Mnasón, de Chipre(AD), un antiguo(AE) discípulo con quien deberíamos hospedarnos.

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