Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
17 Trastornados por su rebeldía,
afligidos por su iniquidad,
18 todo alimento les daba asco.
¡Llegaron a las puertas mismas de la muerte!
19 En su angustia clamaron al Señor,
y él los salvó de su aflicción.
20 Envió su palabra para sanarlos,
y así los rescató del sepulcro.
21 ¡Que den gracias al Señor por su gran amor,
por sus maravillas en favor de los hombres!
22 ¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud,
y, jubilosos, proclamen sus obras!
Muerte de Aarón
22 Toda la comunidad israelita partió de Cades y llegó al monte Hor, 23 cerca de la frontera de Edom. Allí el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: 24 «Pronto Aarón partirá de este mundo, de modo que no entrará en la tierra que les he dado a los israelitas porque vosotros dos no obedecisteis la orden que os di en la fuente de Meribá. 25 Así que lleva a Aarón y a su hijo al monte Hor. 26 Allí le quitarás a Aarón sus vestiduras sacerdotales, y se las pondrás a su hijo Eleazar, pues allí Aarón se reunirá con sus antepasados».
27 Moisés llevó a cabo lo que el Señor le ordenó. A la vista de todo el pueblo, los tres subieron al monte Hor. 28 Moisés le quitó a Aarón las vestiduras sacerdotales, y se las puso a Eleazar. Allí, en la cumbre del monte, murió Aarón. Luego Moisés y Eleazar descendieron del monte. 29 Y, cuando el pueblo se enteró de que Aarón había muerto, lo lloró treinta días.
Jesús enseña a Nicodemo
3 Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. 2 Este fue de noche a visitar a Jesús.
―Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.
3 ―De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo[a] no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.
4 ―¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?
5 ―Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. 6 Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. 7 No te sorprendas de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”. 8 El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.
9 Nicodemo replicó:
―¿Cómo es posible que esto suceda?
10 ―Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—. 11 Te aseguro que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. 12 Si os he hablado de las cosas terrenales, y no creéis, ¿entonces cómo vais a creer si os hablo de las celestiales? 13 Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.[b]
Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® (Castellano) © 1999, 2005, 2017 por