Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Confía en el Señor
Canto para los peregrinos.
1 SEÑOR, te pido ayuda
desde lo más profundo de mi ser.
2 Señor, escucha mi voz;
escucha mi grito de súplica.
3 SEÑOR, si tú no perdonaras nuestros pecados,
Señor, ¿quién sobreviviría?
4 Pero tú perdonas
y por eso se te debe respeto.
5 Yo pongo toda mi esperanza en el SEÑOR;
todo mi ser espera en él, confío en su palabra.
6 Espero en mi Señor
como el guardia espera ansiosamente a que amanezca.
7 Israel, confía en el SEÑOR;
sólo en el SEÑOR se encuentra el fiel amor y la salvación.
8 Él librará a Israel
de todas sus maldades.
La copa de José
44 Después José le ordenó al siervo encargado de su casa:
—Llénale los costales a los hombres con toda la comida que puedan cargar. Después dejen el dinero de cada uno en el tope de su costal. 2 Pon mi copa, mi copa de plata, en el tope del costal del menor, al lado de su dinero. El siervo hizo lo que José le había dicho que hiciera.
3 Al amanecer, los hermanos de José se fueron con sus burros. 4 Cuando ya habían salido de la ciudad, pero todavía estaban cerca, José le dijo al siervo encargado de su casa:
—Ve tras ellos. Cuando los alcances, diles: “¿Por qué nos devolvieron con maldad el bien que les hicimos? 5 ¿No es esta la copa de la que bebe mi señor y que usa para adivinar? Han hecho muy mal”.
6 Entonces cuando el siervo los alcanzó, les repitió lo que José le había dicho. 7 Los hermanos le dijeron:
—¿Por qué dice eso mi señor? Nosotros, sus siervos, nunca haríamos algo así. 8 Mire, les devolvimos el dinero que habíamos traído de la tierra de Canaán y que encontramos en el tope de nuestras costales. ¿Entonces, por qué habríamos de robarnos oro o plata de la casa de su amo? 9 Si alguno de nosotros, sus siervos, tiene la copa, morirá, y el resto de nosotros nos convertiremos esclavos de usted, nuestro señor.
10 Entonces el siervo dijo:
—Será tal como ustedes dijeron. Si la copa la tiene alguno de ustedes, se convertirá en mi esclavo, pero el resto de ustedes quedará libre.
11 Rápidamente, todos bajaron su costal al suelo y lo abrieron. 12 El siervo los revisó comenzado con el del hermano mayor y terminando con el del menor. Y encontraron la copa en el costal de Benjamín. 13 Ellos rasgaron su ropa demostrando su tristeza, cada uno volvió a montar las cosas sobre su burro y todos regresaron a la ciudad.
14 Cuando Judá y sus hermanos llegaron a la casa de José, él todavía estaba ahí. Entonces ellos se postraron rostro en tierra ante él. 15 José les dijo:
—¿Por qué hicieron eso? ¿Acaso no saben que un hombre como yo puede adivinar las cosas?
16 Judá dijo:
—Señor, ¡no hay nada que le podamos decir! No tenemos manera de explicar. No hay forma de mostrarle que somos inocentes. Dios nos juzgó culpables por otra cosa que hicimos. Entonces, todos nosotros seremos sus esclavos, incluso el que fue encontrado con la copa.
17 Entonces José dijo:
—¡No haré que todos sean mis esclavos! Sólo el hombre que robó mi copa será mi esclavo, los demás se pueden ir en paz a donde está su papá.
18 Pero Judá se acercó a José y le dijo:
—Señor, le ruego que me deje decirle algo sin que se moleste. Yo sé que usted es como si fuera el faraón. 19 Cuando estuvimos aquí antes, usted nos preguntó: “¿Tienen papá u otro hermano?” 20 Y nosotros respondimos: “Tenemos un papá muy viejo y un hermano menor que nació cuando nuestro papá era ya un anciano. El hermano de nuestro hermano menor ya murió y él es el único hijo de su mamá que queda vivo, por eso nuestro papá lo quiere mucho”. 21 Luego usted nos dijo a nosotros, sus siervos: “Tráiganmelo y déjenme verlo”. 22 Pero nosotros le dijimos: “El muchacho no puede alejarse del lado de su papá porque si lo hace su papá morirá”. 23 Luego usted nos dijo a nosotros, sus siervos: “Si su hermano menor no viene con ustedes, nunca me volverán a ver”. 24 Entonces volvimos a donde vive nuestro papá y le contamos lo que usted nos había dicho.
25 »Después papá nos dijo: “Vuelvan allá y compren más comida para todos”. 26 Pero nosotros le dijimos: “No podemos ir allá. Sólo iremos si nuestro hermano menor va con nosotros. No podemos verle la cara a ese hombre a menos que nuestro hermano vaya con nosotros”. 27 Luego nuestro papá dijo: “Ustedes saben que mi esposa dio a luz a dos de mis hijos. 28 Uno de ellos me dejó y lo despedazó un animal salvaje, nunca más lo volví a ver. 29 Si también se llevan a este hijo y algo le llegara a pasar, este viejo moriría de tristeza”. 30 Por lo tanto, si llego a regresar sin mi hermano a donde está mi papá, y puesto que él es tan importante para mi papá, 31 cuando vea que el muchacho no viene conmigo, morirá. Y nosotros tendremos que enterrar a papá hecho un pobre viejo lleno de tristeza.
32 »Yo le garanticé a papá que le llevaría de regreso al muchacho. Le dije: “Si no te lo traigo de regreso, puedes culparme toda la vida”. 33 Por lo tanto, le ruego que me deje ser su esclavo a cambio del muchacho, y deje que él se vaya con sus otros hermanos. 34 No puedo regresar a donde está mi papá si el muchacho no está conmigo. Me daría miedo ver el sufrimiento que se apoderaría de mi papá.
13 A ustedes que no son judíos, les digo: puesto que soy apóstol de los que no son judíos, le doy la mayor importancia a este trabajo. 14 Quisiera hacer sentir celos a mi propio pueblo para poder salvar a algunos de ellos. 15 Al rechazar a los judíos, Dios les dio oportunidad a los que no son judíos de hacerse amigos de él. Así que cuando Dios vuelva a aceptar a los judíos, eso traerá al mundo nada menos que vida después de la muerte. 16 Si el primer trozo de pan fue dedicado a Dios, entonces todo el pan está dedicado a él. Si las raíces del árbol fueron consagradas, entonces las ramas también están consagradas.
17 Algunas ramas[a] naturales del olivo, fueron cortadas. En su lugar, tú fuiste injertado como una rama silvestre. Entonces ahora eres parte de la misma raíz y compartes la misma vida del olivo. 18 No te sientas más importante que las ramas cortadas. Si te crees más importante recuerda que no eres tú quien da vida a la raíz, sino la raíz la que te da vida a ti. 19 Tal vez ahora digas: «Pero las ramas fueron cortadas para injertarme a mí». 20 Eso es cierto. Esas ramas fueron cortadas debido a su falta de fe, pero tú sigues en tu puesto sólo por tu fe. Eso significa que no debes sentirte muy orgulloso, más bien deberías sentir miedo. 21 Porque si Dios no permitió que las ramas naturales siguieran en el árbol, tampoco a ti te dejará seguir si te falta fe. 22 Date cuenta entonces, que Dios es bondadoso, pero también estricto. Es estricto con los que han dejado de creer en él y es bondadoso contigo. Tú tienes que vivir confiado en su bondad o de lo contrario tú también serás cortado del árbol. 23 Por otro lado, si ellos dejan su falta de fe en Dios, entonces podrán otra vez estar en el árbol. Dios los puede poner otra vez donde estaban. 24 Tú eres como una rama silvestre, pero pudiste ser injertado en un árbol al que no pertenecías. Entonces con más facilidad un judío puede otra vez ser puesto en su propio árbol, porque es como una rama que pertenecía al árbol.
25 Hermanos, quiero que sepan algo que les ayudará a no creerse sabelotodos. Así que les explicaré un secreto que Dios ha revelado: parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo. 26 Y así todo Israel se salvará. Como dicen las Escrituras:
«Un libertador vendrá de Sion,
y quitará todo el mal de la familia de Jacob.
27 (A)Y yo haré este pacto con ellos
cuando les perdone todos los pecados».[b]
28 En cuanto a las buenas noticias, ellos las rechazan y se hacen enemigos de Dios; eso los favorece a ustedes que no son judíos. Pero en cuanto a ser elegidos por Dios, él los ama porque esa fue la promesa que hizo a los antepasados de los judíos; 29 y Dios no quita lo que regala, ni retira su invitación a los que él elige.
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