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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
Salmos 71:1-6

71 (A)En ti, Señor, me he refugiado;
    jamás me dejes quedar en vergüenza.
Por tu justicia, rescátame y líbrame;
    dígnate escucharme, y sálvame.
Sé tú mi roca de refugio
    adonde pueda yo siempre acudir;
da la orden de salvarme,
    porque tú eres mi roca, mi fortaleza.
Líbrame, Dios mío, de manos de los impíos,
    del poder de los malvados y violentos.

Tú, Soberano Señor, has sido mi esperanza;
    en ti he confiado desde mi juventud.
De ti he dependido desde que nací;
    del vientre materno me hiciste nacer.
    ¡Por siempre te alabaré!

Jeremías 6:1-19

Jerusalén es sitiada

»¡Huid de Jerusalén, benjaminitas!
    ¡Tocad la trompeta en Tecoa!
    ¡Levantad señal en Bet Haqueren!
Una desgracia, una gran destrucción,
    nos amenaza desde el norte.
Voy a destruir a Sión,
    tan hermosa y delicada.
Los pastores y sus rebaños vienen contra ella:
    acampan a su alrededor,
    y cada uno escoge su pastizal».

«¡Preparaos para pelear contra ella!
    ¡Ataquémosla a plena luz del día!
Pero ¡ay de nosotros, que el día se acaba
    y se alargan las sombras de la noche!
¡Vamos, ataquémosla de noche,
    y destruyamos sus fortalezas!»

Así dice el Señor Todopoderoso:

«¡Talad árboles
    y levantad una rampa contra Jerusalén!
Esta ciudad debe ser castigada,
    pues en ella no hay más que opresión.
Como agua que brota de un pozo,
    así brota de Jerusalén la maldad.
En ella se oye de violencia y destrucción;
    no veo otra cosa que enfermedades y heridas.
¡Escarmienta, Jerusalén,
    para que no me aparte de ti!
De lo contrario, te convertiré en desolación,
    en una tierra inhabitable».

Así dice el Señor Todopoderoso:

«Buscad al remanente de Israel.
    Rebuscad, como en una viña;
repasad los sarmientos,
    como lo hace el vendimiador».

10 ¿A quién hablaré?
    ¿A quién advertiré?
    ¿Quién podrá escucharme?
Tienen tapados[a] los oídos
    y no pueden comprender.
La palabra del Señor los ofende;
    detestan escucharla.
11 Pero yo estoy lleno de la ira del Señor,
    y ya no puedo contenerme.

«Derrama tu ira sobre los niños de la calle,
    sobre los grupos de jóvenes,
porque serán apresados el marido y la mujer,
    la gente madura y la entrada en años.
12 Sus casas, sus campos y sus mujeres
    caerán en manos extrañas,
porque yo voy a extender mi mano
    contra los habitantes del país
            —afirma el Señor—.

13 »Desde el más pequeño hasta el más grande,
    todos codician ganancias injustas;
desde el profeta hasta el sacerdote,
    todos practican el engaño.
14 Curan por encima la herida de mi pueblo,
    y les desean: “¡Paz, paz!”,
    cuando en realidad no hay paz.
15 ¿Acaso se han avergonzado
    de la abominación que han cometido?
¡No, no se han avergonzado de nada,
    ni saben siquiera lo que es la vergüenza!
Por eso, caerán con los que caigan;
    cuando los castigue, serán derribados»,
            dice el Señor.

16 Así dice el Señor:

«Deteneos en los caminos y mirad;
    preguntad por los senderos antiguos.
Preguntad por el buen camino,
    y no os apartéis de él.
    Así hallaréis el descanso anhelado.
Pero ellos dijeron:
    “No lo seguiremos”.
17 Yo aposté centinelas para vosotros, y dije:
    “Prestad atención al toque de trompeta”.
Pero ellos dijeron:
    “No prestaremos atención”.
18 Por eso, ¡escuchad, naciones!
    ¡Sepa la congregación lo que le espera!
19 Escucha, tierra:
Traigo sobre este pueblo una desgracia,
    fruto de sus maquinaciones,
porque no prestaron atención a mis palabras,
    sino que rechazaron mi enseñanza.

Hebreos 12:3-17

Así pues, considerad a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis el ánimo.

En la lucha que libráis contra el pecado, todavía no habéis tenido que resistir hasta derramar vuestra sangre. Y ya habéis olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se os dirigen:

«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
    ni te desanimes cuando te reprenda,
porque el Señor disciplina a los que ama,
    y azota a todo el que recibe como hijo».[a]

Lo que soportáis es para vuestra disciplina, pues Dios os está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a vosotros se os deja sin la disciplina que todos reciben, entonces sois bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos? 10 En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. 11 Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.

12 Por tanto, renovad las fuerzas de vuestras manos cansadas y de vuestras rodillas debilitadas. 13 «Haced sendas derechas para vuestros pies»,[b] para que la pierna coja no se disloque, sino que se sane.

Advertencia a los que rechazan a Dios

14 Buscad la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Aseguraos de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos; 16 y de que nadie sea inmoral ni profano como Esaú, quien por un solo plato de comida vendió sus derechos de hijo mayor.[c] 17 Después, como ya sabéis, cuando quiso heredar esa bendición, fue rechazado: No se le dio lugar para el arrepentimiento, aunque con lágrimas buscó la bendición.

Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)

Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® (Castellano) © 1999, 2005, 2017 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.