Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Canción de las gradas: de David.
1 ¡Mirad cuán bueno y cuán suave es habitar los hermanos igualmente en uno!
2 Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende sobre el borde de sus vestiduras;
3 como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion. Porque allí envía el SEÑOR bendición, y vida eterna.
37 Y la palabra pareció bien a Faraón, y a sus esclavos.
38 Y dijo el Faraón a sus esclavos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya Espíritu de Dios?
39 Y dijo el Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.
40 Tú serás sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.
41 Dijo más el Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
42 Entonces el Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;
43 y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: Abrech Padre tierno-a este honre como a padre carísimo; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
44 Y dijo el Faraón a José: Yo soy el Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
45 Y llamó el Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.
46 ¶ Y era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante del Faraón, rey de Egipto: y salió José de delante del Faraón, y pasó por toda la tierra de Egipto.
47 Y produjo la tierra en aquellos siete años de abundancia a montones.
48 Y él juntó todo el mantenimiento de los siete años que fueron en la tierra de Egipto, y guardó mantenimiento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el mantenimiento del campo de sus alrededores.
49 Y acopió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.
50 Y nacieron a José dos hijos antes que viniera el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.
51 Y llamó José el nombre del primogénito Manasés; porque Dios (dijo) me hizo olvidar de todo mi trabajo, y de toda la casa de mi padre.
52 Y el nombre del segundo lo llamó Efraín; porque Dios (dijo) me hizo ser fructífero en la tierra de mi aflicción.
53 Y se cumplieron los siete años de la abundancia, que hubo en la tierra de Egipto.
54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todas las tierras, mas en toda la tierra de Egipto había pan.
55 Y hubo hambre en toda la tierra de Egipto, y el pueblo clamó al Faraón por pan. Y dijo el Faraón a todo los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere.
56 Y había hambre por toda la faz de la tierra. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque el hambre había crecido en la tierra de Egipto.
57 Y toda la tierra venía a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.
19 ¶ Entonces sobrevinieron unos judíos de Antioquía y de Iconio, que persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le sacaron fuera de la ciudad, pensando que ya estaba muerto.
20 Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad y un día después, salió con Bernabé a Derbe.
21 Y como hubieron anunciado el Evangelio a aquella ciudad, y enseñado a muchos, volvieron a Listra, y a Iconio, y a Antioquía,
22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permanecieran en la fe, y enseñándoles que es necesario que por muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios.
23 Y habiéndoles constituido ancianos en cada una de las Iglesias, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en el cual habían creído.
24 Y pasando por Pisidia vinieron a Panfilia.
25 Y habiendo predicado la Palabra en Perge, descendieron a Atalia;
26 y de allí navegaron a Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían acabado.
27 Y habiendo llegado, y reunida la Iglesia, relataron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe.
28 Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos.
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