Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 13 (12)
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
13 Al maestro del coro. De David.
2 ¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a olvidarme para siempre?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
3 ¿Hasta cuándo estaré intranquilo
con mi corazón apenado día tras día?
¿Hasta cuándo me vencerá mi enemigo?
4 ¡Mira y respóndeme, Señor, Dios mío!
Ilumina mis ojos para que no quede sumido en la muerte,
5 para que no pueda decir mi enemigo: “lo dominé”,
ni se regocijen mis adversarios si tropiezo.
6 Yo en tu bondad confío,
mi corazón se regocija en tu salvación.
Cantaré al Señor que me ha favorecido.
18 ¿Qué Dios perdona el pecado
y pasa por alto, como haces tú,
las culpas al resto de su heredad?
No mantendrá por siempre su ira,
pues se complace en el amor.
19 Volverá a manifestarnos su ternura,
olvidará y arrojará al mar nuestras culpas.
20 Otorgarás a Jacob tu fidelidad
y dispensarás a Abrahán tu amistad,
como lo prometiste en otro tiempo
a quienes fueron nuestros antepasados.
2 Yo, Pablo, lo digo: si se dejan circuncidar, de nada les servirá ya Cristo. 3 Solemnemente se lo aseguro una vez más: quien se hace circuncidar, debe cumplir enteramente la ley de Moisés. 4 Y querer alcanzar la amistad de Dios mediante el cumplimiento de la ley, significa romper con Cristo, quedarse fuera de la acción de la gracia. 5 Por eso, nosotros abrigamos la esperanza de ser restablecidos en la amistad divina por la fe, mediante la acción del Espíritu. 6 Como cristianos, en efecto, da lo mismo estar circuncidados que no estarlo; lo que cuenta es la fe, que actúa por medio del amor.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España