Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 110 (109)
Siéntate a mi derecha
110 Salmo de David.
Oráculo del Señor a mi señor:
“Siéntate a mi derecha,
hasta que haga de tus rivales
el estrado de tus pies”.
2 El Señor te entrega desde Sión
un cetro poderoso.
¡Domina en medio de tus enemigos!
3 Tu pueblo se te ofrecerá
cuando se manifieste tu poder;
con sagrado esplendor,
desde el seno de la aurora,
como rocío te he engendrado.
4 El Señor lo ha jurado
y no va a arrepentirse:
“Tú serás sacerdote para siempre,
como lo fue Melquisedec”.
5 El Señor está a tu derecha,
abate a los reyes el día de su ira;
6 juzga a las naciones,
las llena de cadáveres,
aplasta cabezas por toda la tierra.
7 En el camino beberá de un torrente,
por ello alzará su cabeza.
Primer pregón de la sabiduría
20 La sabiduría pregona por las calles,
alza su voz en las plazas;
21 grita por encima del tumulto,
ante las puertas de la ciudad anuncia su pregón:
22 “¿Hasta cuándo los ingenuos amarán la ingenuidad,
los insolentes disfrutarán con la insolencia,
los necios odiarán el saber?
23 Atiendan a mis advertencias:
les transmitiré mi espíritu
y les explicaré mis dichos.
24 Los llamé y no hicieron caso,
les tendí la mano y nadie atendió;
25 despreciaron todos mis consejos
y rechazaron mis advertencias.
26 También yo me reiré de su desgracia,
me burlaré cuando los invada el pavor;
27 cuando les llegue como huracán el terror,
cuando les sobrevenga la desgracia como vendaval,
cuando les lleguen los problemas y la angustia.
28 Entonces me llamarán y no responderé,
me buscarán y no me encontrarán.
29 Porque odiaron el saber
y no quisieron respetar al Señor;
30 porque no aceptaron mis consejos
y despreciaron mis advertencias,
31 se comerán los frutos de su conducta
y quedarán hartos de sus planes.
32 Su propia rebeldía matará a los ingenuos
y la autosatisfacción perderá a los insensatos.
33 Pero el que me preste atención vivirá seguro”.
Amistad con el mundo, amistad con Dios
4 ¿De dónde surgen los conflictos y las luchas que hay entre ustedes? Sin duda, de las pasiones que llevan siempre en pie de guerra en su interior. 2 Si ambicionan y no tienen, asesinan; si arden en deseos y no pueden satisfacerlos, se enzarzan en luchas y contiendas. No tienen porque no piden. 3 Y, si piden, no reciben nada porque piden con la torcida intención de malgastarlo en sus propios caprichos. 4 ¡Gente infiel! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, quien pretende tener al mundo por amigo, se hace enemigo de Dios. 5 Pues no dice en vano la Escritura: “Dios ama celosamente al espíritu que puso en nosotros”. 6 Aunque su benevolencia es siempre mayor, y por eso dice también la Escritura: Dios hace frente a los orgullosos y concede, en cambio, su favor a los humildes. 7 Sométanse, pues, a Dios y resistan al diablo, que no tendrá más remedio que huir. 8 Acéquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. ¡Limpien sus manos, pecadores! ¡Purifiquen sus corazones, ustedes que se portan con doblez! 9 Reconozcan su miseria; lloren y laméntense: que la risa se les convierta en llanto, y en tristeza la alegría. 10 Humíllense ante el Señor y él los ensalzará.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España