Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
13 Tú, Señor, diste forma a mis entrañas;
tú me formaste en el vientre de mi madre!
14 Te alabo porque tus obras son formidables,
porque todo lo que haces es maravilloso.
¡De esto estoy plenamente convencido!
15 Aunque en lo íntimo me diste forma,
y en lo más secreto me fui desarrollando,
nada de mi cuerpo te fue desconocido.
16 Con tus propios ojos viste mi embrión;
todos los días de mi vida ya estaban en tu libro;
antes de que me formaras, los anotaste,
y no faltó uno solo de ellos.
17 Dios mío, ¡cuán preciosos me son tus pensamientos!
¡Cuán vastos son en su totalidad!
18 Si los contara, serían más que la arena;
si terminara de contarlos, tú aún estarías allí.
Muerte de Raquel
16 Después partieron de Betel. Pero aún estaban como a media legua de distancia de Efrata, cuando Raquel dio a luz,(A) y tuvo un parto difícil. 17 Entre las dificultades de su parto, la partera le dijo: «No tengas miedo, que también tendrás este hijo.»
18 Cuando Raquel exhalaba el último suspiro (pues murió), le puso por nombre Benoní;[a] pero su padre lo llamó Benjamín.[b] 19 Y Raquel murió y fue sepultada en el camino de Efrata, que también es Belén. 20 Sobre su sepultura, Jacob levantó un pilar, que hasta el día de hoy es la señal de la sepultura de Raquel. 21 Y partió Israel de allí, y plantó su tienda más allá de Migdal Edar. 22 Mientras Israel vivía en aquella tierra, Rubén fue y durmió con Bilá, la concubina de su padre. Pero esto llegó a oídos de Israel.
Los hijos de Jacob(B)
Los hijos de Israel fueron doce: 23 los hijos de Lea: Rubén, el primogénito de Jacob; Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón. 24 Los hijos de Raquel: José y Benjamín. 25 Los hijos de Bilá, sierva de Raquel: Dan y Neftalí. 26 Los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser. Éstos fueron los hijos que le nacieron a Jacob en Padán Aram.
Muerte de Isaac
27 Jacob fue a visitar a Isaac, su padre, en Mamre, es decir, la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde habitaron Abrahán e Isaac.(C) 28 Isaac llegó a vivir ciento ochenta años, 29 y exhaló el espíritu siendo anciano y lleno de días. Murió y fue reunido con su pueblo, y sus hijos Esaú y Jacob lo sepultaron.
El siervo escogido
15 Cuando Jesús supo esto, se alejó de allí. Pero mucha gente lo siguió, y él los sanó a todos, 16 aunque les encargaba con firmeza que no lo descubrieran, 17 para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:
18 «Éste es mi siervo, a quien he escogido;
mi Amado, en quien se complace mi alma.
Pondré mi Espíritu sobre él,
y a las naciones anunciará juicio.
19 No disputará, ni gritará,
ni nadie oirá su voz en las calles.
20 No quebrará la caña cascada,
ni apagará la mecha humeante,
hasta que haga triunfar la justicia.
21 En su nombre esperarán las naciones.»(A)
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