Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Plegaria que pide ayuda en la aflicción
Al músico principal. Salmo de David.
13 ¿Hasta cuándo, Señor?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
¿Te olvidarás de mí para siempre?
2 ¿Hasta cuándo debo estar angustiado,
y andar triste todo el día?
¿Hasta cuándo mi adversario me dominará?
3 Señor y Dios mío, mírame y respóndeme;
ilumina mis ojos, y manténme con vida.
4 Que no diga mi adversario que logró vencerme.
¡Se burlará de mí si acaso caigo!
5 Yo confío en tu misericordia;
mi corazón se alegra en tu salvación.
6 Te cantaré salmos, Señor,
porque tú siempre buscas mi bien.
5 y Josafat se puso de pie en el templo del Señor, delante del atrio nuevo, y ante la asamblea de Judá y de Jerusalén 6 dijo:
«Señor y Dios de nuestros padres, tú eres Dios en los cielos, y dominas sobre todos los reinos de las naciones; en tus manos están la fuerza y el poder. ¡No hay quien pueda oponerse a ti! 7 Tú, Dios nuestro, expulsaste de la presencia de tu pueblo Israel a los habitantes de esta tierra, y se la diste para siempre a los descendientes de Abrahán, tu amigo.(A) 8 Ellos la han habitado, y en ella te han edificado un santuario a tu nombre. Han dicho: 9 “Si alguna vez nos sobreviene algún mal, o se nos castiga con la espada, o la peste, o el hambre, nos presentaremos ante este templo, y ante ti (pues tu nombre se halla en este templo), y clamaremos a ti por causa de nuestras aflicciones, y tú nos oirás y nos salvarás.” 10 ¡Mira ahora a los amonitas y a los moabitas! ¡Mira a los del monte de Seir, por cuya tierra no dejaste pasar a Israel cuando venía de Egipto!(B) Tú nos apartaste de ellos, para que no los destruyéramos, 11 ¡y ahora ellos nos pagan tratando de arrojarnos de la tierra que tú nos diste en propiedad! 12 ¡Dios nuestro! ¿acaso no los vas a juzgar? Nosotros no tenemos la fuerza suficiente para enfrentar a ese gran ejército que viene a atacarnos. ¡No sabemos qué hacer, y por eso volvemos a ti nuestra mirada!»
7 Ustedes corrían bien; ¿quién les impidió el no obedecer a la verdad? 8 Esta persuasión no procede de aquel que los llama. 9 Un poco de levadura fermenta toda la masa.(A) 10 Yo confío respecto de ustedes, en el Señor, que no pensarán de otro modo; pero el que los perturba, quienquiera que sea, llevará la sentencia. 11 Y yo, hermanos, si aún predicara la circuncisión, ¿por qué habría de padecer todavía persecución? En tal caso, se habría quitado el tropiezo de la cruz. 12 ¡Cómo quisiera yo que se mutilaran quienes los perturban!
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