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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Version
Salmos 27:1-6

El Señor es mi luz y mi salvación

Salmo de David.

27 El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién podría yo temer?
El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿quién podría infundirme miedo?
Mis malvados enemigos me ponen en aprietos;
se juntan y hacen planes de acabar conmigo,
pero son ellos los que tropiezan y caen.

Aunque un ejército acampe contra mí,
mi corazón no se amedrentará;
aunque me ataquen y me declaren la guerra,
en esto fincaré mi confianza:
Le he pedido al Señor, y sólo esto busco:
habitar en su casa todos los días de mi vida,
para contemplar su hermosura y solazarme en su templo.
Cuando vengan los días malos,
él me esconderá en su santuario;
me ocultará en lo más recóndito de su templo,
me pondrá en lo alto de una roca.
Ante los enemigos que me rodean
me hará levantar la cabeza,
y llevaré a su templo mis ofrendas de alegría
y allí cantaré salmos al Señor.

1 Samuel 1:1-20

Nacimiento de Samuel

En Ramatayin de Sofín, de los montes de Efraín, vivía un varón llamado Elcana hijo de Jeroán, que era descendiente en línea directa de los efrateos Eliú, Tohu y Suf. Elcana tenía dos mujeres; una de ellas se llamaba Ana, y la otra, Peniná. Ésta tenía hijos, pero no así Ana. Todos los años Elcana salía de su ciudad para ir a Silo y adorar allí al Señor de los ejércitos. Allí oficiaban como sacerdotes Jofní y Finés, hijos de Elí. Al llegar el día en que Elcana ofrecía sacrificio, les daba su parte a Peniná, su mujer, y a todos sus hijos y sus hijas, pero a Ana le daba la mejor parte, porque la amaba, aunque el Señor no le había concedido tener hijos. Pero Peniná la molestaba y la hacía enojar hasta entristecerla, porque el Señor no le había concedido tener hijos. Y cada año era lo mismo: Peniná se burlaba de Ana cada vez que iban a la casa del Señor, y por lo tanto Ana lloraba y no comía.

Un día, Elcana le preguntó:

«Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás afligida? ¿Acaso yo no soy para ti mejor que diez hijos?»

Y Ana se levantó, después de comer y beber en Silo. El sacerdote Elí estaba sentado en una silla, junto a un pilar del templo del Señor. 10 Entonces ella oró y lloró al Señor con mucha amargura, 11 y le hizo un voto. Le dijo:

«Señor de los ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de esta sierva tuya, y te acuerdas de mí y me das un hijo varón, yo te lo dedicaré, Señor, para toda su vida. Yo te prometo que jamás la navaja rozará su cabeza.»(A)

12 Y mientras ella oraba largamente delante del Señor, Elí la observaba mover los labios. 13 Y es que Ana le hablaba al Señor desde lo más profundo de su ser, y sus labios se movían pero no se oía su voz, así que Elí creyó que estaba ebria. 14 Entonces le dijo:

«¿Hasta cuándo vas a estar ebria? Digiere ya tu vino.»

15 Pero Ana le respondió:

«No, señor mío; no estoy ebria. No he bebido vino ni sidra. Lo que pasa es que estoy muy desanimada, y vine a desahogarme delante del Señor. 16 No pienses que tu sierva es una mujer impía. Es tan grande mi congoja y mi aflicción, que hasta ahora he estado hablando.»

17 Elí le respondió:

«Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.»

18 Y ella respondió:

«Espero que veas con buenos ojos a esta sierva tuya.»

Y Ana se fue de allí, y comió, y dejó de estar triste. 19 Por la mañana, adoraron delante del Señor y regresaron todos a su casa en Ramá. Allí, Elcana tuvo relaciones con Ana, y el Señor se acordó de lo que ella le había pedido. 20 Ana quedó embarazada y, cuando se cumplió el tiempo, dio a luz un hijo, al que le puso por nombre Samuel, pues dijo: «Yo se lo pedí al Señor.»

Gálatas 1:11-24

El ministerio de Pablo

11 Pero les hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí no sigue criterios humanos, 12 pues yo no lo recibí ni lo aprendí de nadie, sino que Jesucristo me lo reveló. 13 Porque ya han oído ustedes hablar de cuál era mi conducta antes, en el judaísmo, cuando perseguía y asolaba sobremanera a la iglesia de Dios.(A) 14 En el judaísmo, yo aventajaba en mi nación a muchos de mis contemporáneos, y era mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.(B) 15 Pero Dios me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, y cuando a él le agradó 16 revelar a su Hijo en mí(C) para que yo lo anunciara entre los no judíos, no me apresuré a consultar a nadie, 17 ni subí a Jerusalén para hablar con los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.

18 Después, pasados tres años, subí a Jerusalén(D) para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; 19 pero no vi a ningún otro apóstol, sino a Jacobo el hermano del Señor. 20 En esto que les escribo, pueden ver delante de Dios que no miento. 21 Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia, 22 y las iglesias de Judea, que eran en Cristo, no me conocían ni me habían visto; 23 solamente habían oído decir: «Aquel que antes nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo buscaba destruir.» 24 Y glorificaban a Dios en mí.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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