Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Oración de Moisés, hombre de Dios.
90 ¡Señor, tú has sido nuestro refugio en todas las generaciones! 2 Antes que los montes fueran creados, antes que la tierra fuera formada, tú eras Dios sin principio ni fin.
3 Tú haces que el ser humano vuelva al polvo, cuando dices: «Vuelve al polvo». 4 ¡Mil años son como el día de ayer para ti! ¡Son como unas cuantas horas! 5 Acabas con la gente como si fueran sueños que desaparecen; como hierba que nace en la mañana, 6 que al amanecer brota verde y fresca, y por la noche ya está marchita y seca.
13 Oh Señor vuelve a nosotros. ¿Cuánto tardarás? Ten compasión de tus siervos. 14 Llénanos con tu amor por la mañana, y toda nuestra vida cantaremos de alegría. 15 Hemos sufrido días y años; ¡devuélvenos ahora esos días y años en alegría! 16 Que volvamos a ver tus milagros; que nuestros hijos vean maravillas; como las que antes hacías. 17 Que el Señor nuestro Dios nos muestre su favor. Que el trabajo de nuestras manos tenga éxito; sí, que el trabajo de nuestras manos tenga éxito.
32 «Escuchen, cielos y tierra.
Escuchen lo que tengo que decir.
2 Mis palabras caerán sobre ustedes como suave lluvia y rocío, como lluvia sobre el pasto tierno, como lluvia sobre las laderas.
3 Yo proclamaré la grandeza del Señor.
¡Cuán glorioso es él!
4 Dios es la Roca. Perfecta es su obra.
Todo lo que hace es justo y bueno.
Dios es fiel, no practica la injusticia.
5 Pero Israel se ha corrompido, se ha contaminado con pecado.
Ya no es hijo digno.
Es una generación perversa y depravada.
6 »¿Así tratas al Señor, oh pueblo insensato y necio?
¿No es Dios tu Padre?
¿No es él tu creador?
¿No es él quien te formó y te dio fortaleza?
7 Recuerda los días del pasado.
Pregúntale a tu padre y al anciano; ellos te contarán.
8 Cuando Dios dividió el mundo entre las naciones, según el número de los hijos de Israel.
9 Pero no designó uno para Israel:
Porque Israel era la posesión especial de Dios.
10 Dios los protegió en la soledad amenazadora como si fuera la niña de sus ojos.
11 Extendió sus alas sobre ellos, como un águila protege a sus polluelos, y los lleva sobre sus alas.
12 »Cuando el Señor solo los conducía, y ellos vivían sin dioses ajenos, 13 Dios les entregó fértiles colinas, y campos fértiles y productivos, les dio miel de la peña, y aceite de oliva de los pedregales.
14 Les dio leche y carne; carneros de Basán y cabritos, lo mejor del trigo, y el vino por bebida.
18 Se olvidaron de la Roca que los había hecho, olvidando que era Dios quien les había dado el ser.
7 Tú tienes que darles el ejemplo en todo con tus buenas acciones. Cuando les enseñes, hazlo con integridad y seriedad. 8 Que tu mensaje sea sano y sin faltas. Así cualquiera que discuta con ustedes se avergonzará al no encontrar nada que criticarles.
11 Sí, Dios ha mostrado su amor gratuito que trae salvación a todo el mundo. 12 Dios quiere que nos apartemos de la impiedad y de los placeres pecaminosos y que vivamos en este mundo una vida sobria, justa y piadosa, 13 con la mirada puesta en el día en que se cumpla la bendita promesa de su venida y se manifieste la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. 14 Él se entregó a la muerte por nosotros para poder rescatarnos de todas nuestras iniquidades y convertirnos en un pueblo que fuera suyo, dedicado a hacer el bien.
15 Esto es lo que tienes que enseñar. Exhorta y reprende con plena autoridad. ¡No permitas que nadie reste importancia a tus palabras!
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