Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Morando bajo la sombra del Omnipotente
91 El que habita al abrigo del Altísimo
Y mora bajo la sombra del Omnipotente,
2 Dice a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confío.
3 Él te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.
La señal de los higos buenos y malos
24 Después de haber deportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos llevado cautivos a Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová.
2 Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer.
3 Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer.
4 Y vino a mí la palabra de Jehová, diciendo:
5 Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los deportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien.
6 Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.
7 Y les daré un corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí con todo su corazón.
8 Y como los higos malos, que de malos no se pueden comer, así ha dicho Jehová, pondré a Sedequías, rey de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto.
9 Y los daré por horror y por calamidad a todos los reinos de la tierra; por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos los lugares adonde yo los arroje.
10 Y enviaré sobre ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres.
43 Y todos se admiraban de la grandeza de Dios.
Jesucristo anuncia otra vez su muerte
Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía, dijo a sus discípulos:
44 Haced que os penetren bien en los oídos estas palabras; porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de hombres.
45 Mas ellos no entendían estas palabras, pues les estaban veladas para que no las percibiesen; y temían preguntarle sobre esas palabras.
¿Quién es el mayor?
46 Se suscitó entre ellos una discusión sobre quién de ellos sería el mayor.
47 Y Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó a un niño y lo puso junto a sí,
48 y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me reciba a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es grande.
Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.