Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo de David.
110 Así dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha hasta que humille a tus enemigos poniéndolos por estrado de tus pies. 2 El Señor establecerá tu trono en Sion para que gobiernes, desde allí sobre tus enemigos. 3 Cuando vayas a la guerra, tu pueblo te apoyará gustoso; tu traje de guerra será un traje de gala, y tu fuerza se renovará día tras día como el rocío de la mañana.
4 El Señor ha jurado, y no cambiará su voto: Tú eres sacerdote eternamente como Melquisedec. 5 Dios está a tu lado para protegerte. En el día de su ira aplastará a muchos reyes. 6 Castigará a las naciones y las llenará de sus muertos. Aplastará muchas cabezas en toda la tierra. 7 Beberá de un arroyo junto al camino, y por lo tanto cobrará nuevas fuerzas.
22 Entonces el faraón ordenó a su pueblo que echaran al río Nilo a todo niño hebreo que naciera, pero que a las niñas las dejaran con vida.
Nacimiento de Moisés
2 Por esa época, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma tribu. 2 Después de un tiempo, la mujer quedó embarazada y tuvo un hijo. El niño era tan hermoso, que la madre lo mantuvo escondido durante tres meses. 3 Pero cuando ya no pudo esconderlo más, le hizo una pequeña cesta de papiro, la recubrió con asfalto, y puso al niño adentro; luego fue y lo dejó en medio de las cañas que crecían a la orilla del río. 4 La hermana del bebé lo estuvo vigilando desde lejos, para ver qué iba a pasar con él.
5 En eso vio que llegaba a bañarse al río una princesa, una de las hijas del faraón. Mientras caminaba por la orilla con sus damas de compañía, vio la pequeña cesta que estaba en medio de las cañas y envió a una de sus doncellas para que se la llevara. 6 Cuando la abrió, vio al bebé que lloraba, y se sintió conmovida.
―Debe de ser un bebé de los hebreos —dijo.
7 La hermana del niño se acercó y le preguntó a la princesa:
―¿Quiere que vaya y busque a una mujer hebrea para que le cuide al niño?
8 ―Sí, anda —respondió la princesa.
La muchacha corrió hasta su casa, y regresó con su madre.
9 ―Lleva a este niño a tu casa y cuídamelo —le ordenó la princesa a la madre del niño—. Te pagaré bien. Ella, pues, lo llevó a su casa y lo cuidó. 10 Cuando el niño creció, la madre se lo llevó a la princesa, y ella lo adoptó como hijo suyo. Lo llamó Moisés, porque lo había sacado de las aguas.
23 Por la fe, cuando nació Moisés, sus padres lo escondieron durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso y no tuvieron miedo a la orden que el rey había dado.
24 Por la fe, Moisés, ya siendo adulto, no quiso que lo llamaran hijo de la hija del faraón. 25 Prefirió que lo maltrataran junto con el pueblo antes que disfrutar de los placeres temporales del pecado. 26 Consideró que era mejor sufrir la vergüenza por causa del Mesías que disfrutar de los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.
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