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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
Salmos 107:1-7

Salmo 107 (106)

Alabad al Señor por su bondad

107 Alabad al Señor por su bondad,
porque es eterno su amor.
Que lo digan los que el Señor ha salvado,
los que ha salvado del poder del enemigo,
los que reunió de entre los países,
de oriente y de occidente,
del norte y del poniente.
Vagaban perdidos por el árido desierto,
no hallaban el camino a una ciudad habitada.
Estaban hambrientos, tenían sed,
su vida se iba agotando.
Pero en su angustia gritaron al Señor
y él los salvó de sus penurias;
los guió por un camino recto
hasta llegar a una ciudad habitada.

Salmos 107:33-37

33 El Señor convierte en un desierto los ríos,
los manantiales en tierra seca,
34 la tierra fértil en tierra estéril,
por la maldad de quienes la habitan.
35 Convierte el desierto en un lago,
en un manantial el árido yermo,
36 y allí asienta a los hambrientos
que fundan la ciudad donde vivir.
37 Siembran campos, plantan viñas,
cosechan frutos de la tierra.

Josué 2:15-24

15 Ella los descolgó por la ventana con una soga, pues la casa en que vivía estaba adosada a la muralla. 16 Les dijo:

— Dirigíos hacia la montaña, para que vuestros perseguidores no os encuentren. Quedaos escondidos allí tres días hasta que regresen los que salgan en vuestra persecución; después podréis seguir vuestro camino.

17 Los hombres le respondieron:

— Nosotros quedaremos libres del juramento que nos has exigido si tú no cumples con esta condición: 18 cuando entremos en el país, deberás atar a la ventana por la que nos has descolgado este cordón de hilo rojo después de haber reunido contigo en esta casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. 19 Si alguno sale de tu casa, se hará responsable de su muerte; nosotros seremos inocentes. Pero, si alguien pone su mano sobre cualquiera que esté contigo dentro de tu casa, seremos nosotros los responsables de su muerte. 20 Ahora bien, si nos denuncias, quedaremos libres del juramento que nos has exigido.

21 Ella respondió:

— Sea como decís.

Los despidió y, cuando se fueron, ató el cordón rojo a la ventana.

Regreso de los espías

22 Marcharon los espías, se adentraron en el monte y se quedaron allí tres días, hasta que sus perseguidores, que los buscaron por todas partes, regresaron sin encontrarlos. 23 Entonces los dos hombres bajaron del monte, cruzaron el río y llegaron adonde estaba Josué, hijo de Nun, a quien contaron todo lo que les había pasado. 24 Le dijeron a Josué:

— El Señor ha puesto todo el país en nuestras manos; todos sus habitantes están ya temblando ante nosotros.

Mateo 23:13-28

13 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que cerráis a la gente la entrada en el reino de los cielos! Ni entráis vosotros ni dejáis entrar a los que quieren entrar.

14 [¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que devoráis las haciendas de las viudas y que, para disimular, pronunciáis largas oraciones! Por eso vosotros recibiréis mayor castigo].

15 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que recorréis tierra y mar en busca de un prosélito y, cuando lo habéis conseguido, hacéis de él un modelo de maldad dos veces peor que vosotros mismos!

16 ¡Ay de vosotros, guías de ciegos, que decís: “Jurar por el Templo no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por el oro del Templo”! 17 ¡Estúpidos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el Templo por el que el oro queda consagrado? 18 Y decís también: “Jurar por el altar no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por la ofrenda que está sobre el altar”. 19 ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar por el que la ofrenda queda consagrada? 20 El que jura por el altar, jura también por todo lo que hay sobre él; 21 el que jura por el Templo, jura también por aquel que vive dentro de él. 22 Y el que jura por el cielo, jura también por el trono de Dios y por Dios mismo, que se sienta en ese trono.

23 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que ofrecéis a Dios el diezmo de la menta, del anís y del comino, pero no os preocupáis de lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe! Esto último es lo que deberíais hacer, aunque sin dejar de cumplir también lo otro. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!

25 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro siguen sucios con el producto de vuestra rapacidad y codicia! 26 ¡Fariseo ciego, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera!

27 ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que sois como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muerto y podredumbre! 28 Así también vosotros: os hacéis pasar por justos delante de la gente, pero vuestro interior está lleno de hipocresía y maldad.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España