Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Al director musical. Sígase la tonada de «No destruyas». Salmo de Asaf. Cántico.
75 Te damos gracias, oh Dios,
te damos gracias e invocamos[a] tu Nombre;
¡todos hablan de tus obras portentosas!
2 Tú dices: «Cuando yo lo decida,
juzgaré con equidad.
3 Cuando se estremece la tierra con todos sus habitantes,
soy yo quien afirma sus columnas». Selah
4 «No sean altaneros», digo a los altivos;
«No sean soberbios», ordeno a los malvados;
5 «No hagan gala de soberbia contra el cielo
ni hablen con aires de suficiencia».
6 La exaltación no viene del oriente
ni del occidente ni del desierto,
7 sino que es Dios el que juzga:
a unos humilla y a otros exalta.
8 En la mano del Señor hay una copa
de espumante vino mezclado con especias;
cuando él lo derrame, todos los malvados de la tierra
habrán de beberlo hasta la última gota.
9 Yo hablaré de esto siempre;
cantaré salmos al Dios de Jacob.
10 Aniquilaré la altivez de todos los malvados
y exaltaré el poder de los justos.
15 Los profetas de Jericó, al verlo, exclamaron: «¡El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo!». Entonces fueron a su encuentro y se postraron ante él, rostro en tierra.
16 —Mira —le dijeron—, aquí se encuentran entre nosotros tus servidores, cincuenta hombres muy capaces que pueden ir a buscar a tu maestro. Quizás el Espíritu del Señor lo tomó y lo arrojó en algún monte o en algún valle.
—No —respondió Eliseo—, no los manden.
17 Pero ellos insistieron tanto que él se sintió incómodo[a] y por fin les dijo:
—Está bien, mándenlos.
Así que enviaron a cincuenta hombres, los cuales buscaron a Elías durante tres días, pero no lo encontraron. 18 Cuando regresaron a Jericó, donde se había quedado Eliseo, él les reclamó:
—¿No les advertí que no fueran?
Eliseo purifica el agua
19 Luego, los habitantes de la ciudad dijeron a Eliseo:
—Señor, como usted puede ver, nuestra ciudad está bien ubicada, pero el agua es mala, y por eso la tierra ha quedado estéril.
20 —Tráiganme una vasija nueva y échenle sal —ordenó Eliseo.
Cuando se la entregaron, 21 Eliseo fue al manantial y al arrojar allí la sal, exclamó:
—Así dice el Señor: “¡Yo purifico esta agua para que nunca más cause muerte ni esterilidad!”.
22 A partir de ese momento y hasta el día de hoy, el agua quedó purificada según la palabra de Eliseo.
7 Queridos hermanos, lo que escribo no es un mandamiento nuevo, sino uno antiguo que han tenido desde el principio. Este mandamiento antiguo es el mensaje que ya oyeron. 8 Por otra parte, lo que escribo es un mandamiento nuevo, cuya verdad se manifiesta tanto en la vida de Cristo como en la de ustedes, porque la oscuridad se va desvaneciendo y ya brilla la luz verdadera.
9 El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. 10 El que ama a su hermano permanece en la luz y no hay nada que lo haga tropezar. 11 Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad, en ella vive y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.
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