Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
El amor fraternal
Cántico gradual. De David.
133 ¡Qué bueno es, y qué agradable,
que los hermanos convivan en armonía!
2 Es como el buen perfume
que resbala por la cabeza de Aarón,
y llega hasta su barba
y hasta el borde de sus vestiduras.
3 Es como el rocío del monte Hermón,
que cae sobre los montes de Sión.
Allí el Señor ha decretado para su pueblo
bendición y vida para siempre.
Daniel interpreta el sueño de Nabucodonosor
2 En el año segundo del reinado de Nabucodonosor, éste tuvo algunos sueños que lo perturbaron, a tal grado que se le fue el sueño. 2 Entonces mandó llamar a los magos, astrólogos, adivinos y hechiceros, para que le explicaran sus sueños. Éstos acudieron a presentarse ante el rey, 3 y el rey les dijo:
«He tenido un sueño, y me encuentro muy perturbado, pues quiero saber lo que el sueño significa.»
4 Los hechiceros hablaron con el rey en lengua aramea:
«¡Que viva para siempre Su Majestad! ¡Cuente su sueño a estos sus siervos, y nosotros le daremos a conocer lo que significa.»
5 El rey les respondió:
«Ya me he olvidado de qué trataba el sueño. Pero si ustedes no me dicen lo que soñé, y qué significa, van a ser hechos pedazos, y sus casas serán convertidas en basureros. 6 Pero si me dicen lo que soñé, y lo que significa el sueño, yo les daré regalos, les concederé favores y les otorgaré muchos honores. Díganme, entonces, qué soñé y qué significa.»
7 Los magos volvieron a decir:
«Si Su Majestad les cuenta su sueño a estos siervos suyos, ellos le dirán lo que significa.»
8 Pero el rey les respondió:
«Yo sé muy bien que ustedes tratan de ganar tiempo, porque se dan cuenta de que esto ya está decidido. 9 Si ustedes no me dicen lo que soñé, la sentencia para ustedes es una sola. Ustedes me están preparando una respuesta falsa y perversa, y mientras tanto habrán ganado tiempo. Así que díganme lo que soñé, y entonces sabré que ustedes son capaces de decirme lo que significa.»
10 Los hechiceros le respondieron al rey:
«No hay nadie en toda la tierra que pueda decir a Su Majestad lo que soñó; además, nunca ningún rey, ni príncipe ni soberano ha preguntado semejante cosa a ningún mago, astrólogo o hechicero. 11 Esto que Su Majestad nos pide es algo muy difícil, y no hay nadie que se lo pueda revelar, a no ser los dioses. ¡Pero los dioses no viven entre los hombres!»
12 Esta respuesta despertó la ira del rey, quien muy enojado mandó matar a todos los sabios de Babilonia. 13 Cuando se publicó el edicto de que los sabios fueran ejecutados, buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos también. 14 Pero Daniel habló con mucha prudencia y sensatez a Arioc, el capitán de la guardia del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia. 15 Daniel habló con Arioc, y le dijo:
«¿Por qué este edicto de parte del rey se ha publicado tan apresuradamente?»
Y Arioc hizo saber a Daniel lo que sabía.
16 Daniel se presentó ante el rey y le pidió un poco de tiempo, después del cual le daría a conocer la interpretación del sueño. 17 Después, Daniel se fue a su casa e informó a sus compañeros Jananías, Misael y Azarías lo que pasaba, 18 a fin de que ellos le pidieran al Dios del cielo que se mostrara misericordioso en relación con este misterio, para que Daniel y sus compañeros no murieran junto con los otros sabios de Babilonia. 19 Fue así como, durante una visión nocturna, el secreto le fue revelado a Daniel, por lo cual Daniel bendijo al Dios del cielo. 20 Y dijo Daniel:
«¡Bendito seas por siempre el nombre de Dios,
porque tuyos son el poder y la sabiduría!
21 Tú cambias los tiempos y las edades,
y a unos reyes los pones y a otros los quitas.
A los sabios y entendidos les das gran sabiduría,
22 y les revelas lo profundo y lo escondido;
tú conoces lo que está en tinieblas, pues en ti habita la luz.
23 A ti, Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo,
porque me has dado fuerza y sabiduría,
y ahora me has revelado lo que te pedimos:
¡nos has dado a conocer el asunto del rey!»
Los creyentes piden confianza y valor
23 Una vez que fueron puestos en libertad, ellos se fueron con los suyos y les contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Al oírlos, todos juntos elevaron sus voces a Dios y dijeron: «Soberano Señor, tú creaste el cielo y la tierra, y el mar y todo lo que hay en ellos;(A) 25 tú, Padre nuestro, por medio del Espíritu Santo dijiste en labios de tu siervo David:
»¿Por qué se amotinan las gentes,
y los pueblos piensan cosas vanas?
26 Los reyes de la tierra se reunieron,
y los príncipes se confabularon,
contra el Señor, y contra su Cristo.(B)
27 »Es un hecho que Herodes(C) y Poncio Pilato,(D) junto con los no judíos y el pueblo de Israel, se reunieron en esta ciudad en contra de tu santo Hijo y ungido, Jesús, 28 para hacer todo lo que, por tu poder y voluntad, ya habías determinado que sucediera. 29 Ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a estos siervos tuyos proclamar tu palabra sin ningún temor. 30 Extiende también tu mano, y permite que se hagan sanidades y señales y prodigios en el nombre de tu santo Hijo Jesús.» 31 Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor.
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