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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 121

Cántico de los peregrinos.

121 Hacia las montañas levanto la mirada; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra. No permitirá que resbales y caigas; jamás duerme el que te cuida. De verdad, jamás duerme ni se cansa el que cuida a Israel.

¡El Señor mismo te cuida! El Señor está a tu lado como tu sombra protectora. El sol no te hará daño de día ni la luna de noche. Te guarda de todo mal y protege tu vida. El Señor te cuida cuando vas y cuando vienes, desde ahora y para siempre.

Ezequiel 1:1-25

Ezequiel, hijo de Buzí, era un sacerdote que vivía con los exiliados judíos junto al río Quebar, en Babilonia. El recibió de parte de Dios visiones que le mostraban lo que acontecería en los próximos meses y años.

Un día, a fines de junio, cuando ya habían pasado cinco años del exilio del rey Joaquín, fue cuando empecé a recibir visiones y mensajes de parte del Señor.

Yo vi en una visión una gran tormenta acercándose hacia mí desde el norte, y delante de ella una enorme nube que resplandecía con fuego, desde adentro de la cual continuamente salían llamaradas, y en el fuego mismo había algo que brillaba como el bronce pulido.

Luego, desde el centro de la nube aparecieron cuatro seres extraños, aunque su figura era como la de un ser humano. ¡Pero, cada uno tenía cuatro caras y dos pares de alas! Sus piernas eran como las de los hombres, pero sus pies tenían pezuñas como de buey, aunque brillaban como el bronce bruñido. Y debajo de cada una de sus alas yo podía ver manos humanas.

Los cuatro seres extraños estaban vivos y unidos ala con ala y volaban hacia delante sin volverse atrás. 10 Cada uno tenía la cara de un ser humano al frente, las caras de los costados eran una de león y una de buey, en tanto que la posterior era de águila. 11 Cada uno tenía, además, dos pares de alas desplegadas que partían del medio de sus espaldas. Un par se extendía hacia arriba y el otro par cubría su cuerpo. 12 A donde les impulsaba el Espíritu iban, pero moviéndose siempre hacia adelante, sin darse vuelta.

13 Subiendo y descendiendo entre ellos había otras formas que resplandecían como brasas ardientes o antorchas brillantes, y desde ellos salían relámpagos. 14 Los seres vivos iban y venían con la velocidad del relámpago.

15 Al estar mirando atentamente todo esto, vi cuatro ruedas sobre el suelo debajo de ellos, correspondiendo una rueda a cada uno de los seres vivientes. 16 Las ruedas parecían como si fueran hechas de ámbar pulido, y cada una estaba construida con una segunda rueda cruzada por adentro. 17 Así podían avanzar en cualquiera de las cuatro direcciones sin tener que darse vuelta. 18 Las cuatro ruedas tenían una enorme circunferencia y despedían brillos intensos.

19 Cuando los cuatro seres vivos volaban hacia adelante, las ruedas se desplazaban con ellos. Cuando volaban hacia arriba, las ruedas también subían con ellos. 20 Cuando los seres vivos se detenían, también se detenían las ruedas. 21 Es que el Espíritu de los cuatro seres vivos estaba en las ruedas de modo que dondequiera su Espíritu iba, las ruedas y los seres vivos iban también.

22 En la parte superior de este extraño ser había una especie de bóveda de cristal purísimo y resplandeciente. 23 Las alas de cada uno de los seres estaban debajo de esta bóveda extendidas para tocar las alas de los otros y cada uno tenía dos alas cubriendo su cuerpo. 24 Al volar, el ruido de sus alas era muy intenso, como las olas estrellándose sobre la costa, o como la voz de Dios, o como el griterío de un poderoso ejército en medio de una feroz batalla. Cuando se detenían, entonces plegaban sus alas. 25 Estaba yo observando cuando se produjo un gran estruendo.

Hechos 9:19-31

19 Luego comió para recuperar sus fuerzas.

Saulo en Damasco y en Jerusalén

Después de permanecer con los discípulos de Damasco varios días, 20 se fue por las sinagogas afirmando que Jesús era el Hijo de Dios.

21 Los que lo escuchaban estaban confundidos y se preguntaban: «¿No es este el mismo que perseguía a muerte a los que invocan este nombre en Jerusalén? Según sabíamos, venía a arrestarlos y a llevarlos encadenados ante los principales sacerdotes».

22 Saulo, mientras tanto, se volvía cada vez más ferviente en la predicación, y los judíos de Damasco no podían refutarle los argumentos con que probaba que Jesús era el Mesías.

23 Después de muchos días, los judíos decidieron matarlo, 24 pero el plan llegó a oídos de Saulo. Y como sus enemigos vigilaban día y noche las puertas de la ciudad para matarlo, 25 una noche varios de sus discípulos lo descolgaron en una canasta por una abertura en la muralla.

26 Cuando llegó a Jerusalén, trató de reunirse con los discípulos, pero estos estaban temerosos de que no fuera realmente un discípulo. 27 Pero Bernabé lo presentó a los apóstoles y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino de Damasco, lo que el Señor le había dicho y el poder con que predicaba en Damasco el nombre de Jesús. 28 Saulo se quedó con ellos y andaba por todas partes en Jerusalén, 29 hablando abiertamente en el nombre del Señor.

Algunos judíos de habla griega, con los cuales había discutido, se pusieron de acuerdo para matarlo. 30 Cuando los demás hermanos se enteraron, lo llevaron a Cesarea y de allí lo enviaron a Tarso.

31 Mientras tanto, la iglesia de Judea, Galilea y Samaria tenía paz y crecía en fortaleza y número. Los creyentes aprendían cómo andar en el temor del Señor, fortalecidos por el Espíritu Santo.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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