Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Cántico de los peregrinos. De David.
133 ¡Que admirable, que agradable es que los hermanos vivan juntos en armonía! 2 Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras. 3 Es tan refrescante como el rocío del monte Hermón que cae sobre los montes de Jerusalén. Donde se da esta armonía, el Señor concede bendición y vida eterna.
El sueño del rey Nabucodonosor
2 Una noche, durante el segundo año de su reinado, el rey Nabucodonosor tuvo un sueño, y lo inquietó tanto que ya no pudo seguir durmiendo. 2 Inmediatamente llamó a todos sus magos, encantadores, hechiceros y astrólogos, y les demandó le dijeran el significado de su sueño.
3 ―Yo he tenido un sueño que me preocupa —les dijo mientras estaban reunidos delante de él—, díganme qué significa.
4 Entonces los astrólogos (hablando en arameo) dijeron al rey:
―Que viva por siempre el rey. Cuéntenos el sueño y entonces podremos decirle lo que significa.
5 Pero el rey respondió:
―Mi decisión está tomada. Si no me dicen lo que soñé y lo que significa, ordenaré que los corten en pedazos y que a sus casas las quemen hasta que queden convertidas en cenizas. 6 Pero les daré muchos maravillosos regalos y honores si me dicen cuál fue el sueño y lo que significa. Así que, ¡empiecen!
7 Ellos dijeron de nuevo:
―Si Su Majestad nos cuenta el sueño, nosotros le diremos lo que significa.
8 El rey respondió contrariado:
―Mi decisión está tomada; ustedes lo saben y por eso quieren ganar tiempo. 9 ¡Pero si no me cuentan el sueño, ya saben lo que les pasará! Ustedes se han puesto de acuerdo para decirme mentiras, deseando que algo pase y cambie mi decisión. Pero díganme lo que soñé y sabré que también me pueden decir su significado.
10 Los astrólogos respondieron al rey:
―¡No hay nadie en la tierra que pueda decirle a Su Majestad lo que soñó! ¡Y no hay rey, por grande y poderoso que sea, que pediría semejante cosa a ningún mago, hechicero o astrólogo! 11 Lo que el rey pide es imposible. Nadie, salvo los dioses, puede decirle su sueño, y ellos no están aquí para ayudar.
12 Al oír esto, el rey se puso furioso, y ordenó ejecutar a todos los sabios de Babilonia. 13 Debido a estas órdenes, Daniel y sus compañeros fueron buscados para ser ejecutados junto con los demás sabios.
14 Cuando Arioc, el comandante de la guardia real, vino para matarlos, Daniel manejó la situación con mucho tacto y cuidado al preguntar:
15 ―¿Por qué ha dado el rey semejante orden?
Entonces Arioc le contó lo que había sucedido. 16 Así que Daniel pidió audiencia para hablar con el rey. Le dijo:
―Deme un poco de tiempo y yo le diré el sueño que tuvo y lo que significa.
17 Luego se fue a su casa y les contó todo a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros. 18 Luego les pidió que suplicaran al Dios del Cielo que les mostrara su bondad diciéndoles el secreto, para que no murieran junto con los sabios babilonios. 19 Y esa noche, en una visión, Dios le reveló a Daniel lo que el rey había soñado. Entonces Daniel alabó al Dios del cielo, 20 diciendo:
―Digno de elogio sea el nombre de Dios en todos los tiempos, pues sólo él tiene toda la sabiduría y todo el poder. 21 Lo que pasa en el mundo está bajo su control. Él quita reyes y coloca a otros sobre sus tronos. Él da a los sabios sabiduría, y a los entendidos su inteligencia. 22 Él revela misterios profundos y sabe lo que se oculta en las sombras, aunque él mismo está rodeado de luz. 23 ¡Te doy gracias y declaro tu gran bondad, oh Dios de mis antepasados, pues me has dado sabiduría y poder! Me has concedido lo que te pedimos, nos has mostrado el sueño del rey.
La oración de los creyentes
23 Una vez libres, Pedro y Juan fueron en busca de los demás discípulos y les contaron lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
24 Entonces los creyentes, unánimemente, oraron así: «Soberano Señor, creador del cielo, de la tierra, del mar y de cuanto en ellos existe: 25 El Espíritu Santo se expresó a través del rey David, tu siervo, de esta manera:
»“¿Por qué se rebelan los paganos y por qué hablan en vano las naciones? 26 Los reyes de la tierra se unieron para pelear contra el Señor, y contra su ungido”.
27 »Eso es exactamente lo que está sucediendo en esta ciudad: el rey Herodes, el gobernador Poncio Pilato y los demás romanos, así como el pueblo de Israel, están unidos contra Jesús, tu ungido, tu santo siervo. 28 Pero sólo están haciendo lo que tú en tu plan ya habías decidido que sucediera.
29-30 »Ahora, oh Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos que con confianza prediquen tu palabra; y envía tu poder sanador para que muchos milagros y maravillas se realicen en el nombre de tu santo hijo, Jesús».
31 Después de esta oración, el edificio donde estaban reunidos se estremeció y quedaron llenos del Espíritu Santo, y se entregaron a predicar con arrojo el mensaje de Dios.
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