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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)
Version
1 Reyes 17:8-16

Entonces la palabra del Señor vino a él con este mensaje: «Ve ahora a Sarepta de Sidón, y permanece allí. A una viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer». 10 Así que Elías se fue a Sarepta. Al llegar a la puerta de la ciudad, encontró a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo:

―Por favor, tráeme una vasija con un poco de agua para beber.

11 Mientras ella iba por el agua, él volvió a llamarla y le dijo:

―Tráeme también, por favor, un pedazo de pan.

12 ―Tan cierto como que vive el Señor tu Dios —respondió ella—, que no me queda ni un pedazo de pan; solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en el jarro. Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para mi hijo y para mí. ¡Será nuestra última comida antes de morirnos de hambre!

13 ―No temas —le dijo Elías—. Vuelve a casa y haz lo que pensabas hacer. Pero antes prepárame un panecillo con lo que tienes, y tráemelo; luego haz algo para ti y para tu hijo. 14 Porque así dice el Señor, Dios de Israel: “No se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la tierra”.

15 Ella fue e hizo lo que le había dicho Elías, de modo que cada día hubo comida para ella y su hijo, como también para Elías. 16 Y tal como la palabra del Señor lo había anunciado por medio de Elías, no se agotó la harina de la tinaja ni se acabó el aceite del jarro.

1 Reyes 17:17-24

17 Poco después cayó enfermo el hijo de aquella viuda, y tan grave se puso que finalmente expiró. 18 Entonces ella le dijo a Elías:

―¿Por qué te entrometes, hombre de Dios? ¿Viniste a recordarme mi pecado y a matar a mi hijo?

19 ―Dame a tu hijo —contestó Elías.

Y, quitándoselo del regazo, Elías lo llevó al cuarto de arriba, donde estaba alojado, y lo acostó en su propia cama. 20 Entonces clamó: «Señor mi Dios, ¿también a esta viuda, que me ha dado alojamiento, la haces sufrir matándole a su hijo?» 21 Luego se tendió tres veces sobre el muchacho y clamó: «¡Señor mi Dios, devuélvele la vida a este muchacho!»

22 El Señor oyó el clamor de Elías, y el muchacho volvió a la vida. 23 Elías tomó al muchacho y lo llevó de su cuarto a la planta baja. Se lo entregó a su madre y le dijo:

―¡Tu hijo vive! ¡Aquí lo tienes!

24 Entonces la mujer le dijo a Elías:

―Ahora sé que eres un hombre de Dios, y que lo que sale de tu boca es realmente la palabra del Señor.

Salmos 146

146 ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
    Alaba, alma mía, al Señor.
Alabaré al Señor toda mi vida;
    mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.

No pongáis vuestra confianza en gente poderosa,
    en simples mortales, que no pueden salvar.
Exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
    y ese mismo día se desbaratan sus planes.

Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob,
    cuya esperanza está en el Señor su Dios,
creador del cielo y de la tierra,
    del mar y de todo cuanto hay en ellos,
    y que siempre mantiene la verdad.
El Señor hace justicia a los oprimidos,
    da de comer a los hambrientos
    y pone en libertad a los cautivos.
El Señor da vista a los ciegos,
    el Señor sostiene a los cansados,
    el Señor ama a los justos.
El Señor protege al extranjero
    y sostiene al huérfano y a la viuda,
    pero frustra los planes de los impíos.

10 ¡Oh Sión, que el Señor reine para siempre!
    ¡Que tu Dios reine por todas las generaciones!

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Gálatas 1:11-24

Pablo, llamado por Dios

11 Quiero que sepáis, hermanos, que el evangelio que yo predico no es invención humana. 12 No lo recibí ni lo aprendí de ningún ser humano, sino que me llegó por revelación de Jesucristo.

13 Vosotros ya estáis enterados de mi conducta cuando pertenecía al judaísmo, de la furia con que perseguía a la iglesia de Dios, tratando de destruirla. 14 En la práctica del judaísmo, yo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi celo exagerado por las tradiciones de mis antepasados. 15 Sin embargo, Dios me había apartado desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia. Y, cuando él tuvo a bien 16 revelarme a su Hijo para que yo lo predicara entre los gentiles, no consulté con nadie. 17 Tampoco subí a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui de inmediato a Arabia, de donde luego regresé a Damasco.

18 Después de tres años, subí a Jerusalén para visitar a Pedro,[a] y me quedé con él quince días. 19 No vi a ningún otro apóstol; solo vi a Jacobo, el hermano del Señor. 20 Dios me es testigo de que en esto que os escribo no miento. 21 Más tarde fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 Pero en Judea las iglesias de[b] Cristo no me conocían personalmente. 23 Solo habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora predica la fe que procuraba destruir». 24 Y por mi causa glorificaban a Dios.

Lucas 7:11-17

Jesús resucita al hijo de una viuda

11 Poco después, Jesús, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud, se dirigió a un pueblo llamado Naín. 12 Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo, vio que sacaban de allí a un muerto, hijo único de madre viuda. La acompañaba un grupo grande de la población. 13 Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo:

―No llores.

14 Entonces se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron, y Jesús dijo:

―Joven, ¡te ordeno que te levantes!

15 El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. 16 Todos se llenaron de temor y alababan a Dios.

―Ha surgido entre nosotros un gran profeta —decían—. Dios ha venido en ayuda de[a] su pueblo.

17 Así que esta noticia acerca de Jesús se divulgó por toda Judea[b] y por todas las regiones vecinas.

Nueva Versión Internacional (Castilian) (CST)

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