Revised Common Lectionary (Complementary)
4 Oíd esto, los que tragáis a los menesterosos, y taláis a los pobres de la tierra,
5 diciendo: Cuando pasare el mes, venderemos el trigo; y pasado el sábado abriremos los alfolíes del pan, y achicaremos la medida, y engrandeceremos el precio, y falsearemos el peso engañoso;
6 y compraremos los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo.
7 El SEÑOR juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré para siempre de todas sus obras.
Alelu-JAH.
1 Alabad, esclavos del SEÑOR, alabad el Nombre del SEÑOR.
2 Sea el Nombre del SEÑOR bendito, desde ahora y para siempre.
3 Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el Nombre del SEÑOR.
4 Alto sobre todos los gentiles es el SEÑOR; sobre los cielos es su gloria.
5 ¿Quién como el SEÑOR nuestro Dios? El que enaltece su habitación;
6 que se abaje para ver en el cielo, y en la tierra;
7 que levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del estiércol;
8 para hacerlo sentar con los príncipes, con los príncipes de su pueblo;
9 que hace habitar en familia a la estéril, para que sea madre de hijos alegre. Alelu-JAH.
2 ¶ Amonesto pues, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por todos los hombres;
2 por los reyes y por todos los que están en eminencia: que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad e integridad.
3 Porque esto es lo bueno y agradable delante del Dios Salvador nuestro;
4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.
5 Porque hay un solo Dios, asimismo un solo Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús,
6 el cual se dio a sí mismo en redención por todos: el testimonio del cual fue confirmado en su tiempo;
7 del cual yo soy puesto por predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), maestro de los gentiles en fidelidad y verdad.
16 ¶ Y dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico, el cual tenía un mayordomo, y éste fue acusado delante de él como disipador de sus bienes.
2 Y le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo.
3 Entonces el mayordomo dijo dentro de sí: ¿Qué haré? Que mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, tengo vergüenza.
4 Yo sé lo que haré para que cuando fuere quitado de la mayordomía, me reciban en sus casas.
5 Y llamando a cada uno de los deudores de su señor, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor?
6 Y él dijo: Cien batos de aceite. Y le dijo: Toma tu obligación, y siéntate presto, y escribe cincuenta.
7 Después dijo a otro: ¿Y tú, cuánto debes? Y él dijo: Cien coros de trigo. Y él le dijo: Toma tu obligación, y escribe ochenta.
8 Y alabó el señor al mayordomo malo por haber hecho discretamente; porque los hijos de este siglo son en su generación más prudentes que los hijos de luz.
9 Y yo os digo: Haceos amigos con las riquezas de maldad, para que cuando éstas falten, seáis recibidos en las moradas eternas.
10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
11 Pues si en las malas riquezas no fuisteis fieles. ¿Quién os confiará lo verdadero?
12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se allegará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
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