Revised Common Lectionary (Complementary)
Salmo 32 (31)
Confesaré mi falta ante el Señor
32 De David. Poema.
Dichoso aquel a quien se perdona su falta,
aquel a quien de su pecado se absuelve.
2 Dichoso aquel a quien el Señor
no le imputa culpa alguna,
ni en su espíritu alberga engaño.
3 Mientras callaba, envejecían mis huesos
de tanto gemir todo el día,
4 pues noche y día me abrumaba tu mano,
se extinguía mi vigor entre intensos calores. [ Pausa]
5 Pero yo reconocí mi pecado, no te oculté mi culpa;
me dije: “Confesaré mi culpa ante el Señor”.
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. [ Pausa]
6 Por eso todo fiel te implora
en los momentos de angustia;
y aunque a raudales se desborde el agua,
no les podrá dar alcance.
7 Tú eres para mí un refugio,
tú me proteges de la angustia
y me rodeas de cantos de salvación. [ Pausa]
8 Yo te instruiré y te enseñaré
el camino que debes seguir,
te aconsejaré y pondré mis ojos en ti.
9 No sean como caballos o mulos que nada entienden:
con el freno y las riendas hay que dominar su brío,
pues de otro modo no se acercarán a ti.
10 Muchos son los sufrimientos del malvado,
pero el amor rodea al que confía en el Señor.
11 Que se alegran en el Señor los justos, que se regocijen,
que griten de gozo los de corazón recto.
Juicio de los paganos
15 Así me dijo el Señor, Dios de Israel:
— Toma esta copa del vino de la cólera que te doy, y házsela beber a todas las naciones adonde voy a enviarte. 16 Beberán, se tambalearán y se comportarán como locos ante la espada que voy a lanzar en medio de ellos.
17 Tomé la copa que me daba el Señor y se la hice beber a todas las naciones a las que me envió el Señor: 18 a Jerusalén, a las ciudades de Judá, a sus reyes y dignatarios, para convertirlos en ruina y desolación, en motivo de burla y maldición [como ocurre hasta el presente]. 19 Se la di también a beber al faraón, rey de Egipto, a sus cortesanos y dignatarios, a todo su pueblo 20 y a sus mercenarios; a todos los reyes del país de Us, y a los reyes de territorio filisteo: Ascalón, Gaza, Ecrón y lo que queda de Asdod; 21 a Edom, a Moab y a los amonitas; 22 a todos los reyes de Tiro y de Sidón, y a los reyes de las costas de ultramar; 23 a Dedán, Temá y Buz, y a todos los que se afeitan las sienes; 24 a todos los reyes de Arabia y de las distintas razas que viven en la estepa; 25 a todos los reyes de Zimrí, de Elam y de Media; 26 a todos los reyes del norte, cercanos y lejanos, uno detrás de otro, y a todos los reinos de la superficie de la tierra. Y cuando acaben ellos, beberá el rey de Sisac. 27 También les dirás: “Así dice el Señor del universo, Dios de Israel: Beban, emborráchense, vomiten y caigan para no levantarse ante la espada que voy a lanzar en medio de ustedes”. 28 Y, si se niegan a aceptar la copa que les ofreces para beber, les dirás: “Así dice el Señor del universo: Tienen que beber, 29 pues si voy a empezar el castigo por la ciudad que lleva mi nombre, ¿creen que ustedes van a quedar impunes? No quedarán impunes, pues voy a convocar a la espada para que acabe con todos los habitantes de la tierra” —oráculo del Señor del universo—.
44 Nuestros antepasados tenían en el desierto la Tienda del testimonio, que fue construida conforme al modelo que había visto Moisés cuando Dios le habló. 45 Fueron también nuestros antepasados quienes la recibieron y quienes, acaudillados por Josué, la introdujeron en el país que ocuparon cuando Dios expulsó a los paganos delante de ellos. Y así continuaron las cosas hasta la época de David. 46 Por su parte, David, que gozaba del favor de Dios, solicitó proporcionar un santuario a la estirpe de Jacob. 47 Sin embargo, fue Salomón quien lo construyó; 48 aunque debe quedar claro que el Altísimo no habita en edificios construidos por manos humanas, como dice el profeta:
49 Mi trono es el cielo, dice el Señor,
y la tierra, el estrado de mis pies.
¿Por qué quieren edificarme un santuario
o un lugar que me sirva de morada?
50 ¿No soy yo el creador de todas estas cosas?
51 Ustedes, gente testaruda, de corazón empedernido y oídos sordos, siempre han ofrecido resistencia al Espíritu Santo. Como sus antepasados, así son ustedes. 52 ¿Hubo algún profeta al que no persiguieran sus antepasados? Ellos mataron a los que predijeron la venida del único justo a quien ahora ustedes han entregado y asesinado. 53 ¡Ustedes que recibieron la ley por mediación de ángeles, pero que nunca la han cumplido!
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España