Revised Common Lectionary (Complementary)
Yod
73 Tus manos me hicieron y me formaron;
hazme entender y aprenderé tus mandamientos.
74 Los que te temen me verán y se alegrarán,
porque en tu palabra he esperado.
75 Conozco, Jehová, que tus juicios son justos
y que conforme a tu fidelidad me afligiste.
76 Sea ahora tu misericordia para consolarme,
conforme a lo que has dicho a tu siervo.
77 Vengan a mí tus misericordias para que viva,
porque tu Ley es mi delicia.
78 Sean avergonzados los soberbios,
porque sin causa me han calumniado;
pero yo meditaré en tus mandamientos.
79 Vuélvanse a mí los que te temen
y conocen tus testimonios.
80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos,
para que no sea yo avergonzado.
4 »Les dirás asimismo que así ha dicho Jehová:
»El que cae, ¿no se levanta?
El que se desvía, ¿no vuelve al camino?
5 ¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía sin fin?
Abrazaron el engaño y no han querido volverse.
6 Escuché con atención:
no hablan rectamente,
no hay hombre que se arrepienta de su mal,
diciendo: “¿Qué he hecho?”
Cada cual se volvió a su propia carrera,
como caballo que se lanza con ímpetu a la batalla.
7 Aun la cigüeña en el cielo
conoce su tiempo,
y la tórtola, la grulla y la golondrina
guardan el tiempo de su venida;
pero mi pueblo
no conoce el juicio de Jehová.
8 »¿Cómo decís: “Nosotros somos sabios,
y la ley de Jehová está con nosotros”?
Ciertamente la ha cambiado en mentira
la pluma mentirosa de los escribas.
9 Los sabios se avergonzaron,
se espantaron y fueron consternados;
aborrecieron la palabra de Jehová;
¿dónde, pues, está su sabiduría?
10 Por tanto, daré a otros sus mujeres,
y sus campos a quienes los conquisten;
porque desde el más pequeño hasta el más grande,
cada uno sigue la avaricia;
desde el profeta hasta el sacerdote
todos practican el engaño.
11 Y curan la herida de la hija de mi pueblo con liviandad,
diciendo: “Paz, paz”,
¡y no hay paz!
12 ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación?
Ciertamente no se han avergonzado en lo más mínimo,
¡ni saben lo que es la vergüenza!
Caerán, por tanto, entre los que caigan;
cuando los castigue caerán,
dice Jehová.»
13 «Los eliminaré del todo,
dice Jehová.
No quedarán uvas en la vid
ni higos en la higuera,
y se caerá la hoja,
y lo que les he dado pasará de ellos.»
28 Cuando oyeron estas cosas se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: «¡Grande es Diana de los efesios!»
29 La ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. 30 Pablo quería salir al pueblo, pero los discípulos no lo dejaron. 31 También algunas de las autoridades de Asia, que eran amigos suyos, le enviaron recado rogándole que no se presentara en el teatro. 32 Unos, pues, gritaban una cosa y otros otra, porque la concurrencia estaba confusa y la mayoría no sabía por qué se habían reunido. 33 De entre la multitud sacaron a Alejandro, empujado por los judíos. Y Alejandro, pidiendo silencio con la mano, quiso hablar en su defensa ante el pueblo. 34 Pero cuando se dieron cuenta de que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: «¡Grande es Diana de los efesios!»
35 Entonces el escribano, cuando apaciguó a la multitud, dijo: «Efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? 36 Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente, 37 porque habéis traído a estos hombres, que no son sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. 38 Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden y procónsules hay; acúsense los unos a los otros. 39 Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir, 40 pues hay peligro de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, ya que no existe causa alguna por la cual podamos dar razón de este alboroto.»
41 Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.
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